LILLIE
Estoy pasmada en el mismo lugar, sin poder articular ninguna palabra. Mientras él sigue besando, mordiendo y acariciando cada parte de mi cuerpo.
Sin de besar mi cuello, sigue agarrando mis manos con firmeza para que no me escape. En este momento no tengo cabeza para hacerlo. Su aliento ardiente y la calidez de su lengua me provocan un escalofrío por toda mi espalda. Tiemblo, pero ya no sé si sea solo de miedo o una mezcla de una sensación extraña que recorre todo mi ser con sus besos y caricias.
Desliza la boca hasta mi oído:
— Ahora me perteneces completamente — subraya todas y cada una de sus palabras —. Serás mía para siempre —lo dice en un tono sexual y tremendamente serio, mientras se restriega más en mí.
Aumenta un poco más el ritmo de mis latidos. ¿Ahora le pertenezco?, ¿suya?, ¿a qué se refirió con todo eso?
LILLIE Sigo atrapada en ese brazo fuerte, pegada a él. Nuestros cuerpos se encuentran de lado hacia la donde se encuentra mi madre y mi hermana. Mi mirada va de él hacia ellas donde las noto con una expresión de confusión y asombró. El Diablo sigue sin soltarme y regreso mi mirada a él para informarle con mis ojos que me suelte. Sin dejar de verme me suelta despacio y sin poner distancia se queda donde mismo. Su rostro se gira hacia mi familia y vuelve a sonreír con una fingida alegría en ella. «¿Qué se trae entre manos?» — Muy buen día — dice mientras se acerca a mi madre — Es un placer por fin conocerla — toma su mano para depositar un beso en ella caballerosamente — Dante Mancini — a completa su presentación con una sonrisa exuberante. — Estas son para usted — finalizar entregándole el hermoso ramo de orquídeas. «Por un momento creí que
DANTESeguía en Nueva York, y tenía que regresar a Italia lo más pronto posible. A terminar de resolver unos asuntos.Ya había pasado un día cuando me marché de la casa de Esmeralda, la había dejado más furiosa que de costumbre. Cada vez que la tenía cerca, la deseaba más y más, me desesperaba no poderla hacer mía, pero como no la podía tomar a la fuerza, me resistí, aún no sabía de donde salía tanta fuerza de voluntad. Si seguía negándose, tenía que actuar por mi instinto, ya que no sabía cuánto tiempo más iba a poder controlarme.Había venido a la empresa, ya me encontraba en mi oficina, mientras Edgardo se retiraba a la de el. Tenía asuntos pendientes que conversar con su hijo, información importante que tenía que entregarme, y él no estaba al tanto de ello. Y tampoco quería que lo supiera. Sabía que ya tenía información de Lionel Bachman, hasta qu
LILLIEMe había dejado desconcertada con toda su falda actualización. Mi familia se había creído toda la amabilidad que les había demostrado. Y más se encontraban alucinando por él. Por ese lado las comprendía, podría decir que en alguna otra ocasión también paso conmigo, pero no tenía que dejar que eso volviera a ocurrir.No podía darle gusto en lo que él quería, si lo hacía creía que tenía todas las de ganar conmigo y pensaría que ya me tendría comiendo de su mano. Tenia que pensar con inteligencia y astucia.Necesitaba hacerlo ya que todo esto me estaba confundiendo. No podía creer que en tan poco tiempo que tenía de haberse ido, ya lo comenzaba a extrañar, era algo estúpido, y sin sentido, pero algo en mí estaba cambiando.Tenía un dolor de cabeza por no haber dormido muy bien, mi mente no dejaba pensar en él. Y no logré conciliar el sueño. Mi hermana m
DANTEPor fin será mía. Finalmente. Sólo no entiendo, porque no estoy emocionado, como pensé que lo estaría.El propósito siempre fue ese, hacerla mía, tenerla por una noche, y satisfacer mis instintos más salvajes. Poseer es exuberante cuerpo y hacerla gritar, mientras la follo duro.«¿Pero qué me ha hecho cambiar?»Estaba molesto, pero más que nada conmigo, por lo que estaba comenzando hacerme sentir, esa chiquilla. Ese no era yo. Yo quería hacer eso, tomarla y hacerla mía a la fuerza, pero algo muy en el fondo me decía que no lo hiciera.Estos días llegué a pensar en que se sentiría tener a alguien a tu lado, una relación, algo estable, una novia o quizás a una esposa. Una mujer a la que consentir, compartir cosas con ella, en vez de tener sexo, hacerle el amor, dormir abrazados. Y tal vez formar una familia.¿Y por qué no?, será porque er
LILLIE— Insisto en que debemos irnos — digo cuando entramos al sitio al que mi amiga me arrastró — No me agrada este lugar.— Deja de quejarte — responde, mientras jala de mi brazo para que avance — No nos vamos a quedar, solo comprobare si me esta engañando, y después nos iremos.Resoplo molesta.Mi amiga se estaba obsesionado con ese tipo, era la primera vez que hacía esto. Nunca había llegado hasta el punto de vigilar a uno de sus conquistas, o novios, o lo se que sea que signifiquen para ella.El lugar es muy distinto en el que solemos trabajar, este si es un table dance, pero de esos de baja. En donde nosotras trabajamos solo bailamos sin quitarnos la ropa, y otras chicas ofrecen servicio de compañía, acostarse con los clientes no esta permitido. Y aquí al parecer es lo contrarío.En la pista de baile ahí chicas semidesnudas y otras sen
LILLIEMe encuentro temblando del terror que acabo de presenciar. Sigo escuchando una voz que me llama, y de repente me comienzan a sacudir de los brazos, ya que seguía en shock.Parpadeo e intento recobrar el sí. Frente a mí se encuentra mi amiga, frunzo el ceño, no comprendo que hace ella aquí. Pero ignoro esa parte y noto su rostro de preocupación.— Lilli, ¿te encuentras bien? — pregunta, pero la ignoro.No logró concentrarme. Seguir aquí de pie como si nada, y que él esté allá afuera tendido en el suelo mientras sangra herido.Me suelto de su agarré, que seguía tomando de mis brazos, y camino hacia la puerta para salir y regresar a su lado. No soy capaz de dejarlo así, no puedo y no quiero hacerlo
“Sentimientos”LILLIEIntente demostrar tranquilidad para que no se notara como me ponía tenerlo tan cerca cuando estamos solos. Desvíe la mirada y la fije en su camisa, la parte de su hombro estaba húmedo, su herida estaba sangrando otra vez. Aún faltaba que le hicieran curación.— ¿Tendrás algún botiquín, con el equipo necesario para hacer una curación? — pregunto sin quitar mis ojos de su hombro.Asiente y con un suspiró profundo se aleja de mí para dirigirse en busca del material necesario. Desaparece cuando entra por una puerta, tarda un minuto en volver, y trae consigo una caja más equipada que la anterior.Se sienta en un sillón y deja la caja en la mesa de centro, no tengo otra alternativa que acercarme y tomar asiento a su lado. Lo hago y prosigo con mi trabajo, limpio de nuevo la herida, coloco una crema para el dolor e inflamación y al finalizar la cubro. Él solo tiene sus ojos puestos en mí, como si fuera lo único que pudiera observar. Termino e intento levantarme para ap
LILLIEArmarme de valor y salir de una vez, es lo que debería hacer. Llevaba en el baño metida casi una hora, más o menos es lo que llegue a ver en mi reloj. Me había ofrecido que tomara una ducha para sentirme más cómoda y relajada, pero ni eso ni nada calmaba mis nervios.Soy una cobarde.Se supone que ya había decidido entregarme a él, pero aún así tenía mucho miedo. Eran por muchas cosas y no solo el echo de que perdiera mi virginidad, si no también el entregarme por primera vez a un hombre significaba para mí mucho más, y no solo eso, sino lo que comenzaba a sentir por él.Siempre esperé al hombre indicado, al que quizás llegara hacer mi esposo, si en algún momento sucedía. Pero eso se fue evaporando cuand