La pelirroja llegó, con una bandeja de bocadillos y dos tazas con humeante y delicioso café, seguidamente Lara tomó asiento, frente a Gabrielle. —¿Cuántas de azúcar quieres Gabrielle? tardé unos segundos en reaccionar a la pregunta de Lara, la verdad era que me sentía extraña, no incómoda solo extraña. Una opresión en mi pecho no me abandonaba. —Dos por favor. —Una y dos, espero y te guste, es una marca colombiana y sabe a chocolate. Tomé la taza, el aroma era exquisito, dí un sorbo y definitivamente, estaba muy rico el café. —¿Qué tal la universidad? —preguntaba Lara, para sacar tema de conversación. —Bien la verdad es que me fascina la psicología, mucho más de lo que imaginaba. —Respondí volviendo a poner la taza en la mesa. —No te veo desde aquella noche, que viniste a traer el obsequio de la señora Valentina y Sofia. —Lo siento es que entre la universidad y el trabajo, en la mansión, no tengo mucho tiempo. —Me excusaba, vine a ver a Lara por insistencia de la señora Val
Ha pasado una semana, desde la muerte de Lara, Helios se negaba a aceptarlo, por complicaciones médicas se quedó más tiempo internado en el hospital. Entré silenciosa a la habitación de Helios, me partía el alma verlo así, recibir la noticia de la muerte de Lara y de su pequeño que aún no había nacido le afectó mucho. —¿Qué haces aquí? —preguntó el rubio en un hilo de voz. —Yo...bu...eno solo quería verte y saber cómo seguías. —Mi voz era temblorosa, no sabía exactamente que decir, o hacer. —Tú Gabrielle enserio ¿Tú cómo crees que estoy? —espetó Helios con veneno en las palabras. Sabía mi pregunta era tonta, obviamente estaba mal, yo no podía imaginar el dolor que cargaba Helios en este momento, perder a los dos seres más importantes de tu vida, en una noche es para desquiciarse. —Lo siento no debí venir yo...—¡Espera! —llamó Helios incorporándose en la cama. —Si. —Respondí aún sin darme la vuelta. —Ven aquí por favor. —Pidió el rubio bajando de nuevo, su voz. Solté la perill
Meses han pasado, Helios se ha alejado de su Carrera como musico, solo se ha dedicado a buscar donde descansan los restos de su esposa e hijo, cuando por fin se recuperó buscó a Cole pero este nunca decía nada, por más amenazas legales que hiciera Cole no hablaba, su madre sugirió demandarlo pero él no lo hacía por respeto a la memoria de Lara, ella amaba a su hermano. Conservaba esperanzas de que Spencer terminaría hablando. No salía de casa, hasta hace una semana, que decidió volver a la mansión, por insistencia de sus compañeros Abel y Luck, ambos insistían en que debía mudarse, el recuerdo no le hacía bien, a veces pasaba todo el día en la habitación que él y Lara habían preparado para su bebé, estaba delgado y dependía mucho de pastillas para dormir. Miró la hora en su celular, 1:30 pm quedó de almorzar con los chicos para tratar asuntos pendientes con el grupo no tenía ánimos de salir pero sus amigos fueron muy insistentes en salír para distraerlo, su
El despertador no dejaba de sonar ese constante Big, martillaba mis oídos. Se suponía hoy era mi descanso no soporté más ese infernal sonido; derrotada no tuve más opciones que levantarme. Me incorporé aún adormilada, escuché la puerta abrirse, era Juliette que entraba con ropa casual y no su uniforme de doméstica. —¿A dónde vas? —pregunté despertándome. —Iré con Carlota al aeropuerto, la pobre no tiene más familia, que sus hermanos y con ellos, no es que se lleven del todo bien. Suspiré resignada, Carlota era quisquillosa, pero no tanto como mi hermana. De ahora en adelante Jul sería la nueva ama de llaves Carlota se retiró; después de casi tres décadas decidió ya era hora de descansar. Lo malo de este asunto era que ahora, mi hermana sería mi jefa y para rematar, Sisi está por irse también, esto iba a ser un poco intenso. —Sisi hará el aseo necesito te arregles, te harás cargo de la hija de los señores... —¿Qué
Llegó la sacó del auto y corrió escaleras arriba —¡Mierda está hirviendo! —una de las empleadas de servicio comenzó a seguirlo. —¿Señor Lombardi le pasó algo, en que puedo ayudar...?—Juliette sígueme. —Entró a una de las habitaciones de visitas, junto a la mucama pidiéndole que buscara ropa seca y que trajera un termómetro, entró con aquella chica en brazos, a la regadera abríó la llave y la metió bajo el agua. —¡Ángela reacciona nena soy yo Helios! —seguia sarandeandola a ver si despertaba. —¿Helios, eres tú el cantante? —dijo ella algo desorientada.—Si claro bombón.—Le diré a Mía que conocí, al cantante de Star lights oye me das tu autógrafo, es para mi amiga Mía ¡Oye porque me cargas bájame, bájame! —Ok te bajaré pero quédate bajo la ducha un poco más.—Señor acá está la ropa seca y el termómetro que pidió. —Habló Juliette entrando a la habitación de huéspedes. —Gracias Juliette sácala de la
—¿Entonces te vas? —Si Gabrielle es una gran oportunidad y no puedo dejarlo pasar; estás oportunidades no se dan siempre amiga, he esperado esto por mucho y tú mejor que nadie lo sabes amie. —Explicaba Charlotte con entusiasmo en sus palabras. —Tienes razón Charle te extrañaré, en cuanto pueda iré a verte tengo la certeza de que tú amiga mía serás, la mejor cineasta de todas. —Sabia que mi amiga había trabajado mucho por esto y me llenaba de alegría que lograra sus metas la extrañaría pero estaba muy feliz por ella. —¡Gracias! —la rubia de anteojos se abalanzó sobre su amiga pelinegra, le daba un efusivo abrazo. —Y yo también a ti francesita ya nada será lo mismo sin ti. —Contener las lágrimas era imposible Charlotte era mi amiga desde pequeña y desde que nos conocimos fuimos inseparables, ella logró conseguir una beca para culminar sus estudios en California como cineasta, la despedida era más difícil de lo que imaginé que seria. Aunque los últimos dos años no hemos convivido
Hoy saldría a cenar con Zackary le rogué por más de una semana, a mi hermana para librar este día y afortunadamente aceptó darme este día a pesar doblo ocupada que estarían está noche. Ya tenía mi atuendo listo. —Te salvaste del espantoso uniforme de gala de la fiesta de aniversario —se quejó Sisi—, al menos me alegra que tú y Zackary tengan una cita, no se ven mucho, si yo fuera novia de ese hombre, no lo dejaría ni, a sol ni a sombra, con tanta vampira urgida. —Dijo la castaña mirándose al espejo. Fue inevitable no reírme ante las locuras, de mi alocada amiga. —En vez de decir tonterías termina de darle su papilla a Solecito. La bebita pelirroja comenzó a reír al escuchar su nombre, agitaba sus manitas sentada en su silla de bebé en su entusiasmo tiró al suelo el pequeño tazón de papilla de manzana. —Sisi creo que a Sol no le gustó la papilla que le hiciste amiga. —Dije tratando de aguantarme la risa al ver la cara de mi castaña lo
Ver a la señora Sofia, con Solecito me recuerda a mi madre a pesar de no estar mucho tiempo con la pequeña; la quiere mucho y es que aunque su tiempo sea corte Sofia se dedica cien por ciento a su pequeña. —Gabrielle hoy en la tarde saldré con la niña, necesito esté lista y preciosa hoy. —Eh si señora. —Dije saliendo de mi distracción. Recordé la cadena que tenía Selene, ayer había reparado el broche —señora ayer la pequeña Solecito perdió esto —saqué la cadena del bolsillo de mi delantal—. Reparé el broche es muy lindo a mi también me gustan los conejos ¿Dónde le compró el dije? Sofia tomó asombrada el tierno colgante dorado —no Gabrielle yo no le di esto a Selene —miró curiosa el dije de conejo en su mano—. Es probable que sea un obsequio del orfanato. —Repuso la modelo finalizando el tema. La morena puso la cadena en la pequeña pelirroja, está jugaba con su dije de conejo. —Ahora si me vas a decir quien es él afortuna