Veo como Mónica duerme, pero no para de moverse, de gritar. Dos días hace que aceptó reunirse con ese cabrón y no es capaz a dormir una hora seguida, sin tener pesadillas. Le pregunto sobre ellas, pero no se acuerda, dice que se despierta angustiada, con pinchazos en el corazón, pero nada más.
Enciendo el móvil, busco el grupo de amigos, miro la hora, son las cuatro de la mañana.
YO: Buenas noches. Alguien despierto?
No pasan ni dos segundos, cuando salen las palabras escribiendo.
MARCOS: Buenas. Que pasó?
FER: Nada bueno, si estás aquí a estas horas. Mónica bien?
Les cuento las pesadillas, que empezaron una vez aceptó verse con Carlos. Mi socio pregunta cuando es ese maldito reencuentro, es Fernando quien le dice que faltan cinco días.
MARTA: Podéis mandarnos el avión y a primera hora estamos ahí. Si estos no quieren
Ya no me queda nada en mi cuerpo, que pueda vomitar, los nervios me están matando. Faltan dos horas para la reunión con Carlos. Hemos quedado en la supuesta oficina de Fernando, aunque yo quedé con mi abogado en que pasaba a buscarme, para que no valla sola. Aunque con la seguridad, que me pusieron, no me siento sola.Me doy una ducha, dejo que el agua caiga desde la cabeza por el cuerpo. Por un momento de debilidad, las lágrimas me caen, acordándome de los últimos años al lado de ese cabrón. Hoy se acaba todo, firmamos y se acabó la pesadilla.El sonido del móvil suena en todo el apartamento, salgo de la ducha y me pongo el albornoz, me seco rápido los pies y me calzo las zapatillas.Cuando llego al teléfono, ya colgó, me fijo en quien llamaba, frunzo el ceño, que carajo querrá. Entra un mensaje, diciendo que tengo un algo en el contestador, vacilo un moment
No puedo creerme que Mónica acepte ese puto trato. Tenía tanta rabia dentro de mí, que le quité las manos de mi cuerpo a la fuerza y salí dando un portazo.En mi cabeza solamente me sale la imagen de mi morena en la cama con ese cabrón, dentro de una semana, será completamente de él.Me echo un segundo chupito, necesito pensar que es todo un mal sueño, pero no, no es un sueño, es la realidad. Tomo de un trago el whisky y la rabia me hace estampar el vaso en la pared, haciéndose añicos.-Quieres que te pase otro vaso para estrellarlo, puede ser que después de una docena, te sientas mejor -la voz de Mónica me parece música celestial.-Ya no hay la docena, en la anterior discusión que tuve contigo, rompí un par de ellos -le digo, siguiéndole la broma, aunque ninguno se ríe.-Por mi culpa, vas a tener que beber directamen
He pasado la última semana rodeada de mis amigos. Hemos hablado, reído y cuando Juanjo no me veía, lloraba. Mañana es el día que regreso con Carlos, mañana empieza a contar los trescientos sesenta y cinco días de infierno.Pedí tener recuerdos, os puedo asegurar que me llevo un montón. Al principio solo quería estar con Juanjo, cuando nos vinieron a buscar al barco, me quería negar, pero este amago de secuestro, fue lo mejor que me pudo pasar.Silvia fue mi profesora, sí como lo leen, me dio clases aceleradas, de como evadirme, permanecer inmune, sobre todo afrontar los insultos de Carlos, vejaciones. Me repitió miles de veces, que me grabara con hierro, cada imagen con mi hombre, cada beso, acaricia, su rostro, como si eso pudiera olvidarlo.Todos los días, pasábamos juntas tres o cuatro horas. Respiraciones, mente en blanco, todo lo que me hiciera sobrevivi
No sé el tiempo que llevo llorando, me duele la cabeza, los ojos me pesan, los cierro, pero la imagen de Juanjo, cuando me tiró el agua por encima, se repite y otra vez. Esa primera vez que lo ví, me pareció el chico más guapo, que había visto en mi vida.Noto como la cama se hunde por una parte, sonrío.-Juanjo… -pero en realidad es Marta, no habla, se echa a mi lado y me abraza -no pude despedirme de él, se fue.Silvia a su vez, se echa por la otra parte y me coge de las manos, otra que tampoco habla. Me besa en la cabeza.-Habéis hecho voto de silencio? De castidad, sé que no -me río, pero sigo con los ojos cerrados -gracias por estar aquí. Os adoro.-Al abordaje!! -escuchamos gritar desde fuera, nos reímos porque reconocimos la voz de Nico -donde están las bellas damas? Traigo comida, dulces y refrescos!! Alcohol para los no embarazados!!
Cuando Nico llamó para ponernos al día, de como iban las cosas con Mónica en el barco, seguía en mis trece de no verla. Me da igual que me dijeran que lloraba, que estuviera enfadada.Pero, al oír sus gritos, como me llamaba, cómo clamaba por verme, eso no pude soportarlo. Ella pensaba que Nico le hablaba a Fernando, pero era conmigo. Esos gritos…ese llanto, hablé con mis amigos y entendieron que tenía que regresar y estar con ella hasta el último minuto.No soy egoísta, no. Pero mi interior está muriéndose, según se va acercando la hora de dejarla marchar. No quise hacerla daño, eso nunca, antes moriría.No puedo creer todo lo que le está diciendo a Marta, nos hizo jurar a todos, que ella nunca se enteraría de lo ocurrido. Y ella, en un plan que no es nada bueno, se lo soltó a la cara y sin anestesia.Marcos está suf
Cenamos tranquilamente, después de la tormenta, siempre llega la calma. Necesitamos que se nos pase el momento enfado, para seguir con nuestra última noche. Le envío un mensaje a mi amigo, para que no se preocupe.YO: Todo bien. Hemos llorado, hablado y ahora estamos cenando tranquilamente. Gracias por estar ahí.RUSO: Siempre para ti, amigo. Disfrutar de las horas que os quedan. Mañana nos vemos en la oficina de Fernando.Sonrío, mis amigos siempre en las buenas y en las malas. Veo como Mónica, en la pequeña cocina, prepara algo para picar. Ya no llora, sonríe levemente, quiere aparentar, que no pasa nada.La miro de pies a cabeza, ese cuerpo que ha sido mío, con sólo en pensar en ella desnuda, la amiga que tengo debajo del pantalón, salta de alegría.Mi mente viaja a la noche que la llevé al club, sólo con ver su cara ilusionada, merecí
Desde la ventana de la oficina de Fernando, se puede ver de lejos el puerto deportivo, al fondo el infinito de nuestro mar. No miré el reloj, pero calculo que llevo aquí de pie mirando al más allá, como cinco minutos. Por el reflejo del cristal, puedo ver a Juanjo, cabizbajo sin dejar de mirarme, sin hablar. Nico y Fer, sacan tema de conversación, pero ninguno de los dos, estamos por la labor de entrar en ellas.Tocan a la puerta y se oye entrar, mi mirada a través de la ventana, se dirige a la puerta y veo a Petrov entrar con su esposa. Se saludan entre ellos, el ruso va directo a su amigo y socio, mi chico le da la mano para saludar, pero éste le acerca a él y le da un abrazo, le dice algo al oído y Juanjo asiente, pero con su mirada en mí.Silvia se pone a mi
Lo que quiero, lo consigo. Sí, siempre ha sido así. Mis padres tienen dinero, no por herencias ni nada por el estilo, sino, porque siempre fue un currante y supo invertir sus ganancias.La empresa donde trabajaba, se estaba arruinando por la mala gestión del dueño, mi padre habló con mi madre y decidieron que sus ahorros, debían dirigirse para hacerse hueco en el mundo de construcción.Mi madre, le llevaba la administración, mi padre se construyó una fama de buen y económico trabajador. En menos de cinco años, recogieron los frutos de su trabajo, tenían una empresa de construcción conocida y con nombre en la ciudad.Pocos meses después, llegué yo. Hijo único, un niño, la adoración de su mamá. Los mejores colegios, ropa de marca, dinero siempre en mi bolsillo y sin trabajar. Mi madre siempre me decía señalándome la empresa y sus terrenos “todo esto, va a ser tuyo” y esa frase me marcó.Tenía un problema, ahí estaba mi madre para taparlo delante de mi padre. Necesitaba dinero de más, ah