Capítulo 5

Pasamos el resto del día entrenando… él, midiendo mis habilidades; yo, corriendo de allá para acá, saltando, pateando… llevando mi destreza al límite. No dijo ni una sola palabra más con respecto a lo que hubiese sucedido en el lago, tampoco yo quería hacer referencia a nada de lo ocurrido allí, el ambiente era menos incómodo así. Llegando de vuelta a casa, él se adelantó y fue directamente a su oficina y se encerró. Yo llegué a la sala de estar y me senté en el sofá, agradeciendo su ausencia. Se sentó junto a mi Emil.

- Te ves muy mal – Emil bromeó – estás más horrible que ayer…

- Cierra la boca – reí – … tu alfa es un demente… no sé como aguantaré la semana.

- Tranquila… no todo es tan malo, ¿verdad? Antes solo podíamos vernos en el instituto…

- ¿Donde están mamá y Jason?

- Fueron a cenar… papá y yo ya terminamos nuestro turno de guardia.

- Me alegra mucho ver a mamá feliz… postergó esto por años. Es bueno que disfrute y salga a divertirse con su pareja

- ¿Y tu? – Emil me queda mirando – ¿No mereces disfrutar y divertirte un momento? – le sonreí – vamos… yo invito, salgamos a distraernos.

- … - lo pensé por un momento – de acuerdo. Me hará bien distraerme y salir.

Fui hasta mi habitación, tomé un vestido rojo ajustado y unos tacones, para ir a ducharme y vestirme en el toilette. Caminé por el corredor y entré al tocador. El agua tibia me supo de maravilla y recordé el momento en el lago, antes de que Lucien llegara. La sensación de libertad y plenitud en mi interior fue completa. Sentir a mi loba , sus sensaciones, lo que piensa y salir a la luz, es el sentimiento más gratificante que he experimentado. Ahora puedo entender a qué se referían todos cuando decían que era justo que yo pudiese vivir como lo que soy. Sin embargo todo lo que rodea a mi nueva identidad, me abruma sobremanera. Salí de la ducha y me puse el vestido, me agaché para ajustarme los tacones y sentí que abrían la puerta, era Lucien.

- Estás muy arreglada para ir a dormir

- Saldré con Emil.

- Pensé que estarías exhausta.

- Pues, pensaste mal. ¿Puedes esperar afuera?… en un momento saldré

- ¿Cuándo conocerás tu lugar? Si no fueras tu, ya estarías muerta por tus insolencias – cerró la puerta con enojo

Dejé mi cabello suelto, hacia un lado y puse un brillo en mis labios. Cuando salí del toilette, Lucien ya se había ido. Bajé las escaleras y fui a la cocina, allí estaba Emil, muy guapo, con sus jeans y camiseta ajustados, y a su lado, Lucien, bebiendo una cerveza despreocupado.

- ¿Ya estás lista? – Emil me habló muy animado

- Sí… ya podemos irnos

- Mañana el entrenamiento empieza a las cinco… no llegues tarde – Lucien habló algo molesto, sin dirigirme la mirada. No hice mayor caso.

- Ya, vamos – le dije a Emil

- Sí… - Emil miró a Lucien – ¿Seguro que está todo bien?

- Claro que sí… - Lucien le respondió fingiendo que nada sucedía.

Entramos a la camioneta y Emil condujo hasta un bar dentro de nuestro territorio. Entramos y nos sentamos en una mesa ubicada en un balconcito dentro del recinto.

- ¿Tu gusta el lugar?

- Muchísimo, es muy bonito. Gracias… siento que nunca hayamos hecho algo así…

- También yo tengo responsabilidad… jamás te invité… ¿Qué tal estuvo el entrenamiento de hoy?

- No preguntes… fue un desastre. Lucien estuvo enojado gran parte del día.

- ALFA Lucien – recalcó – Ayla, eres parte de la manada ahora, debes tratar a tu Alfa con respeto.

- Lo sé, lo siento… aun no me acostumbro a este sistema. Lo observo y solo veo… a un chico guapo malhumorado – me reí.

- Lucien es muy joven… pero es nuestro Alfa. Él es muy respetado en nuestro mundo; es un Alfa muy fuerte y ha gobernado muy bien, trayendo solidez a nuestra manada. Gracias a él, hoy somos de las manadas más fuertes. Todos esperan que prontamente encuentre a su Luna… la manada está preocupada. Ya han pasado cinco años desde que es nuestro Alfa y estar solo vuelve salvajes a los lobos.

- ¿Qué es una Luna? – pregunté recordando la conversación de la mañana

- ¿Es en serio? La Luna es la pareja del Alfa. Hay que regresarte al pre escolar…

- No seas idiota… llevo un día aquí y ya pretenden que entienda todo… tu eres mi mejor amigo, tienes el deber de explicarme todo ¿Cómo se escoge una pareja?

- Los lobos cuando conocen a su pareja, se identifican inmediatamente. Es una conexión sobrenatural que nos ha dado la diosa de la Luna; ella escoge a las parejas. Al momento de unirse como uno, se marcan, el uno al otro, con una mordida en el cuello…

- Dios… ¿Y eso no duele?

- Yo asumo que sí debe doler un poco – bromea – pero, que importa, somos hombres lobo… será como recibir una inyección… duele un poco en el momento, pero los beneficios son mucho mayores.

- ¿ Y tu pareja?

- No lo sé… aun no la he encontrado… pero cuándo la encuentre, no lo pensaré dos veces… la marcaré de inmediato y la haré mía – me quedó mirando pensativo.

Emil me contaba todo de un modo tan natural, sin embargo, me cuesta trabajo entender su forma de vida. ¿Acaso no podré escoger a mi pareja? ¿Estaré dispuesta a aceptar a alguien que me reclame como suya?... Mis pensamientos fueron interrumpidos por un chico, su tez era morena, sus ojos, verdes, cabello trigueño largo desenfadado; parecía salido de alguna antigua serie de surfistas…

- Hola, amiga… ¿Quieres bailar?

- Alfa Darius… que sorpresa… lo siento, está conmigo – Emil se levantó, intentando ser cordial, pero a la vez, muy posesivo.

- Emil, el Beta bebé… - sonrió burlonamente y habló bajo, pero aun así lo escuché – Vaya, que presunción la tuya… ¿De verdad crees que la hija de una vurmita es tu pareja?

- No estás en tu territorio, Alfa Darius… cuida tus palabras.

- No te preocupes… solo venía a comprobar si los rumores eran ciertos – luego de eso se alejó tranquilamente.

- Los Alfas son muy extraños… - bromeó Emil, algo preocupado

- Ni que lo digas… - intenté ignorar lo acontecido.

Llegamos de vuelta a casa a eso de las dos de la mañana… nos reímos, mucho durante esa noche, bailamos y logré distraerme bastante. Subí a mi habitación, recordando las palabras de ese Alfa Darius. Sin duda debía hablar con mi madre sobre ese asunto; sin embargo, la hora no era adecuada para llamar a su puerta. Necesitaba respuestas, por lo que, en vez de entrar a mi habitación, entré en la oficina de Lucien.

Dentro de ella, el Alfa de la manada, disponía de una bella y gran biblioteca con todo tipo de literatura; también mucha información sobre hombres lobo, licántropos, brujas, vampiros y muchas cosas más… busqué información sobre los Vurmitas, sin embargo no hallé nada… el tiempo pasó muy rápido, buscando, leyendo, investigando… empecé a entender un poco mejor algunas cosas que no comprendía sobre nuestra especie. Nada me distrajo, ni el sueño se presentó, mientras me sumergía en aquellos libros. Nada excepto alguien que carraspeó desde la puerta…

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo