A la mañana siguiente subimos al auto de Darien y nos dirigimos al lago. Llegamos a la cabaña de Jason, era una casita hermosa de madera con bellos ventanales; estaba totalmente rodeada por arbustos llenos de azaleas e hibiscos llenos de flores. El espectáculo era hermoso, y era increíble ver como toda esa belleza había crecido en tan solo tres días. Bajamos del vehículo y nos acercamos a la cabaña, con algo de inseguridad; no sabíamos como Aleynor nos recibiría después de lo que sucedió con su hija. Llamamos; y sentí gran alivio, cuando al abrirse la puerta vi a Jason parado del otro lado. - Señorita Beth. Que sorpresa ¿Qué les trae por aquí? Pasen por favor – me dijo. - Hola Jason ¿Está Aleynor? - Claro que sí. Entramos, Jason cerró tras nosotros. La cabaña estaba hermosamente decorada. Hacia el sitio donde se encontraba el hogar, sentada en un sofá, hablando por teléfono se encontraba Aleynor. - De acuerdo… bien… sí, será lo mejor. Puedo quedarme más tranquila… muchas gracias.
Terminó de revisar los documentos que le fueron entregados y observó un momento el sobre cerrado. Lo guardó dentro de una carpeta, sin abrirlo. En el entretanto, yo estaba de pie observando la ciudad desde la ventana. El enorme ventanal podía provocar incluso sensación de vértigo al estar tan alto. Se levantó un momento y caminó hacia el sillón del escritorio, luego abrió la tapa del ordenador para seguir trabajando. -Dentro de poco, Mei tendría que estar de vuelta.-¿Para qué le has pedido que me compre ropa? -Porque no puedes presentarte frente a todos como la futura Alfa de la manada con tenis y shorts. Estoy enviando un mail en este momento, convocando a una reunión en un par de horas, para poder presentarte ante el equipo administrativo de nuestra manada.-No olvides, que soy una candidata, aun no sabemos si seré su nueva Alfa. -De cualquier modo, nuestro equipo debe estar al tanto para organizar la votación de la manada.Se escuchó que alguien llamaba a la puerta; A
Las lobas terminaron de arreglar mi cabello y maquillaje rápidamente y en silencio, me entregaron un espejo de mano para poder ver el resultado. - Vaya… que rapidez – dije - No es necesario hacer tanto, ya que tu ya eres hermosa – dijo Alan. - Muchas gracias, chicas – agradecí el trabajo de aquellas jóvenes, sin prestar atención a los elogios de Alan. Ellas se retiraron. - Muy bien… ya es tiempo, debemos ir a la sala de conferencias, ya están todos allá - De acuerdo – respiré profundamente para darme valor. Caminamos por el pasillo nuevamente y llegamos al ascensor. Bajamos únicamente dos pisos, seguí a Alan por el corredor hasta llegar a una sala con una gran puerta de vidrio. Alan hizo que le esperara afuera un momento, tras el muro que no permitía ver hacia el interior. Habló algunas palabras que no logré escuchar, debido a que el lugar era a prueba de ruido. Sentía mucha curiosidad de ver hacia el interior y mi loba estaba muy nerviosa. Intentaba respirar hondo y lentamente p
Nos quedamos un momento mirando la puesta de sol.-¿Quieres un refresco? – me dice-Si tienes una cerveza estaría bien… -Claro que sí… - camina hacia adentro de la casaMe quedo en el roquerío observando aquella postal, me saco los zapatos y toco el agua con la punta de los dedos. Mi ánimo de ese día era muy diferente al del día anterior. Me sentía infinitamente más animada y esperanzada. Ese día, Lucien se llevó muy poco tiempo, abarcando mi mente y hasta podía sentir, en ocasiones, que tal vez incluso, todo lo que viví junto a él, fue parte de mi imaginación. Me sentía algo dañada en mi ego al recordar que me había rechazado. Conocerlo, en todos sus aspectos, fue muy bueno; disfruté esa aventura y el descubrirme como loba y mujer. Sin embargo, mientras caía el sol tras el mar, podía sentir como aquella página de mi vida, también acababa y se perdía en lo profundo.Alan llegó a mi lado, ya se había puesto cómodo, iba descalzo con la camisa abierta completamente y con boxers. Me
Podía sentir su respiración agitada y los latidos de su corazón, sus ojos tan azules como el mar, estaban posados sobre mi, luego los cerró. Vi como tragó saliva un momento e inhaló largamente por la nariz y se incorporó suavemente. Agradecí que hubiese sido el que diera el primer paso para alejarse, ya que, en mi situación, aun no me siento preparada para lidiar con ningún tipo de romance, sin mencionar que esta situación se tornaría muy tensa e incómoda profesionalmente hablando. Con la tensión del momento, mi estado de mareo se disipó al instante; me senté en el sofá despreocupadamente, fingiendo que nada sucedía. Alan rompió el silencio inmediatamente.-¿Quieres mas pizza? – me dijo, animado-Sí, por favor – dije feliz de que Alan dejara pasar sin importancia aquel penoso incidente.PUNTO DE VISTA DE ALANRecibí la llamada de Darius ese día lunes por la noche.-¿Cómo estás, amigo? – dije al contestar-Hermano mío, A que no adivinas donde he estado.-No sé de ti en días… ¿O
PUNTO DE VISTA DE AYLAEsos días transcurrieron muy tranquilos, Alan fue muy bueno conmigo. Su forma de ser tan apacible, me ayudaba a estar de mejor ánimo y olvidar los malos recuerdos. Él se portó como un gran anfitrión, me llevó a conocer la ciudad y cada rincón de nuestra manada. Por donde quiera que fuéramos, hablaba a los habitantes de quién era yo y lo importante que era para el futuro de nuestra manada, que estuvieran presentes en la gran celebración aquel próximo día sábado.Ese día viernes, temprano en la mañana, desperté con los rayos del exquisito sol asomándose a través de mi ventana. Mi nueva habitación en la casa de la manada, podría describirse como la habitación de una reina. Muros y porcelanato completamente blanco, con exquisitos velos y nórdico de suave lino, texturas naturales tejidas a mano. Cada detalle completamente cuidado para lograr la perfección. Fui a la ducha y disfruté el agua que caía; estar en ese lugar me hacía sentir como estar de vacaciones. A lo la
Alan me observó y sonrió ante mis palabras.-Solo quieres verlo ¿No es así? -¿De qué hablas? Claro que no es así. Las cosas entre él y yo ya fueron todas dichas… yo jamás podría estar con alguien que me daña como él lo hizo. A parte, ya llevo más tiempo fuera de lo que duró nuestra relación…-¿Estás segura de haberlo olvidado y rechazado en tu corazón? – puso sus manos en mis mejillas y me miró fijamente - Porque no me perdonaría el permitirte verlo y que te hiciera daño otra vez. -Te lo aseguro, Alan. No tienes qué temer-Ayla… él escogió a una Luna – observó mi reacción… yo le devolví una expresión de calma.-Ya lo sabía…-¿Cómo? ¿Quién te lo dijo?-Ese día que fui hasta allá y él rechazó nuestro vínculo, él dijo que iría al Bar a terminar con todo lo que nos unía. En un principio no comprendí a lo que se refería, sin embargo, al pasar los días, lo supe.-¿Tu sabes de quién se trata? -Creo que sí lo sé – recordé a la chica del bar.-Bien… pues es tu decisión.
Lucien me miró con una expresión de resentimiento y dolor en su rostro, pero no salieron más palabras de sus labios. Aun así, pude sentir en mi interior, claramente, que estaba recordando nuestro tiempo juntos en la cabaña, aquel lugar donde logré imaginar que la presa y el cazador podían amarse sin destruirse; pero solo fui una mariposa atraída por la luz del fuego abrazador. Me mentiría a mi misma si dijera que verlo me dejó impávida; sin embargo, la calidez de Alan, su respaldo y el sentirme tan acogida por sus palabras, me permitieron darme cuenta, que el lobo que más perdió no fui yo, sino Lucien, que hoy está destinado a vivir su vida junto a una loba que no ama, llevado por su resentimiento. Aunque en cierto punto también me permite librarme del peso que recaía sobre mis hombros de salvar la integridad de aquel Alfa salvaje. En mi corazón pude decir las palabras “Libero a mi corazón del vínculo que me unía a él ante la diosa de la Luna”.Salió de la oficina y la tensión de mi