Elisa abre la puerta ante su curiosidad. - Su padre me dijo que le entregara ésto. Elisa se soprendió al ver a Xavier, miró lo que tenía en una de sus manos. - Mi bolso. Elisa lo toma. - ¿Qué piensa hacer mi padre para salvar a Perro fiel? Xavier voltea verla, se había distraído viendo a ver si venía alguien. - No se preocupe. Su padre es muy inteligente. Llegará a un acuerdo con esos matones. - Oí lo que dijo. Elisa lo interrumpe y Xavier frunce el ceño. - ¿Qué oyó señorita? Xavier sonríe. Elisa siente un escalofrío ante esa sonrisa. Elisa no era de tratar mucho con la servidumbre de la casa, Xavier llevaba trabajando con su padre mucho tiempo. Pero le costaba entender como Perro fiel pasó a ser mano derecha de su padre si practicamente era un desconocido. Nunca lo había visto. En cambio, con Xavier si tuvo pequeñas platicas de amo-empleado. Lo normal. - Nada. Estoy muy cansada. ¿Puedes decirle a Leyla que me suba un sandwich de jamón de pavo y jugo de naranja? Elisa so
- Bello durmiente, es hora de despetar.Hector lanza un silbido hacia perro fiel. Quien está atado a una soga y sentado en una silla.- Vamos, échenle agua al princeso.Dice Hector perdiendo la paciencia. Unos de sus hombres asiente y le lanza una cubeta de agua a Perro fiel quien reacciona al instante.- ¿Qué pasa?- Al parecer ese golpe que te dí te hizo dormir mucho tiempo.Dice Hector prendiendo un cigarrillo. Perro fiel le lanza una mirada al notarlo y rebonibar lo ocurrido.- Pensé que teníamos un trato.Dice Perro fiel escupiendo algo de sangre.- Pensaste demasiado. Yo no hago tratos con policias corruptos.- ¡Yo no soy corrupto!Grita perro fiel. Los hombres de Hector lo apuntan con sus armas. Hector suelta una risilla.- Bajen las armas.Dice Hector señalando con la mano. Sus hombres asienten, bajan sus armas y se encargan de escuchar.- Déjame recordar un poco. Dijiste que tú sabías todo de mi, pero yo de ti no. Déjame contarte un secreto, no sólo tu jefe es inteligente.He
La alarma estaba sonando, Robert al escucharla se sobresaltó, miró la hora y la apagó de un jalón. Se levantó y sintió una puntada en la cabeza. Se tocó la cien mientras soltaba un jadeo.- Debí tomar mucho anoche.Se pasó la mano por el cabello disgustado. Se miró en el espejo y notó que tenia una herida en el labio inferior.- ¿Qué es esto?Se tocó varias veces la herida tratando de entender como se había herido de tal manera.- ¿Me caí anoche? Se preguntó en voz alta sorprendido. Su cabeza daba vueltas.- No recuerdo nada.Se metió a la ducha y mientras se estaba lavando el cabello un pensamiento en modo de celaje recorrió su mente.“Después de lo de ésta noche, ella te odiará para siempre”Salió de sus pensamientos con una agitación.- ¿Mike vino a verme? ¿Por qué me dijo éso?Tras pensar y pensar Robert no pudo recordar más nada. Ni siquiera cómo se había lastimado el labio. Salió de la ducha, se colocó su traje, se miró en el espejo mientras volvía a rebobinar la noche de ayer.
James estaba recostado en su cama cuando Estela entró a su habitación.- Ya no tienes que seguir fingiendo que estás enfermo.James se sorprende ante lo dicho.- ¿De qué hablas?James se distrae acomodándose la sábana.- No creas que no me di cuenta que tu enfermedad es una fachada. Pero ya se te acabó el teatro.Estela dice entonando la voz.- Llegas tarde. Robert se dió cuenta hace días.James suelta y Estela lo observa con enojo.- No me mires así. Lo hice por él y por nuestro status.James se levanta y empieza a caminar sin problemas.- ¿Cómo puedes utilizar a Robert para tus estupideces?La voz de Estela se quiebra. La relación con su suegro no era la más feliz que se diga. Desde que murió su esposo le ha tocado ver lo cínico y descarado que era James Trivan. - ¡No son estúpideces! ¡Estamos halando de dinero! ¡Dinero! ¿Entiendes eso?James se sobresalta y Estela se aleja dando unos pasos atrás.- ¿De qué estás hablando?James suelta una carcajada.- No lo entenderías.- Tengo de
- ¿Qué quieres?El hombre dice sosteniendo la puerta.- ¿Donde está Daniel?El hombre mira fijamente a James, tarda en responder.- No lo sé. No lo he visto en días.- ¿Cómo que no sabes? Se supone que eres su súbdito.El hombre se impacienta.- Mire, no sé dónde está. Lo he llamado a su teléfono pero no responde.El bastón de James empezó a temblar. El hombre lo miró.- ¿Se siente bien?James reacciona.- Si. Si logras comunicarte con él avísame.James sonrío finjidamente y se volteo.- A lo mejor ya pasó para el otro lado.James se detiene.- ¿Cómo puedes hablar así? ¡Gracias a él estás en éste país!El hombre se enaltece.- ¡Yo ni siquiera quiero estar aquí vejestorio! ¡No hable de lo que no sabe!James da un paso adelante pero sus pensamientos lo invaden. Daniel tenía días sin ser localizado, ésto olía muy mal, y estaba seguro que Ernesto tenía todo que ver con su desaparición.- Él descubrió nuestro plan.Susurra James.- ¿Eh?El hombre frunce el ceño.- A lo mejor tengas razón m
- No, no es nada importante jefe.Dice Jasmin tratando se parecer convincente. Robert frunce el ceño.- ¿Estás segura?- Si. Debor irme, tengo mucho trabajo. Si no necesita nada más.Jasmin camina hacia la puerta y sale rápidamente.- Menos mal no insistió. Aunque no estaría mal la ocasión para meter en problemas al idiota de Cristian.Jasmin sonríe.- Me las pagarás. Jasmin camina hacia su escritorio, se sienta y empieza a teclear.Robert se queda pensando en la extraña actitud de su secretaria. No llevaba mucho tiempo conociéndola, de hecho, Jasmin fue recomendada por un viejo amigo de Robert. Él como es bondadoso le otorgó a Jasmin el puesto de su secretaria, ya que la anterior tuvo que mudarse a otro estado para cuidar a su madre enferma. Robert insitió en ayudar a Martha pero ella se negó a recibir su ayuda. Martha le confesó que ya estaba cansada de trabajar, quería tomarse un descanso y volver a su vida de granja que era el lugar que la vió nacer. Robert al reflejar a Sophia e
Un día para la boda... La semana había pasado de prisa, Elisa y Robert tenían todo preparado para la gran boda, así la llamaban los periódicos, la consideraban como la boda del año, para Robert ser millonario, empresario, existoso y guapo no era tan emocionante, no le gustaban las grandes fiestas y los lugares muy concurridos, odiaba la prensa amarillista y sus descaradas oportunidades de aprovecharse de él para sacar artículos y noticias falsas Robert estaba dormido pero en sus sueños apareció Elisa con un vestido de novia. - Ven mi amor. Elisa le sonreía y lo esperaba con ansias. Robert estaba inmóvil, sin poder moverse. Quería ir con ella pero su cuerpo no respondía. - Te extraño mucho. Robert alza su brazo para que ella venga a él. Elisa sonríe pero se queda parada, sin moverse. - Yo también te extraño. Robert siente una lágrima salir. - ¿Estás viva? Dime que sí, volveremos a estar juntos, como antes. Elisa le da la espalda. - Ella es el impedimento. Robert se acerca
Las calles estaban abarrotadas de gente, era algo usual cuando una pareja súper famosa se casaba. Robert Trivan tenía fanaticas en la ciudad, una de ellas se acercó a un kiosco y compró la revista Glamour donde sólo aparecían personas cotizadas: celebridades, cantantes, empresarios, diseeñadores de moda, modelos famosas. La alta socialité tenía su prestigio y ésta revista lao conservaba y lo catapultaba a lo más alto.- ¡Ahhhh! ¡No puedo creer que Robert se case hoy!Dice una de las chicas que está en un grupo de mujeres.- ¡No me lo recuerdes! ¡Odio a Elisa Robinson! ¡No se lo merece!Dice otra tomando una revista con Robert en la portada.- ¡No sé ustedes pero algo me dice que ésta boda no se celebrará!Una de ellas dice sonriendo a carcajadas.- ¿Qué quieres decir con eso?Todas le ponen atención.- Digo que Robert es un alma libre, sin ataduras, no creo que se case con esa estúpida modelo. - Pero Elisa es hermosa, todas quisiéramos un cuerpo como el de ella.Dice una metiendo la