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Eres tan...Egocéntrico

Ha pasado un largo rato, de pronto veo a Louis bajando con Madison, la pequeña enseguida me ve y corre hacia mí.

—Chelo ¿Puedo quedarme contigo?—me dice mientras toma mi mano.

Veo a Louis y él solo me ve con seriedad mientras siento como Madison jala mi blusa.

 

Dejo de ver a Louis y solo asiento con la cabeza mientras veo a Madison.

—Claro, mientras tu hermano este de acuerdo—le sonrío.

Ambas vemos a Louis y él solo asiente con la cabeza y después se va.

—Chelo ¿Qué hacemos?—hace una seña con sus manos.

—Bueno... Qué te parece si... Leemos un poco—alzo las cejas.

—Si, si—dice emocionada.

Saco un libro de cuentos de mi bolso, menos mal que siempre cargo con cualquier tipo de libro.

Cargo a Madison y la pongo en mis piernas.

Las horas pasan y ella de pronto se queda dormida, la veo con ternura y después trato de cargarla.

—Yo lo hago—dice Louis de pronto para luego agacharse.

Su rostro está cerca del mío y aunque él no me interesa, la verdad es que no puedo dejar de aceptar que es un patán guapo.

Louis toma a Madison y la lleva con él, está por irse, pero desde donde está me dice "Gracias" su voz es tan seria que no puedo evitar  no tomar enserio ese "Gracias"

El camina y deja a Madison en una de las bancas.

Mi turno de entrenar llega, al igual que Kristen así que tomo mi bote de agua y me voy a entrenar.

Nuevamente las horas se me pasan volando y es tiempo de irme a casa así que tomo mi mochila y estoy por salir pero antes veo que Madison está torcida de su cuello por lo cual enseguida la acomodo.

Kristen está detrás de mi por lo cual enseguida me habla.

—¿Quién es ella? ¿La conoces? Si no fueras mi amiga pensaría que eres la mamá de esa pequeña—dice con sarcasmo.

—No, ella es la hermana de Louis, hoy llego de Estados Unidos—digo para luego ponerme de pie.

—Apoco ese insensible tiene una hermana tan bonita como ella—dice con burla—Que bueno que es pequeña así no le aprende los modos de Louis.

—En eso tienes razón —acierto con un dedo.

Después de esa pequeña charla camino hacia la salida, y mientras camino escucho como Louis habla con sus amigos.

—Claro pronto entraré a  clases, por fin podré retomar mi carrera de nutrición—dice Louis mientras se recarga en el mostrador.

Ah, vaya la misma carrera que yo, espero poder pronto estudiar la universidad.

Sigo caminando hasta llegar al coche de Kristen y subir.

Hemos llegado a mi casa así que me despido de Kristen, luego entro a casa lo primero que veo es un desorden en la sala y la cocina.

M*****a sea ¿Por qué estás mujeres no recogen? Tomo un poco de la basura que hay en el sofá y me dirijo hacia el jardín que es donde están y lo sé gracias a los gritos que tienen esas dos.

—Madrina ¿Qué es esto?—le enseño la basura.

—Cielo sabía que eras tonta pero no tanto para no saber qué es lo que traes en  la mano—me ve sorprendida.

—Madrina sé lo que traigo en la mano pero porque no está en su lugar, tienen un desastre por dónde quiera al menos ayuden en algo—digo con desesperación.

—Mira si quieres nos largamos pero nos llevamos los libros y la carta que dejo tu madre—dice con cinismo.

Me pongo nerviosa y después trago saliva.

—¿De verdad me vas a seguir chantajeando con eso? Esos libros son míos —digo sorprendida.

—Pero la que está a cargo soy yo, así que decide, tan fácil que es limpiar nena —dice nuevamente con cinismo.

—Lo mismo digo es tan fácil, mire madrina ya ni sé si deba llamarte así pero no me cansen, no lo hagan—termino de decir para luego darme la vuelta y entrar.

Entro y dejo mi bolso en la barra de la cocina y continuo por limpiar todo este desastre.

Termino ya tarde por lo que enseguida solo ceno un sándwich.

Llegó a mi habitación y ni siquiera me baño, solo me tiro a la cama y me duermo.

La alarma suena después de horas por lo que enseguida me levanto, tomo lo primero que me encuentro, me doy un baño rápido, me cambio, me hago una coleta y salgo corriendo de la casa.

Los buses hoy es tan tardando en pasar por lo cual me desespero, sigo esperando hasta que pasa uno, veo a mi reloj y ya es tarde.

Cuando es hora de bajarme, corro por todo el camino hacia el gym hasta que llego.

Entro y justo en la entrada un tipo me tira la malteada en la blusa, ah m*****a sea ni siquiera le reclamo solo subo con rapidez las escaleras y me dirijo a los vestidores.

Abro el primero que  veo, entro viendo mi blusa por lo que enseguida, me la quito, me hago hacia atrás por lo que enseguida topo con alguien, enseguida me doy la vuelta y veo a Louis frente a mí, grito del susto que me doy y después tapo mis pechos.

Él no se tapa nada está tan acostumbrado a que lo vea que ya le vale.

—Ah, ¿Por qué no tocas?—dice con el ceño fruncido.

—Yo...

—Ya sé, ¿Querías verme así no?—abre los brazos y veo su abdomen marcado.

—Ay por favor—frunzo el ceño.

—¿Quieres provocarme? Pero ya te dije que así seas la última mujer del mundo jamás me enamoraría de tí—dice para luego ponerse la playera para luego pasar por un lado de mí y salir.

—¡Idiota! mil veces idiota—grito a sus espaldas—Ash—aprieto la blusa que está en mi mano y después la tiró al suelo.

Le pongo seguro al vestidor y enseguida me cambio.

Después salgo ya cambiada, menos mal que siempre cargo un cambio extra, camino hacia los escalones y bajo.

En el mostrador veo a Louis y a Madison.

—Chelo—corre Madison y me abraza.

—Hola—le sonrío con cariño.

—Madison ven acá—dice Louis a lo lejos.

—Vamos tu hermano te llama—la separo de mi y la llevo con Louis.

Louis enseguida la toma de la mano y la lleva a las bancas que hay justo cerca de las escaleras, la sienta y le da un libro de colorear, después se devuelve hacia mi, sin previo aviso me toma del brazo y me lleva hacia adentro del lugar donde está el mostrador.

—Deja de usar a mi hermana—dice firmemente.

—¿Usar a quién?—frunzo el ceño y me suelto de su agarre.

—¿De verdad crees que no me doy cuenta? —me ve fijamente.

Antes de contestarle suspiro un poco después paso mi mano por mi frente y después lo miro con molestia.

—Eres demasiado egocéntrico ¿Sabes? Te crees el centro de atención, eres un idiota, yo jamás usaría a una pequeña ¿Cómo para que lo haría? —lo veo desconcertada.

—Conozco las mujeres como tú, pero no te va funcionar, no me interesas ¿Entiendes? Así que deja de usar a Madison.

—A ver —me burlo un poco—¿De verdad piensas que estoy usando a Madison para enamorarte? —me burlo aún con más fuerza.

—No le veo la gracia—dice seriamente.

—Y yo no lo veo coherencia a tu estupidez, de verdad crees que hago eso,  yo jamás usaría a tu hermana para generar interés de tu parte hacia mí ¿Qué es lo que no te quedó claro de que no me interesas? Esa pancarta yo no lo hice ¿Entiendes?—digo para luego dejar de reírme.

—Pues no te creo, porque esa chica sabía perfectamente que yo odio las cursilerías, solo tú eres la persona nueva aquí en el gym que no lo sabe, se te hizo fácil culparla a ella cuando tú eres la que tramo eso, ¿Creiste que yo iba interesarme por ti solo por llevarme una pancarta y confesar tus sentimientos?—sonríe de lado—Yo no me enamoro, yo solo disfruto el momento y listo—dice nuevamente con seriedad—No ha nacido la mujer que me domine, que me haga delirar, que me haga cambiar mis pensamientos y creeme que esa mujer no eres tú—me mira con desinterés—Y si eso te enoja no me importa enojate pero nunca te haré caso, solo deja a Madison fuera—me mira de reojo y se va.

Suspiro con enojo y solo aprieto mis dientes, no creo poder seguir soportando esto ¿Qué le pasa a ese imbécil?.

Lo veo a lo lejos y veo como está con Madison.

De pronto aparece la asistente de el dueño del gym, ella me hace una seña de que vaya a dónde está, camino hacia ella y después le demuestro una pequeña sonrisa.

—Hola Cielo, hoy me tocó venir a revisar cómo anda el gym, falta poco para que el señor Spencer vuelva así que me mandó primero a mi para poder verificar que todo marche bien—me sonríe.

—Si señora Merida, dígame lo que quiera saber y yo le ayudo—digo con amabilidad.

—Por el momento solo quiero ir a mi oficina—me sonríe con amabilidad—Por cierto ¿Dónde está Louis?—pregunta.

—Èl está por allá—apunto hacia él.

La señora Merida voltea y lo ve con mucha seriedad, hace una mueca y después suspira.

—¿Y esa niña? —menciona la señora Merida para luego mirarme.

Ah rayos no sé que decir.

—¿Cielo?—alza las cejas.

—Ah la pequeña, creo que es su hermana—digo apenada.

—Su hermana ¿Qué hace su hermana en el trabajo? Este lugar es peligroso Dime  Cielo ¿Esa niña siempre esta aquí?—pregunta mientras lo mira.

—Bueno yo...este lo que pasa que  esa pequeña ha estado solo unos  pocos días aquí en la ciudad así que no...

—No digas más—me marca un alto con la mano y después va hacia Louis quien está volteando hacia acá.

Ah rayos, yo simplemente no quiero meterme en más broncas.

Tomo el trapo que hay a un lado de mí y empiezo a limpiar, limpio para no voltear hacia donde están ellos.

Pasa un pequeño rato y después siento nuevamente como me toman del brazo.

Miro hacia arriba y es Louis ¡Vaya! ¿Y ahora qué?

—¿Qué?—digo con molestia para luego soltarme de su agarre.

Él me ve con enojo.

—¿Qué le dijiste a la señora Mérida?—me ve fijamente.

—Nada yo solo...

—¿Quieres quedarte con el puesto no?—dice incrédulo.

—Si, pero a la buena no haciendo trampas como tú lo piensas.

—Sabes perfectamente que no tengo donde dejar a Madison y vienes y le dices a Mérida que la traigo todos los días al trabajo—dice molesto.

—¿Qué? Yo no le dije eso, yo le dije que Madison solo ha estado unos días aquí en la ciudad pero nunca le dije que en el gym, ni siquiera me dejó terminar—digo desesperada.

Me mira con decepción y se va.

Ash m*****a sea, tiro el trapo al bote de agua y me siento en la silla.

Espero hasta la hora de salida, hoy no vino Kristen así que no tengo ganas de hacer ejercicio sola y encontrarme con Louis.

Son las diez de la noche, rayos se me hizo más tarde de lo que esperaba.

Tomo mi bolso y estoy por salir pero Mérida me encuentra en el pasillo.

—Hola Cielo ¿Pasa algo? —pregunta curiosa.

—No, es solo que... Nada ya me voy—veo temerosa hacia afuera.

—Lo sé como mujer te entiendo ¿Tienes miedo? La calle es sola pero no te preocupes aunque voy de prisa puedo acercarte a un sitio de taxis o a tu casa  —camina hacia mi y me toma del hombro y me hace caminar con ella.

Camino y mientras lo hago estoy un poco desconcertada, me siento muy apenada, para ser sincera nunca me ha gustado dar molestias.

Salimos del gym por lo cual caminamos hacia su coche.

Ella entra mientras yo rodeo el coche, a lo lejos veo como Louis sale con Madison y enseguida baja la cortina.

Dejo de ver eso y me dispongo abrir la puerta del coche, estoy por entrar pero veo como Mérida enciende el coche y este no arranca.

Sigue intentando pero lo prende.

Mérida me ve apenada y después sale del coche.

—Oh, vaya no quiere encender—dice preocupada.

—Si lo sé pero no te preocupes me voy caminando—digo sonriente—Claro me voy cuando tu hayas tomado un taxi.

Veo como ella voltea por lo cual yo sigo su mirada y ella ve a Louis por lo que enseguida lo detiene.

—Louis ¿Podrías revisar mi coche?—dice Mérida.

—Claro—dice Louis mientras suelta la mano de Madison.

Veo a Madison y le sonrío, camino discretamente hacia ella, y saco una paleta de colores y se la doy.

La pequeña me sonríe y enseguida come de esa paleta.

Louis sale del coche y mira a Mérida.

—Mérida, tienes que llevar tu coche al mecánico, no se puede hacer nada por el momento—dice Louis para luego tomar de la mano a Madison.

—Ah ya veo—dice preocupada mientras ve el reloj.

Me mira a mí y después a Louis.

—¿Louis? Tú...

—No es necesario Mérida—digo apenada mientras tomo su brazo.

—Cielo tengo una reunión pronto pero también como asistente del señor Spencer estoy preocupada por tí, no te voy a dejar sola—dice con firmeza.

—Mérida ve tranquila—trato de darle confianza.

—Louis por favor lleva a Cielo  por lo menos a  un sitio de taxis—dice Mérida viendo fijamente a Louis.

—Lo siento no puedo tengo cosas que hacer ¿Que tal que pida un taxi? Así viene ese taxi hasta aquí—dice para luego caminar.

—Louis—dice Mérida molesta.

—Mérida no me vas a obligar—dice Louis con molestia.

—¿Que tal si llegamos a un acuerdo?—alza las cejas.

—Mérida—digo apenada—solo son unas cuadras las que debo caminar no importa.

—Nena, ¿Sabes lo que me pasó  hace años cuando trabajaba en una empresa?—me mira con preocupación—Si tan solo alguien se hubiera preocupado por mi en ese momento yo sería una mujer sin ningún miedo.

—Mérida —menciono con tristeza.

—Hace algunos años cuando salía de la empresa, era muy noche tome mi camino y justo cuando iba a tomar mi bus unos tipos me tomaron y me llevaron a un lote baldío e internaron violarme si no fuera por un chico no sé que hubiera pasado, y aunque no paso nada gracias a Dios, hoy en día así sea adulta le temo a las calles solas por eso es que no quiero dejarte sola y si tengo que llegar tarde a esa reunión por acompañarte al menos a un lugar transitado lo haré—dice segura de si misma.

—Gracias Mérida—le sonrió.

—Mérida está bien yo la llevaré—dice Louis para luego torcer los ojos—Pero es solo para que ya no pierdas tu tiempo.

—¿Sabes algo Louis? Te recompensare por esto, puedes traer a tu hermana al gym pero solo si me prometes que no habrá problemas ah y que también en cuanto llegue el señor Spencer tendrás con quién dejarla en casa, ah y también va hacer un secreto entre nosotros tres—dice para luego sonreír.

 

 

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