Pasados cuatro meses…En cuanto sonó mi móvil, sabía que era para darme esa noticia, mi princesa consentida, ya nació.Me doy una ducha ultra rápida, unos vaqueros, playeros y camiseta, me peino en el ascensor, sé que se me olvida algo, pero ya me daré cuenta más tarde.Llego al garaje del edificio y al entrar en el coche…-Mierda, la llave -pues el mismo recorrido hacia atrás, a la misma velocidad que antes -lo mío no es normal, un día dejo mi cabeza en la almohada.Camino del hospital, me llama mi madre para decirme que también estaban de llegando. Que me esperan en la entrada, para ir juntos. Aparco el coche y veo a mis padres hablando con mi abogado.Saludo a todos, las preguntas de rigor, estamos todos bien, nos alegramos, pero yo quiero ver a esa muñeca. Subimos a la planta de la habitación de Marta.Hace un mes, que la trasladaron a la planta de maternidad, como predijeron los médicos, un día despertó, sin secuelas, bueno eso dicen ellos, pero yo la noto más cascarrabias que an
Lo que iba a ser una semana, se convirtió en un mes más. Pregunté a Fran y Elena, no sabían nada. Marcos y Marta tampoco tenían noticias. La seguridad que tiene, sin que ella lo sepa, nos dijeron que en ningún momento salió del centro.Intenté hablar con Nico, pero por alguna razón, nunca estaba disponible, no me cogía el teléfono, ni contestaba los mensajes.Hoy vuelve a casa Marta y la pequeña Mónica, sus padres le van a hacer una pequeña recepción de bienvenida y estaremos todos, lo que incluye al tan ocupado Nico.Marta está feliz de estar en su casa, pero le falta su amiga, su hermana. A media tarde, acorralé a Nico, me pidió paciencia y cinco minutos.Soy benevolente y le voy a dar ese tiempo, según él luego lo entenderemos todos.Le veo hablar con Marta, cuando a ella se le ilumina la cara con una sonrisa, no debe de ser grave lo que le dice. Nico con una copa en la mano, coge una cucharilla de postre y le da dos golpes al vidrio.-Pueden ponerme un poco de atención -nos mira a
Llevo esperando a Nico diez minutos de reloj, si pudiera lo estrangulaba con mis propias manos.-Sr Méndez? -me pregunta una chica, asiento con la cabeza, no tiene ropa de enfermera, pero sé que trabaja aquí -puede acompañarme. Venga detrás de mí, por favor -pensaba que me llevaba a la oficina de Nico, pero cuando la pasamos de largo me doy cuenta de que no -es aquí -abre una puerta y me deja entrar -ahora viene el Dr y habla con usted.Me fijo en la sala, es amplia aunque fría, nada de cuadros, ni fotos. Hay un ventanal, que se ve la sala de al lado, algo me dice que la persona que esté en esa parte, no puede ni oírme, ni verme. Se abre la puerta y aparece Nico.-Lo siento tio, una complicación de última hora. Y no, no fue tu chica -me mira investigándome -te gusta como quedó el centro? Con dinero ajeno es más fácil -dice riéndose -es una broma Juanjo, quiero que te relajes, te noto tenso.No hablo, no estoy tenso, estoy nervioso por verla.-Voy a tener una sesión con ella, en esa sa
Nico me entrega los papeles del alta, me ayuda a guardar la poca ropa que me traje.-Gracias -le digo dejando sobre la maleta el último leggins -sin ti, no lo hubiera conseguido.-No cariño -me dice negando con la cabeza -necesitabas esto, desde hace mucho tiempo, llevas años tapando a ese imbécil.-Hay una pregunta, pero no mal interpretes, solo quiero saber -me mira intrigado -se sabe algo de Carlos?-No -cierro los ojos -cuando se le echó del hospital, bueno, después de que le curaron de la golpiza que le dio tu chico, salió y se esfumó, como el humo.Me siento en la cama, triste.-Eso quiere decir, que todavía no es seguro que nos vean por la calle y menos, juntos -asiente -no va a terminar nunca…es todo tan cansado Nico.-Todo pasará Mónica, ya lo verás -me abraza y me besa la cabeza -te imaginas entre ahora el bruto de Juanjo?Me rio a carcajadas.-Siempre fue celoso? -niega, me dice que solamente es así conmigo -que suerte la mía, atraigo a los celosos.Con bromas, seguimos rec
Tres semanas llevamos en las Islas Seychelles, en una casa lejos del tumulto de turistas. Vale, para ser sincero, es una zona de la isla que Petrov compró hace años, donde nadie puede acceder, ni siquiera en avioneta, ya que el ruso, tiene comprado también el espacio aéreo, según él, para tener intimidad.No me enfado, sé que aquí estamos seguros. El personal es de la entera confianza de mi amigo.A Mónica no la oí quejarse es estas semanas. Está disfrutando del sol, la hamaca y pasarse la mayor parte del día medio desnuda.-Por cuanto tiempo vas a tenerme aquí secuestrada, abogaducho? -me pregunta tirándose a la piscina.-Si te digo que toda la eternidad… -le digo sentándome al borde, mirando como viene hacia mí, caminando despacio y muy sexy -me quedaría a vivir para siempre, tu no?Sale de la piscina y la envuelvo en su albornoz, la froto los brazos, para ayudarla a secar. Veo como va moviendo ese culo que me vuelve loco y sirve dos copas de vino, ofreciéndome una de ellas.-Tengo
-Donde están? Donde carajo está mi marido y tu maldita mujer, Carlos? Un mes desaparecidos, como puede ser -le grito mientras doy vueltas por la habitación de este hotel de mala muerte.-No sé Marge, mis hombres no los encuentran y yo, no puedo ir a preguntar a nadie, estoy en busca y captura, joder -me contesta pegando un golpe a la pared, dejando una pequeña marca -seguro que Petrov los tiene escondidos.Miro a Carlos, sus celos nos tienen así, que habrá pasado para que se enfadara tanto y estampara su coche contra el de Mónica. Él adora a esa mujer, me lo repitió miles de veces, que no la tocara.Le veo coger una copa de whisky y sentarse en el sofá. Me acerco y me siento a su lado, me apoyo en el respaldo y con mi mano le acaricio una mejilla, lo bueno de todo, es que se deja hacer.-Puedo saber, que pasó para que actuaras de esa manera contra ella? -le pregunto cuando le noto más calmado, bebe de un trago el licor, aprieta la mandíbula, le conozco bien, para saber que el sexo es
Quejarme no estaría bien. Estoy disfrutando de mi chico, del buen tiempo y empleados que trabajan por mi. Aunque os parezca mentira, echo de menos el ajetreo del trabajo, tener la agenda llena de visitas, reuniones con clientes...Juanjo está desesperado, no me dice nada, pero se le nota. Hace dos horas, que está colgado al teléfono, gritando a quien le escuche.Cierra el móvil dejándolo en la mesa de la terraza, se me acerca, me da un beso y se sienta en la hamaca de al lado. Tengo la impresión que quiere decirme algo.-Venga dilo de una buena vez -le digo sonriendo -si te lo guardas para ti, te envenenas.-Vamos a volver a casa, pero… -me siento y sigo sonriendo como una idiota -hay que seguir unas normas de seguridad, sin saltárselas -ni le escucho, le doy un beso -me estás escuchando, eres peor que una niña pequeña.-Sí, si. Prometo portarme bien, nada de locuras, nada de planear nada por mí misma…Juanjo, ya aprendí la lección -le digo acariciando sus suaves mejillas.No habla, no
Volver a la ciudad me pone nervioso, no saber donde está ese imbécil y que se pueda aparecer en cualquier momento, es un sin vivir.Durante el camino a casa desde el aeropuerto, le cuento a Mónica las novedades que me callé.-Compre un dúplex en un edificio del centro -levanta las cejas en modo interrogación -puedes estar tranquila, me lo vendió tu agencia -sonríe -os habéis llevado una buena comisión.-Mi cuenta corriente te lo agradece -me dice sonriendo -va a ser tu bufete o tu vivienda.-Nuestra vivienda -le digo señalándome a mí y a ella -tuya y mía, preciosa -le cojo la mano y se la beso -tiene bastante seguridad y Petrov se encargó del resto.-Puedo saber a quien le preguntaste, lo de ir a vivir juntos? -pregunta con un tono enfadada -quiero tener voz y voto en las decisiones, nada de pisarme y hacerme de menos.-Lo he decidido yo, junto a tus padres -la mirada de enfado va en aumento -no te enfades, deja de comportarte como una niña pequeña y hacer berrinches por nada.Se sien