El sonido de una característica tormenta, la lluvia  parecía que no pensaba nunca en parar.

Las pequeñas gotas caían al suelo creando una melodía relajante, pero los rayos hacían que esos sonidos relajantes se convirtieran en terror.

Un bebé llorando se escucha a lo lejos, el llanto era desesperado, tanto que se escuchaba a kilómetros.

Liam un licántropo de la manada  "Moon light" la cual es dirigida por el rey de los licántropos; escucho aquel llanto desesperado, se acercó al lugar de donde provenía ese sonido, ahí encontró una canasta detrás de un gran árbol y dentro de él se encontraba una bebé recién nacida.

Él era muy conocido en su manada por ser el más fuerte de los guerreros, pero también era conocido por ser muy sensible.

Y esa situación hizo que rompiera la regla de oro de él actual Alpha.

Noah Werner de 268 años, rey de los Alphas "El Alpha mayor".

Un hombre lobo.

El cuál ya había encontrado a su compañera de la eternidad.

Su mate y claramente su luna.

¿Mate?

Se le denomina mate a los seres  que están destinadas a los hombres lobo, claro que todos los demás seres que habitan en la tierra tienen a su alma gemela, pero ellos a diferencia tenían a su favor la misericordia de su madre la diosa luna que les dio como bendición la oportunidad de encontrar a su compañera de vida por su distinguido aroma.

¿Luna?

Tal vez lo primero que se te vino a la mente al leer esa palabra pensaste en la "luna la cual es el único satélite natural de la Tierra. Con un diámetro ecuatorial de 3476 km, es el quinto satélite más grande del sistema solar".

La realidad es que además de ser un satélite, para las manadas la luna era su guía, su luz, su paz. Es por ello que por siglos se les llamo así a las mates de los Alphas de las manadas ya que ellas son las encargadas de procurar la felicidad y la seguridad de cada integrante de su manada.

¿Cuál es la regla de oro?

Su regla de oro era que ningún humano debía entrar a la manada o tendría que ser ejecutado.

Liam a pesar de saber esto, llevó al bebé a la manada.

Liam tenía 645 años, era el más viejo de los guerreros de la manada.

Un Omega, el rango más bajo de los hombres lobo.

Él nunca encontró a su mate y eso en parte fue la razón de no dejar aquella pequeña humana en el bosque.

Ya que él más que nadie sabe que se siente estar solo.

La noche era extrañamente silenciosa y eso no era muy común en esa parte del bosque, ya que siempre se escuchaban las risas de los malvados vampiros o demonios.

Al entrar a su cabaña el frío era inminente, pero había algo más...

Alguien más se encontraba ahí.

Frambuesa

—Mía.

Frío.

Le pidió un favor, y él acepto.

—Sammy.

Ese será su nombre de la pequeña humana.

La primera semana él se comportó muy extraño, y no era de menos, cuidar un bebé no era cosa fácil y menos con unos días de nacida.

El primer año fue más tranquilo, ya se estaba acostumbrado, era muy alegre y aprendía muy rápido.

A los 7 años de la pequeña Sammy, está se puso muy mal y él no podía ayudarla, tenía que llevarla al médico pero eso significaría firmar su sentencia de muerte y la de ella.

Aun así era mejor llevarla al médico.

— ¡No puede ser, mi niña estás ardiendo en fiebre! —dijo Liam tocando ligeramente la frente de Sammy.

—Papá estoy bien solo estoy resfriada es todo— se trató de levantar de la cama pero solo logro que le doliera más la cabeza.

—Lo mejor será que te lleve al médico, ayúdame a levantarte y llevarte a la manada — trato de levantarla pero era muy difícil ya que con su fuerza bruta la podría dañar.

— ¿¡A fuera!? Pero papá tú me has dicho que no debo salir de aquí por ningún motivo—frunció el ceño e hizo una mueca en desaprobación.

Desde pequeña ella se vio obligada a no salir por ningún motivo de la casa, ya que Liam la educó como una niña responsable y obediente (muy obediente para su propio bien), ella creció con la única regla de su papá Liam "No salgas de la cabaña", ella solo veía las estrellas en la ventana que se encontraba en la cosina de su casa y era la única forma de tener contacto con el mundo exterior, con tan solo 7 años aprendió a: cosinar, hacer labores domésticos, defensa personal y por supuesto tuvo que aceptar la existencia sobrenatural.

—Yo sé lo que dije Sammy, pero por favor hazme caso y vamos.

Liam a pesar de que no era su hija siempre le mantuvo cariño y amor.

—Pero...—Liam la interrumpió

— ¡PERO NADA!—soltó un gruñido con la voz muy gruesa y ella sabía que tenía que hacerle caso.

— Está bien, papá.

Después de un rato llegaron a consultorio del médico de la manada, claro el olor que emanaba era inconfundible, y el médico inmediatamente salió de su consultorio sin que siquiera ellos llegarán a él.

— Guerrero Liam, que hace con una niña humana—dijo el médico muy preocupado y al mismo tiempo enojado.

— Luego te explico, por favor ayudala — dijo Liam casi gritando por la desesperación.

— Papá ¿qué sucede?

— ¿¡Papá!?—pregunto el médico muy alterado.

— Luego te explico, por favor.

—Sabes que si se entera el Beta o él Alpha o cualquier soldado, estaremos acabados si ayudo a esa humana ¿No?

—Entiendo pero nadie se enterará, por nuestra amistad ayuda a mi niña — Era muy clara su desesperación pero no tenía otra opción más que llevarla al médico aunque eso significara poner en peligro a los dos.

—Liam seremos amigos pero estaremos en problemas...— el doctor no siguió ya que vio su clara desesperación y tristeza en su rostro— Bien pasa y recuesta a la pequeña en la cama.

Liam agradeció y la pasó de inmediato, recostó a Sammy en la cama de la enfermería y el doctor de la manada la empezó a revisar.

—Liam ¿La humana se ha alimentado correctamente?, Está por debajo de su masa muscular normal — pregunto el doctor levantándose de la cama

—Sabes que apenas tenía comida para mí — su expresión de su rostro era claramente arrepentida y dolida—Sabes que al ser viejo y sin mate, él Alpha me da menos comida que al promedio y solo me alcanza para mí, he tratado de darle todo pero hay cosas que yo como y a ella le hacen daño.

— Mira no tengo mucha experiencia con humanos pero te ayudaré a encontrar la solución pero esa pequeña se recuperará, mientras tanto dejemos que descanse y tú tienes que darme una explicación. — hablo el doctor muy seriamente sin expresión alguna.

— Entiendo —se acercó de nueva cuenta a la cama donde se encontraba su pequeña Sammy y le dijo — Pequeña tengo que hablar de algo con el doctor y mientras tanto tú descansa ¿Comprendiste?

Sammy solo asintió y cerró sus pequeños párpados y quedó profundamente dormida en segundos.

Después de explicarle todo al médico el entendió la situación y le recomendó que lo mejor para ella sería que la llevara a un orfanato para humanos, ya que era más seguro que estar en la manada.

Pero siempre sucede algo, todo estaba sospechosamente tranquilo.

No paso mucho tiempo cuando llegaron soldados al consultorio al reconocer el aroma que emanaba la pequeña humana.

— ¿Dónde está el humano? — pregunto uno de los soldados muy enojado.

— ¿De qué humano hablan? — pregunto Liam con indiferencia.

Liam trato de hacerles creer que no había nadie pero no funciono, los soldados se adentraron a los cuartos al encontrar a la pequeña la sacaron junto con el doctor y Liam para llevarlos en presencia del Alpha y saber cuál sería su castigo al romper su regla de oro.

Mientras que con él Alpha, él tenía más problemas que resolver sin embargo su regla de oro "NO SE ROMPE".

—Alpha, encontraron una humana en el consultorio del médico de la manada, se encuentran ahora en los calabozos —informó su beta.

¿Beta?

Los beta son la mano derecha del Alpha. Son el segundo rango superior en toda manada.

—Gracias, en un momento iré a encargarme de ese problema, de está nadie saldrá ileso—dijo Noah muy enojado y estresado ya que tenía mayores problemas, salió del despacho del Alpha y al poco tiempo entró su luna.

—Mi luna ¿qué haces despierta a estas horas?, deberías estar descansando no es bueno para el cachorro—dijo Noah acercándose a su amada.

—Noah, prométeme que no le harás daño a esa humana—dijo su amada muy segura y claramente preocupada, a pesar de ser mates tenían muchas indiferencías.

—Mi amor sabes que en está manada—hizo un ademán con la manos señalando todo su alrededor—mis reglas se respetan...— antes de que terminara de hablar lo interrumpió.

—Lo se Noah, pero recuerda que está también es mi manada y la de nuestro futuro cachorro — dijo muy sería.

—Lo comprendo pero esa regla se respeta, así que amor ve a descansar y yo me haré cargo — nuevamente iba a hablar pero Noah la interrumpió — FIN DE LA DISCUSIÓN.

Dicho esto salió de su despacho y se dirigió a los calabozos, el lugar era muy sucio y en muy malas condiciones, pero claro que tenía que estar así, ya que los prisioneros no tendrían comodidades.

Dentro de este se encontraba una niña humana, el doctor de la manada y un viejo Omega.

—Pero miren que nos encontramos aquí, una simple humana y dos traidores, ¡qué maravilla! ya saben que les sucederá ¿No? —ellos no contestaron, mientras Sammy se encontraba llorando muy asustada por toda esa situación, imaginado las peores cosas que podrían pasarle a ella y a su padre.

—Beta, llama a toda la manada, hoy tendremos ejecución —dijo Noah muy seguro y con una característica sonrisa arrogante.

Su beta acató sus órdenes y llamó a toda la manada para presenciar la muerte de esos "traidores".

De inmediato toda la manada se reunió en el centro de la manada para presenciar la ejecución.

Al cabo de unos minutos llevaron a los tres al escenario central de la manada donde se realizan las ejecuciones, el primero sería el doctor.

Incaron al doctor y le pusieron en el cuello la espada, mientras toda la gente miraba la situación asustados y otros con diversión.

— Alpha, por favor no me mate se lo suplico, yo no tengo nada que ver, Liam fue quien la crío, él lo traicionó...—sin contemplarlo el beta hizo un asentamiento con la cabeza dándole señales al verdugo para que prosiguiera, así degollando al doctor enfrente de todos.

Varias mujeres ahogaron un grito, todos los presentes claro que estaban asustados, pero no podían decir absolutamente nada.

Menos las mujeres.

—Al menos debió morir callado, pero él decidió hechar culpas, que cobarde —dijo el beta viendo tal escena con asco —Bueno sigue el viejo Omega —dijo acatando las órdenes de Noah.

—Alpha se lo pido perdone nuestras vidas, entendemos que rompimos una regla pero le imploro piedad a ella la encontré en el bosque cuando apenas era una bebé recién nacida desde entonces estoy con ella, no representa ningún peligro, se acopló a todas las prioridades de la manada, ¡por favor piedad! — imploro Liam serio tardando de no llorar y mantener su postura.

Después de unos minutos de un silencio muy tenso, él Alpha decidió hablar.

—Bien, tienes razón pero eso sí te digo no recibirás más comida de mi parte y de nadie más, si alguien osa a darte comida morirá ejecutado, ese será tu castigo omega —hablo Noah, ya cansado.

Todos dejaron el lugar, algunos más tranquilos, otros enojados al solo ver una ejecución y algunos más con miedo de que les sucediera algo igual, mientras tanto Liam llevo a su pequeña niña a su casa y la dejo descansar ya que al ver morir al doctor ella se desmayó.