Capítulo 50

—Creo que no podremos hacer mucho si no te quitas la ropa, pero lo haré por ti si eso quieres —suelto una pequeña risita.

—Ni hablar —dice Mich apresuradamente quitándose la ropa.

Su cuerpo era perfecto, delgado pero musculoso. Sus ojos brillaban y su respiración comenzaba a acelerarse haciendo muy notoria su erección. Me quito el sostén dejando mi cuerpo al descubierto y Mich se acerca a mí, me besa y yo rodeó su cuello con mis manos. Agradecí mentalmente que aquel sitio estuviera rodeado de pasto, mismo que sentí en mi espalda cuando me acostó y se colocó encima de mí. Nuestras lenguas jugaban mientras nuestros cuerpos se moldeaban perfectamente.

—Eres tan hermosa.

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