¿Una pequeña?

Hoy he llegado temprano al gimnasio, me ha tocado recoger un poco y checar los equipos, empiezo mi trabajo hasta terminarlo cuando lo hago son las doce de medio día, así que ya tengo hambre por lo cual saco mi lonchera y me dirijo al microondas y caliento la comida.

Louis no ha llegado así que se siente un poco de paz a mi alrededor.

No sé cuál sea el motivo de su ausencia pero está bien.

Saco mi refactorío del microondas y me doy la vuelta y cuando lo hago topo con alguien y mi comida caliente sale volando y cae al suelo.

—¡¿Por qué no te fijas?!—dice Louis  molesto mientras se limpia.

—¿Por qué no haces ruido al llegar?—también contesto molesta.

Él me mira con enojo y solo sacude su ropa, menos mal que él viene vestido con ropa normal si hubiese venido con shorts lo quemó todo.

Respiro con alivio al ver que este incidente no ha pasado a mayores, me dispongo a limpiar y después solo observo a los clientes mientras hacen ejercicio.

Mi comida queda arruinada así que solo comeré la fruta que queda en mi bolso junto con la barrita que llevo con ella.

Saco eso de mí mochila y enseguida empiezo a comer eso.

Las horas pasan rápidamente así que es tiempo de ejercitarme, hoy toca pierna así que empiezo, después de hacer cardio subo a la planta alta y lo primero que veo es a Louis con otra chica ¿Y la rubia? Me preguntó a mi misma vaya si que él es rápido...

Alzo las cejas mientras veo eso, él se da cuenta y solo me ve con seriedad.

Ash "Que imprudente eres Cielo" me digo a mi misma mientras camino rápido para no sentir la mirada penetrante de Louis.

Empiezo con mis ejercicios y después bajo hacer un poco más de cardio, Louis se queda junto a esa chica nueva que trae con él, la cual es de pelo largo y muy bonita, bajo las escaleras y me encuentro a su íntima amiga la cual es Laia.

Sigo bajando mientras veo como ella sube rápidamente.

Después de hacer cardio me preparo un batido de fresa, y  después de vaciar el licuado en mi vaso, tomo el libro que me dejo mi madre y camino, el libro se abre así que enseguida trato de cerrarlo con Ia mano, de pronto vuelvo a tropezar con alguien,  subo la mirada y es Louis el cual me ve enojado, mientras sacude su celular el cual se lleno de licuado.

—¿Es enserio? Odias tanto que no te haga caso que tienes que hacer esto, tanta falta de atención te hace —dice sin siquiera pensarlo.

Ni siquiera le respondo solo me doy la vuelta y dejo el vaso en el lavabo, estoy por dejar el libro que gracias a Dios se salvó de mojarlo en la barra pero Louis me lo arrebata.

—¿Por esto me arruinas el celular?—toma el libro y lo ve con desagrado.

—Dame ese libro, no fue su culpa—digo asustada.

—Está bien... Yo no soy tan vengativo como tú, solo quiero mi celular de vuelta—esta por darme el libro pero veo como su amiga Laia se lo quita de la mano.

—¿Cómo te atreves a dañar el celular de Louis?—dice Laia mientras me ve con enojo.

—No lo hice a propósito, ahora dame el libro—extiendo mi mano.

—¿Tanto te importa?—hace una risita para luego correr hacia el baño—Ven por él—entra al baño.

Que no sea lo que estoy imaginado por favor, camino a toda prisa al baño y veo como ella arroja el libro en la taza de baño.

De inmediato sin pensarlo me hinco, hago una mueca y saco el libro de ahí.

Está muy mojado así que... Es imposible que se logre recuperar mientras seco la portada con papel de baño siento como mis lágrimas salen es inevitable sentir esto si esto era un regalo que mi madre me dejó.

M*****a sea ¿Por qué?, Siento la desesperación por salvar ese libro, y también siento las miradas, volteo y veo a todos mirándome hasta Louis está observando lo que estoy haciendo, camino hacia la puerta, y empujó a los que están dentro del baño y los saco para luego cerrar la puerta con llave.

Me siento muy frustrada, tengo tanto enojo que quiero golpear a todo el mundo, me siento sobre el piso para poder desahogarme un poco, lloro hasta cansarme y después me levanto, me quito la sudadera que traigo arriba,  me quito la blusa de tirantes después me vuelvo a poner la sudadera, camino hacia el libro y antes de envolver ese libro en mi blusa busco la nota que me dejo mi madre pero no está, debe haberse caído, envuelvo el libro y salgo del baño.

Todos me ven pero me vale un rábano eso, sigo caminando y me meto en mi área de trabajo busco la nota en el piso pero no está, estoy tan enojada que no quiero mirar a nadie solo quiero esa nota e irme.

Sigo buscando hasta que veo la nota frente a mí, levanto la mirada y es Louis quien me la da, lo veo molesta y solo le arrebato la nota, y sigo mi camino hacia mi mochila la tomo y enseguida salgo.

Doy unos pasos hasta que escucho como Louis me habla.

—Cielo, seré lo que tú quieras pero jamás hubiera querido que le pasara eso al libro no es de mi agrado un libro pero... Tampoco quería eso.

Estoy de espaldas escuchando eso, después me devuelvo.

—¿No quería eso? Pues parece que tu rostro te traicionó con lo que querías expresar, porque cuando tu amiguita tiro este libro—levanto el envoltorio dónde está el libro y se lo enseño—Parecías tan tranquilo, pudiste detenerla pero te quedaste parado no me vengas con eso—le digo con enfado.

Me doy al vuelta y sigo caminando hasta la parada de autobuses.

Han pasado algunos días ha decir verdad como dos o tres semanas la verdad no tengo idea, me la he pasado concentrada en mi misma, en seguir adelante, que no pienso en otra cosa más que en eso.

Estoy sentada en el piso del gimnasio estoy limpiando una barra de peso, cuando termino de limpiar  me pongo de pie y cargo la pesa es un poco pesada para mí pero aún así trato de levantarla porque si puedo.

—Yo lo hago —dice de pronto Louis quien aparece a un lado mío.

Lo miro fijamente y después relaciono para luego quitar mis manos de las suyas.

—Como sea, no era necesario—dejo el trapo que traigo en la mano y bajo enseguida las escaleras.

Durante estás semanas lo he evitado no quiero ni verlo, estoy demasiado enfada aún.

Me dispongo a atender a un cliente, y después de eso, voy a barrer afuera del gimnasio.

Permanezco rato barriendo hasta que de pronto veo como una pequeña niña se asoma por una esquina del muro del gym.

Sonrío ya que es muy tierna esa pequeña si acaso tiene de cuatro a Cinco años.

Camino hacia ella y cuando la veo es una niña muy hermosa, su pelo es largo y chino, su piel es blanca y sus ojos son claros.

Le sonrío mientras me hincó para estar a su altura.

—Hola—le sonrío con dulzura.

Esa pequeña solo me mira fijamente pero después baja la mirada ella luce muy apenada.

—No te haré daño dime ¿Quién eres? —le sigo sonríendo—Oh, vaya mira lo que tengo aquí ¡Una paleta de colores!—digo con entusiasmo.

La pequeña sonríe y toma la paleta.

—mmm, dime... ¿Cómo te llamas?—digo con dulzura.

— Mad- Madison—dice apenada.

—Hola, Madison yo soy Cielo, Cielo Aubriot y seremos amigas, y como buenas amigas tienes que decirme ¿A quién buscas? —digo mientras me siento en la banqueta—Ven siéntate conmigo —le hago señas.

—A- a mi...Louis —dice mientras saca la paleta y se la pone en la boca.

¿Qué? ¿Louis? Ah de verdad de seguro está pequeña es una niña que de seguro dejo abandonada aquí.

—Ah... Okey, yo enseguida te llevaré con él—la tomo de la mano y la llevo conmigo.

Entro al gimnasio y le pregunto a los demás instructores por Louis pero ellos me dicen que él anda en bodega así que tengo que esperar.

Dejo encargada la caja y estoy por llevar a Madison a la cafetería ella debe tener hambre ya que desde aquí puedo escuchar como su panza ruge.

Estoy por subir las escaleras pero alguien me habla, me doy la vuelta.

Es una señora elegante, su pelo es rubio y usa un color de labios rojo, mientras que su vestimenta es genial.

—Mande señora—le sonrío.

—Bueno yo quisiera saber ¿A dónde es que llevas a mi sobrina?—dice mientras se quita los lentes de sol.

—Bueno... Yo solo quería alimentar a Madison ella estaba afuera sola, no quiero ocasionar problemas—digo apenada.

—Querida una chica tan linda como tú no creo que genere problemas, agradezco tu amabilidad, lo que pasa es que deje a Madison ahí porque me regresé por sus maletas—me enseña sus maletas—Que bueno que ella está contigo, bueno te puedo pedir un favor—me sonríe

Ok, mientras no se trate de pancartas ni nada cursi.

—Depende, diga usted primero y luego respondo si, si o no—digo apenada.

—Yo soy la tía de Louis Green, me llamo Alessa Green soy la hermana de la madre ya fallecida  de Louis, me encargo de esta pequeña, soy de Estados Unidos solo que hoy tuve que viajar acá porque necesito hacer unos trámites así que... Tengo que dejar a la pequeña Madison por algunas semanas con su hermano—me explica.

—Okey—digo confundida.

—Por favor ¿Me puedes llevar con Louis?—dice con tranquilidad.

De verdad me dió toda esa explicación para llevarla con Louis, wow está señora es la onda.

—Louis no está, es por eso que llevaba a Madison a comer algo mientras esperábamos a que él llegara—sonrío apenada.

—Ah ya veo, nena tengo un poco de prisa espera un poco por favor—la señora saca un papel y una pluma por lo cual empieza a escribir en el.

Madison es una niña muy tranquila ella solo está observando a su tía y a mi al mismo tiempo por lo cual solo le sonrío para darle un poco más de confianza.

—Mira aquí tienes, dásela a Louis, dile que me perdone por venir así nadamás, dile que trate de localizarlo pero no pude—suspira—Ah por favor hazle saber que vuelvo por Madison en unas semanas—me sonríe, después solo se despide de Madison y se va.

Veo la nota y solo me digo a mi misma espero no meterme en problemas por esto.

—Ok, Madison vamos a comer—digo con amabilidad.

—Si, chelo—me mira con confianza.

—Cielo nena me llamo Cielo—digo sonriendo con alegría.

—Chelo—me mira con ternura.

Ah rayos no puedo competir contra Madison, dejaré que me diga Chelo.

—Está bien solo tú puedes decirme Chelo —toco su nariz.

Tomo nuevamente la mano de Madison y subimos finalmente hacia la cafetería, llegamos y la siento en una de las mesas.

Le quitó su mochila y la pongo en otra silla, después voy y pido algo de comer, pido una hamburguesa con una malteada de chocolate.

Cuando me la dan regreso hacia Madison.

—Vamos Madison toma come—le enfrió un poco las papas y parto la hamburguesa.

Madison y yo tenemos rato platicando ella ya casi termina de comer.

De pronto volteo hacia las escaleras y veo a Louis, él parce estar buscando algo y cuando me ve viene hacia mi.

—¿Por qué dejas la caja sola? No puedo creer tu irresponsabilidad, solo tú y yo tenemos que ocuparnos del área de administración—dice con tal enojo que ni siquiera ve a Madison.

Suspiro y me pongo de pie y aunque me falta un poco para llegar a su rostro lo miro fijamente.

—Es... ¿En serio?—pregunto incrédula.

—¿Qué?—me mira fijamente.

—Louis—dice Madison—No grites a Chelo—dice mientras lo jala de la camisa.

Louis se sorprende al mirar a Madison después se le dibuja una sonrisa en sus labios, es una sonrisa que él jamás en este tiempo había mostrado, abraza a Madison y después la separa de él y la observa a detalle.

—Madison estás grandísima, te extrañe hermanita—le da un beso en las mejillas.

Sonrío al ver eso es que eso es tan tierno ojala y yo tuviera una hermana.

—¿Qué haces aún aquí?—dice Louis seriamente para luego sacarme de mis pensamientos.

—Ah, ya me voy, solo ten esto, vino una señora muy elegante y dijo que te diera esto—saco la nota y se la doy a él.

—Me voy—me doy la vuelta e intento caminar de pronto Madison me toma de la mano.

—No, chelo no te vayas—me sostiene.

—Nena me tengo que ir a trabajar—le sonrió mientras me pongo a su altura —Te prometo que pronto jugaremos y te prometo que siempre que te vea tendré una paleta para ti—le sonrió y después toco su nariz.

Me reincorporo y solo veo como Louis me observa fijamente, él no dice nada solo cuando se da cuenta que lo veo agacha la mirada, ignoro eso y simplemente volteo nuevamente a ver a Madison y después me voy.

 

 

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