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Sus labios temblaron de manera nerviosa cuando él la tomó de la cintura y la pegó a la pared. La mano de Dante se deslizó suavemente por la cintura de Kaylee mientras se deleitaba de la perfecta imagen que le estaba regalando su pequeña sumisa. La luna era la única fuente de luz en aquella habitación.

Dante soltó una pequeña sonrisa coqueta al escucharla gemir, ella posó la mano sobre el pecho de Dante y respiró con dificultad mientras él deslizaba su mano dentro de sus bragas. Podía sentir como sus piernas temblaban a causa del placer. 

—Oh nena, mírate…—susurró mientras la acariciaba y sentía la completa humedad. — estás tan mojada… tan lista para ser follada. ¿Es lo que quieres?—preguntó mientras estimulaba su clítoris. Kaylee se mordió los labios y comenzó a menear su cad

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