Fernando es paciente conmigo, delicado en sus preguntas, suave en los comentarios. Tiene mucha empatía, eso es de agradecer.-Consumiste drogas en su presencia? -me pregunta directamente.-Sí, pero…el me obligó, en cierta manera -me mira serio, me echa agua en el vaso y me alienta a seguir -poco antes de la noche del video, me llevó a otra de sus fiestas. Cuando apareció por la casa, la gente le hacían fila, para pillar algo, para colocarse. Me hice la loca y me aparté, diciendo que iba a por algo de bebida. Claro está, que siempre pedía botellín de agua y me cercioraba de que estuviera cerrada.-Sabes que eso, no te salva, de que puedan meter algo, verdad? -asiento, cierto es, que ví como lo hacían con una jeringuilla y dejaban la botella como si tal cosa -perdón, continua.-Le ví hablando con esos tipos de antes -le digo señalándole el
Nunca pensé, que una semana pasara tan lentamente. Todavía estamos a viernes, me faltan tres días para verla, hablarla y con suerte, poder abrazarla. Sentado en la proa, con el infinito del mar delante de mis ojos, no dejo de pensar en ella. Sólo desvío la vista, para mirar su foto, está tan guapa, tan feliz…Sonrío al pensar el día que pasamos en el barco, cuando se probó el bikini que le compré. Salió diciendo queme estafaron en la tienda, que a eso le faltaba tela por todas partes.Le recuerdo, abriéndose el pareo despacio, delante de mí, jugando pícaramente para mi deleite. Con cada mano, coge una de las esquinas de la fina tela que la tapa, extiende los brazos y me deja ver su escultural cuerpo, con su traje de baño.El viento hace que el pareo, ondee como si fuera una bandera, pero no me distrae de la mejor vista del mundo. Mi morena perfecta.
Oigo el timbre de la puerta, salto de la tumbona de la terraza, cierro el libro y salgo dando zancadas hacia la puerta. Quiero un abrazo de mi amiga, necesito contarle muchas cosas y no va a ser fácil.-Hola… -virgen maría, me quedé sin voz, me quedé imbécil total, al verlo ahí de pie -Juanjo…que broma es esta? Marta me engañó -doy un paso atrás, se han reído de mí.-No cariño…-No me llames cariño, no soy nada tuyo. Que coño está pasando, con quien hablé fue con mi supuesta amiga. Donde está ella? No la veo -le grito en la cara, sin dejarle pasar -no te atrevas a entrar en mi habitación -de un portazo cierro.-Mónica, abre y hablemos. Te contaré lo que quieras. Estoy aquí para aclarar todo. Lo mío y lo tuyo, todo. Por favor, nena -no puedo ser débil, si lo dejo entrar, voy a
Un golpe en el cristal, me despierta sobresaltándome. Al abrir los ojos, ahí está mi morena, la que me ha robado el corazón y mi dignidad. Mantenemos la mirada, ninguno la quiere apartar. Nunca he tenido que ir detrás de una mujer, pero llega Mónica y pone pata arriba mi hombría.Por el amor de dios, soy Dominante, que coño me pasa…Me hace un gesto de que baje la ventanilla, por un momento vacilo. Pongo el asiento en su posición normal, abro la puerta y salgo. Necesito estirar las piernas, la americana, la tiro para la parte del copiloto. Me remango la camisa, intento parecer algo decente.-Buenos días preciosa -digo apoyándome en el coche -has dormido bien?Por un momento la veo reírse, pero esa sonrisa se disipa, bajando la mirada al suelo. Que buena sumisa sería mi chica. Le levanto la cabeza con un dedo índice.-No, no he dormido nada. Que
Entramos en la suite, durante el tiempo que duró el trayecto, desde donde desayunamos a la habitación, no pude dejar de abrazarla y besarla como un jodido quinceañero.-Quiero dejarte algo claro, Mónica -me mira intrigada y pone atención -te quiero como mi Sumisa, pero solamente en la intimidad. Hay muchas maneras de llevar una relación Dom/Sumisa, pero la que yo quiero es entre las cuatro paredes de nuestra habitación, estás de acuerdo? -asiente entusiasmada, presiento que va a ser un día para recordar -quieta, no te muevas.Estatua se quedó, sin decirle nada agachó la cabeza, mirando el suelo. En ese momento, mi hombría va creciendo. Voy hacia ella, la miro, la observo, su olor a lavanda me chifla, pero lo que me vuelve loco en estos momentos, es su excitación y eso, que no empecé.Me paro en su espalda, le aparto el pelo hacia un lado del cuello, me arrimo a ella
-No me seas un mandón, te estoy diciendo que voy en mi coche y tú, en el tuyo -que pesado es, toda la mañana discutiendo para que deje mi coche en el hotel, que el mandaba a alguien a buscarlo. Se levanta de la silla, tirando la servilleta de mala gana encima de la mesa -eres peor que un niño pequeño, cuando no se sale con la suya.Entrecierra los ojos y me mira. Se agacha poniendo una mano en mi silla y la otra apoyada en la mesa, acerca su boca a mi oído.-Te salvas que no tenemos nada firmado, porque si no, el castigo por gritarme sería muy interesante -me susurra con una voz ronca. Dios mio, hasta cuando me amenaza, hace que la sangre me hierva, me da un beso en la cabeza sonriendo -me alegra que lo hayas entendido.Miro mi móvil apagado desde hace dos días, miro a mi hombre mientras pienso, que tenía mejores cosas que hacer. Respiro profundamente y lo enciendo. Sé que estaba un poc
Llegamos a la urbanización donde vive Marta. Al final, me vine en mi coche y Juanjo en el suyo. Que ganas de molestar a alguien y gastar dinero, sin necesidad.-Se puede saber donde te dieron el carnet, señorita? -me dice más bajarse del coche -vas como una loca al volante, tienes que ir más despacio, un día te matas -sonriéndole, subo la ventanilla le tiro un beso y niega con la cabeza -te hablo enserio nena.-Si papi… -le digo juntándome a él, acercando mis labios a los suyos.-No seas cabrona, me vas a poner duro y tus padres, están dentro, no me jodas -me río y le digo que precisamente, era eso lo que me apetecía, en vez de estar en esta casa.Con resignación, vamos hacia la casa, no hace falta que toquemos el timbre, la puerta está abierta. Entra primero el abogado macizo, que lleva puestos unos pantalones de pinzas, color carne, los cuales le hacen un culo…ufff madre mía. La camisa del mismo tono, le hace presumir de buenos brazos y un pectoral que quita el sentido. Mientras yo
Tres semanas de locura, tres semanas viendo a mi amor tirada en esa maldita cama de hospital. No puedo dormir ni dos horas seguidas desde entonces, las imágenes de Mónica por los aires, después de que el coche la invistiera…ni me fijé en él, ni quien lo conducía, ni marca, matrícula.Vivo en la casa de invitados de la casa de Marcos, los primeros días me encerré en mi barco, pero mi amigo vino en mi busca, vino a salvarme de hundirme en la miseria.Marge no para de llamarme, la ignoro. Fernando como amigo y abogado, fue a la que era mi casa, a recoger mis pertenencias, para instalarme en la casita de la piscina.Ese fatídico día, fue el último que vi reírse a Marta, a sus padres, a todos. He ido a la oficina, para presentar mi renuncia, despedirme de las personas que me importan del bufete. Cuando iba a salir por la puerta, Ivana, mi leal y fiel secretaria, me dijo