Esta vez yo estuve en la consulta con Samantha y, por supuesto, con Dylan. Todo salió bien, aunque tiene que tomar algunas pastillas más para terminar de fortalecerse ella. Además de eso, estamos bastante ansiosos porque hoy anunciaremos nuestra relación a su familia. Ahora seremos cien por ciento oficiales.―Solo van a estar mis padres, Amanda y Leonard ―dice para tranquilizarme. Aunque creo que es más para ella estar tranquila―.Estaba pensando que nuestras familias pueden conocerse cuando nazca el bebé. Así tu abuela lo conoce de una vez. ―agrega, acariciando su vientre.―Hablas como si yo fuese el padre del bebé ―le digo mientras manejo por las ajetreadas calles del bebé.― ¿En serio? Lo siento ―se disculpa, avergonzada―. ¿Te molesta?―No, la verdad es que no. Siento que va a ser confuso para él si me llama tío, ¿no? —me burlo y nos reímos, pero su risa se apaga cuando me estaciono frente a su casa. Se le nota bastante nerviosa―. Todo saldrá bien, además es muy probable que ya lo s
JEREMY Durante el trayecto a la clínica, Samantha parece absorta en el terror que la recorre. Su piel palidece tres tonos y sus ojos observan con terror su entrepierna.Le hablo, le pregunto cómo se siente, si le duele algo, pero no me escucha. No parece estar presente y me divido en dos para poder prestar atención al camino y estar al tanto de ella.Cuando llego a la clínica, grito por ayuda y la guío hasta el área de emergencias donde una enfermera la ayuda a sentarse sobre una silla de ruedas. La llevan de emergencia para examinarla, me fijo bien que el líquido entre sus piernas no sea sangre de inmediato. Gracias a Dios no lo es, parece como orina, pero no sé exactamente qué sea.Estoy de aquí para allá, esperando saber de ella. Llamo a Amanda y me informa que vendrá de inmediato con Leonard, me pide que no les diga nada a sus padres hasta asegurarnos de que estarán bien.Porque lo estarán. Tienen que estarlo.― ¡Jeremy! ―escucho el llamado de Amy y me uno en un abrazo fuerte y t
SAMANTHAAmanda llega con un bolso lleno de ropa cómoda y con comida. No es que no haya aquí en la clínica, sino que es desabrida y la verdad me la como completa solo porque me aporta los nutrientes que necesita mi bebé.Y por la gelatina, si tengo suerte.Mi hermana me ayuda a sentarme y ajusta la camilla para estar más cómoda. Acaricia mis cabellos y me entrega el envase de comida, junto con los cubiertos.—Aquí tienes: frutas, verduras. Ya sabes, comida sana —habla, dejando reposar el envase sobre mi vientre abultado—. Es una buena mesa improvisada, ¿eh?—Lo es —concuerdo, riéndome un poco—. Por cierto, me dieron vitaminas hace unos minutos, hierro también.—Ambos lo necesitan, no sabes el susto tremendo que nos diste —responde, acariciando mi vientre y luego me mira, alzando una ceja—. ¿Me vas a contar qué sucede con Jeremy? Me parece extraño que no esté aquí con ustedes.―No quiero hablar de eso ahora. Es algo en lo que me enfocaré cuando nazca mi bebé ―comento, desviando la mira
JEREMYLuego de conversar con Mindy, mi cómplice desde hace unos días, hicimos todo lo necesario para que pudiera quedarme con Samantha, en especial porque los médicos consideran que el bebé está por nacer pronto.Samantha no puede ocultar la preocupación que eso le trae, pero está mucho más tranquila con mi presencia. Me encargo de tranquilizarla, distraerla y darle mucho cariño para que esté en su mejor ánimo. He hablado con Amy y con sus padres, pero no sé nada de Dylan.Espero que no desaparezca justo en este momento, cuando su hijo está por llegar al mundo en cualquier instante. Sé que no se lo perdonaría.Son las cinco y media de la mañana., Samantha está plácidamente dormida y yo me he despertado porque tengo ganas de orinar. Cuando vuelvo del baño, la enfermera la ha despertado para hacer un leve chequeo entre sus piernas. Yo aparto la mirada para que no se sienta avergonzada y me acerco a Sam, acariciando sus cabellos.―Iré por el doctor ―habla la enfermera, haciendo que nos
DYLAN Trasladan a Samantha al quirófano y yo estoy muriéndome de anticipación y nervios. Hoy nace mi hijo y podré verlo. ¡Voy a poder verlo!Jeremy se coloca el traje quirúrgico, unos guantes y un tapabocas antes de ingresar. Samantha no para de soltar alaridos de dolor y maldiciones, sudando y jadeando. Inclinan un poco la camilla y coloca las dos piernas, bien abiertas, sobre dos ganchos al final de la misma. Las enfermeras la atienden y ayudan al doctor en todo lo que necesita.―Muy bien, vamos a proceder. ¿Cómo se siente la futura madre? ―pregunta el doctor, sentándose frente a sus piernas.―Como que quiero revivir al padre y matarlo con mis propias manos―gruñe, haciéndome reír.Jeremy me mira reteniendo la carcajada y niega con la cabeza, bastante divertido con la situación.―Cuando sea tu turno, tú sí estarás vivo ―le recuerdo y él suelta una ligera risita.―Bueno, cada vez que yo cuente hasta tres vas a pujar. ¿Me entendiste, Samantha? ―pregunta el doctor.―Sí, sí. Solo sáquen
SAMANTHA De un segundo a otro, me encuentro en la salida del quirófano. Miro mis pies descalzos y me horrorizo cuando veo mi bata de hospital ensangrentada, tocando mi vientre con mis manos en busca de mi barriga abultada.¿Y mi bebé? ¿Por qué estoy aquí? ¿Y Jeremy?―Vuelve al quirófano e infórmame de todo, por favor ―escucho su voz y me giro, encontrándolo tirado en el suelo con el rostro entre sus piernas y Amanda intentando consolarlo―. Por favor.Lo peor de todo no es eso. Es que puedo ver a quien le habla, de pie frente a él, congelado en su puesto y con el pánico recorriendo cada fracción de su rostro.― ¿Jeremy? ¿D-Dylan? ―pregunto, captando la atención de los aludidos.Él se levanta y mira en mi dirección. Ambos hombres me ven horrorizados y presiento lo peor.― ¿Por qué estoy aquí? ¿Y el bebé? ―pregunto, acercándome a ellos. Sin embargo, hay algo que no me deja avanzar. No sé qué es exactamente.Es como una barrera, una invisible.―Sam… ―susurra con dolor y se acerca―. Tú no
SAMANTHA Mi cuerpo parece entrar en conciencia y percibir todo lo que hay a mi alrededor. Puedo sentir el aire acariciar mi piel, la piquiña y molestia de una aguja en el dorso de mi mano y los murmullos lejanos de personas. Intento abrir los ojos, pero los siento pesados. Así que los muevo poco a poco y parpadeo con lentitud, adaptándome a la luz y dejando que se aclare mi visión.Muevo un poco mis dedos al sentirlos aprisionados y una sombra se alza sobre mí. Puedo apreciar quien es cuando logro abrir por completo los ojos.Jeremy.Entonces, lo recuerdo todo. El parto, cuando pude escuchar, sentir y luego ver a Dylan, el haber estado a punto de morir, el poder verlo una última vez.El bendito beso de despedida.Me levanto con exaltación, tomando una ruidosa bocanada de aire y observo a mi alrededor, sintiéndome desubicada por completo.―Hey, cálmate. Estás bien ―escucho la voz de Jeremy y me abraza―. Estás temblando, amor. Tranquilízate.―Mi bebé, Dylan… ¿Cómo están? ¿Dónde están?
12 meses después…Recuerdo haber pensado que no viviría este día jamás, que la vida me lo había arrebatado con la muerte de Dylan. Sin embargo, aquí estoy frente a un espejo, viendo como me maquillan y me arreglan, a punto de ponerme mi traje de boda.Sí, traje. No soy muy de usar vestidos pomposos, me considero demasiado torpe para lucirlos, así que elegí un traje ya que, además, está muy de moda en esta temporada.De color blanco, por supuesto, con escote cuadrado y sin tirantes. La tela blanca y lisa se adhiere a mi cintura y corre por un lado en forma de pantalón de vestir hasta el suelo, mi otra pierna está al descubierto ya que de la cintura cae un trozo de tela con una hermosa y elegante abertura. Tiene una decoración en mis caderas con dos correas blancas enlazadas a cadenas plateadas. En los pies calzaré unos tacones altos de punta triangular, color beige.Estoy lista y vestida a la hora y media. Mi dama de honor es Mindy, la enfermera que me ayudó a traer a la vida a mini Dy