MierdaMierdaMierda, es lo único que pasaba por mi cabeza en ese momento, frente a nosotras parado justo en la puerta igual de asombrado que nosotras dos se encontraba un ángel que no había visto nunca. Sus ojos me miraron con desconfianza y algo de temor, para pasar a Amanda la cual en menos de un segundo había cambiado por completo la cara. No se veía asustada, si no confiada pero un poco confundida, pero no por el ángel, su cara de confundida iba dirigida a mí.El ángel miro hacia atrás quizás para buscar si estábamos con alguien más, mamá rápidamente me quito la pluma que había escondido a mis espaldas y se la coloco dentro de la ropa justo a tiempo, antes de que el ángel volviera la atención hacia nosotras. – ¿Que hacen ustedes aquí? – pregunto el ángel cuando se recupero de su estado, su atención estaba por completo en nosotras, la miraba a Amanda desconfiado– Yo vine a intentar hablar con Miguel, hay mucho revuelo en la sala y preferí esperarlo aquí – dijo segura mamá, la mi
Narración de Ethan Morgan Llevada algunos minutos recorriendo cada rincón de ese enorme lugar, en la sala del archivero no había ni un rastro ni de Becca ni de Amanda. Comenzaba a desesperarme, no sentía la presencia de mi princesa, a través del hechizo que había hecho Caroline había hecho que el lazo se debilitara un poco, haciendo que nuestras presencias no se sientan normales. Pero en ese momento no la sentía para nada, y eso empezaba a desesperarme.El archivo con mi nombre y pluma tampoco estaba pero no era algo que me preocupara en ese momento, solo quería encontrar a mi pareja y salir de ese lugar, antes de que sea tarde. El hechizo que camuflaba nuestras esencias comenzaba a picarme avisando que solo nos quedaba una hora. Teníamos que salir de aquí ya,– No hay rastro de Becca – Lisa se acerco corriendo hacia donde estaba. También estaba preocupada, nos habíamos dividido para poder encontrarla más rápido. Sin embargo había sido inútil, ninguno había encontrado absolutamente n
Ethan Morgan IILos tres mantuvimos silenció por unos cuantos minutos, solo se escuchaba el ruido original del bosque, ya nos encontrábamos en la cascada, pareciera como si nos hubiéramos adentrado aun mas dentro del extenso bosque. Hasta la temperatura se sentía diferente.Cassandra termino por cortar el silencio en que estábamos– ¿Que carajos sucedió? – pregunto la bruja preocupaba mirando de tras de nosotros probablemente haciendo lo mismo que había hecho yo hace unos minutos, esperar a que Becca apareciera. Pero obtenía el mismo resultado que había obtenido yo, el portal se había cerrado y Becca no había salido, solo éramos nosotros dos.– Ocurrió un problema – dijo Lisa, sin poder entender aun del todo que había sucedido dentro de ese portal– ¿¡Que problema ángel!? Se mas especifica – Cassi se veía preocupada y enojada, si rostro había cambiado de color, parecía como si estuviera pálida, se podía comparar con un simple papel. Igualmente p
Ethan Morgan III– Ocurrió algo Mark – me atreví a hablar ya que nadie decir nada. Los ojos de Mark se fijaron en mí con mucha dureza. El enojo del demonio se notaba a simple vista.– Me puedo dar cuenta de eso Ethan. ¿Pero qué carajos ocurrió? – a pasos apresurados se acerco a mí, poniéndose solo a unos pasos, podía sentir su respiración impactando en mi cara. Sin embargo no di un paso hacia atrás ni le baje la mirada.– Mark lo ideal sería que entremos e intentemos calmarnos un poco – dijo Cassandra ya que a nuestro alrededor algunos demonios no miraba de reojo interesados en lo que sucedía. Ya algunos se veían preocupados por lo que le pudiera haber pasado a su princesa, futura gobernadora.– ¡Entren, ahora! – demando Mark aun enojado caminando hacía dentro del castillo– ¿Ese es el padre de Becca? – pregunto en un susurro Lisa aun detrás de Cassandra, el ángel estaba asustada y preocupada, quizás por entender que su hermana ahora vivía con ese de
Rebecca SmithLos dos ángeles me sujetaron para arrastrarme fuera de la oficina de Miguel para llevarme hacía las celdas que había en el cielo, las mismas celdas en las que había estaba Lisa hace un rato atrás. Esperaba que no revisaran la celda en donde había estado mi hermana, necesitaba más tiempo antes de que se den cuenta.Era inútil que intentara soltarme, lo intentaba y no funcionaba, no podía hacerlo. Se me ocurrió tratar de poner todo mi peso en mis pies para que se le haga más difícil el llevarme y aunque por unos minutos había funcionado no fue por mucho tiempo. Sin causarle mucho peso ambos ángeles sujetaron mis brazos y me levantaron un poco en el aire, mis pies tranquilamente se balanceaban en el aire, ya no tocaba el suelo. Y así me llevaron, pareciera como si nos les afectaba en nada, para ellos no era mucho peso el que estaban cargando en ese momentoIntentaba patalear golpear a los dos gorilas que me tenían sujetada, a mis espaldas Miguel solo se reía. David me mirab
La situación cada vez se iba volviendo más complicada. Los ángeles no sabían qué hacer con el demonio que tenían capturado. Y los demonios no sabían del todo todavía como entrar para rescatar a su próxima gobernante. Mark e Ethan contemplaban la idea de volver por el túnel e entrar por la gran puerta pero ambos sabían que sería inútil, era más que seguro que Miguel haya puesto guardias en cada puerta o entradas de ese lugar, claramente el ángel esperaba la aparición de ambos demonios en sus tierras. Becca por otra parte solo deseaba de las dos personas que mas amaba hayan salido de ese lugar.Unos pequeñas pasos se comenzaron a escuchar fuera de la celda en la que estaba. Amanda se deslizaba por el pasillo siendo cautelosa intentado no ser vista ni escuchada, quería ver a su hija, asegurarse de que estuviera bien. Por suerte no la habían dejado muy lejos de la puerta principal, por lo cual no tendría que recorrer tantos pasillos, de ser así estaba la posibilidad de que la encontraran.
Lo que me faltaba tener a uno de los ángeles mayores encima todo el tiempo. Sabía que la presencia de Miguel iba a estar todo el tiempo en esta celda, solo se iba a limitar a molestarme, aun no entendía el por qué de su obsesión hacia mí. – Uf, mira a quien tenemos aquí ¿ahora qué quieres Miguel? – dije con disgusto, no me gustaba su presencia. Me ponía incomoda, me molestaba. Y él lo sabía, ya que su sonrisa aumentaba a cada segundo que pasaba.– Creí que querías un poco de compañía, después de todo aquí es tan solitario – cerró la puerta a su espalda y se coloco a mi lado de la cama. Rápidamente me aleje de él colocándome al otro lado, casi pegándome a la enorme pared blanca– Lo que menos me interesa en este momento es tu compañía – la sonrisa del ángel no se borro en ningún momento, por el contrario solo aumentaba– Pero para tu mala suerte yo aun quiero hablar contigo, no todos los días tenemos a la hija de uno de los demonios mayores por aquí –– No hablare absolutamente nada d
– Así que solo se trataba de un engaño – No sabía por qué, pero de alguna forma no me sorprendía, en lo poco que conocía al ángel había llegado a entender cómo funcionaba en general. No se comparaba o igualaba con la bondad que los caracteriza a un ángel, solo había malicia en él, buscaba su propio bien. Lo que a él le podría funcionar, ese egoísmo no era propio de un ángel. Si no de un demonio. – Si lo fue. Aunque tengo que darte merito eh. Es increíble que llegaras hasta aquí solo por la pluma – No sabía si lo decía con burla o con un toque de admiración, aun así la gracia estaba presente en toda su cara. Ya que había caído por completo en su trampa– Lo haría nuevamente si se trata de mi pareja – sabia que ese tema le dolía, le molestaba. Por eso lo remarcaría cada que pudiera. Mi estadía en ese lugar no iba a ser placentera para ninguno de los dos.– Por tu pareja o no, no me importa. Lo realmente importante para mi es que caíste en mi engaño, por eso te tengo aquí – dijo soberb