Capítulo10
—Matías, ¿dónde estás?—preguntó Catalina. Max la había llevado de vuelta a la mansión. Al despertar y no ver a Matías, inmediatamente lo llamó.

Matías respondió con calma:

—Estoy en la oficina.

—Entonces sigue trabajando—dijo Catalina y colgó.

Isabela se sintió avergonzada por la situación y, aunque no quería, estaba a solas con Matías. Intentó levantarse para irse, pero Matías le pidió que se quedara un momento más para hablar.

—Es muy tarde, ¿a dónde crees que vas?

—A cualquier lugar es mejor que estar contigo—respondió Isabela fríamente.

Matías se inclinó sobre ella:

—¿Vas a buscar al de los Espinosa? Isabela, no creas que por acercarte a los Espinosa estarás a salvo. Él no puede protegerte.

—¿Y qué? Al menos puedo estar con él sin ser una amante—Isabela se rió con frialdad.

Los ojos de Matías brillaron intensamente. Miró fijamente a Isabela, como si quisiera descifrar sus pensamientos. De repente, soltó una risa suave y su mirada se suavizó. Isabela se encontró con sus ojos profu
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