Un día para la boda... La semana había pasado de prisa, Elisa y Robert tenían todo preparado para la gran boda, así la llamaban los periódicos, la consideraban como la boda del año, para Robert ser millonario, empresario, existoso y guapo no era tan emocionante, no le gustaban las grandes fiestas y los lugares muy concurridos, odiaba la prensa amarillista y sus descaradas oportunidades de aprovecharse de él para sacar artículos y noticias falsas Robert estaba dormido pero en sus sueños apareció Elisa con un vestido de novia. - Ven mi amor. Elisa le sonreía y lo esperaba con ansias. Robert estaba inmóvil, sin poder moverse. Quería ir con ella pero su cuerpo no respondía. - Te extraño mucho. Robert alza su brazo para que ella venga a él. Elisa sonríe pero se queda parada, sin moverse. - Yo también te extraño. Robert siente una lágrima salir. - ¿Estás viva? Dime que sí, volveremos a estar juntos, como antes. Elisa le da la espalda. - Ella es el impedimento. Robert se acerca
Las calles estaban abarrotadas de gente, era algo usual cuando una pareja súper famosa se casaba. Robert Trivan tenía fanaticas en la ciudad, una de ellas se acercó a un kiosco y compró la revista Glamour donde sólo aparecían personas cotizadas: celebridades, cantantes, empresarios, diseeñadores de moda, modelos famosas. La alta socialité tenía su prestigio y ésta revista lao conservaba y lo catapultaba a lo más alto.- ¡Ahhhh! ¡No puedo creer que Robert se case hoy!Dice una de las chicas que está en un grupo de mujeres.- ¡No me lo recuerdes! ¡Odio a Elisa Robinson! ¡No se lo merece!Dice otra tomando una revista con Robert en la portada.- ¡No sé ustedes pero algo me dice que ésta boda no se celebrará!Una de ellas dice sonriendo a carcajadas.- ¿Qué quieres decir con eso?Todas le ponen atención.- Digo que Robert es un alma libre, sin ataduras, no creo que se case con esa estúpida modelo. - Pero Elisa es hermosa, todas quisiéramos un cuerpo como el de ella.Dice una metiendo la
El dia de la boda... (parte 2) El despertador estaba sonando, Robert aún seguía dormido, no esperaba que el día de su boda iba a sentirse con más ganas de dormir, apagó el despertador y se sentó en la cama llevando sus manos a la cara y cabello. - Se supone que hoy es el mejor día de mi vida, pero se siente como si estuviera llegando al infierno. Se puso de pie y se dirigió a la ducha, pero vió su telefóno y lo tomó. - Diez llamadas perdidas de Elisa. No me extraña. Tres llamadas perdidas de mi madre. Bueno, hoy será un día inolvidable. Oh si. Se dirigió a la ducha, y luego de 10 minutos salió y miró el traje que le había aconsejado la planificadora de bodas, no estaba a gusto con la elección pero no es que tampoco que él estuviera a gusto con un matrimonio arreglado por culpa del apostador de su abuelo. Tomó el traje y se lo colocó, tomó la pajarita y la acomodó para que no se viera torcida. Pasó sus manos sobre su cabello para evitar el frizz. Se miró de nuevo. - Nada mal Robe
El día de la boda... (parte 3) Robert llegó al lado del padre que estaba secando su frente con un pañuelo blanco. - Disculpe la demora padre. Dice Robert uniendo sus manos. - ¿Hay algún problema muchacho? Pregunta el padre a Robert. - No, ninguno, la ceremonia ya está a punto de comenzar. Dide Robert mirando al padre y volviendo su mirada hacia los invitados, todos tenían sus miradas en él. - Menudo circo. Dice Robert entre susurros y mirando al frente de nuevo con una sonrisa. Estela llega al despacho y se acerca a Elisa que está pensativa. Ernesto se levanta en alerta. - ¿Llegó el novio? Estela asiente. - Si, podemos comenzar la ceremonia. Elisa se pone de pie con una sonrisa, toma el brazo de su padre y camina hacia el altar emocionada. Estela los sobrepasa para estar adelante antes que ellos dos. Elisa se detiene y ve a Robert parado en el altar, está mirando hacia el frente. Sin voltear a verla. - Si él te hace sufrir, te juro que le haré pagar muy caro. Dice Erne
El día de la boda... (parte 4) Robert había llegado a su mesa pero no vió a Elisa, miró hacia los lados pero no estaba por ningún lado. - ¿Adónde se fue Elisa? Estela lo mira y observa alrededor. - Seguramente fué a hablar con sus amigas. Robert suspira. - Elisa no es buena bebedora. Elisa que estaba caminando con una botella de champagne hacia el baño se encontró con sus amigas Sheyla y Natasha en el. - ¡Amiga! Ibamos directo a hablar contigo. Sheyla la abraza pero Elisa la empuja. - No me toques. Natasha y Sheyla se miran entre ellas. - ¿Qué pasa? Ambas notas el tambaleo de su amiga. - ¿Estás borracha de nuevo? Pregunta Sheyla tratando de sostenerla cuando está a punto de caerse. Elisa quita su mano enseguida. - ¡No! ¡No estoy borracha! ¡Estoy más lúcida que nunca! - A tu padre no le gustará verte así. Odia que bebas hasta enloquecer. Elisa sonríe. - Me importa un comino lo que piense mi padre. Lanza la botella al piso y sus amigas reaccionan dando pasos hacia a
- No puedo irme a Las Bahamas ésta noche, estoy muy cansada. Elisa se devuelve pero su padre la toma por un brazo fuertemente. - Te irás a Las Bahamas. Elisa siente una punzada de dolor. - Me estás lastimando padre. Estela que viene llegando ve la escena y camina hacia Elisa preocupada. - ¿Pasa algo? Ernesto suelta su agarre y Elisa sube la mirada. - No, mi padre me estaba despidiendo, ya sabes, por lo de mi viaje de luna de miel a Las Bahamas. Estela frunce el ceño. - Me pareció ver cierto maltrato. Ernesto la mira. - ¿Qué trata de decir? ¿Que maltrato a mi hija? Estela niega con la cabeza. - No, no puedo cometer ese tipo de injurias contra usted pero eso fué lo que vi. Estela ve el brazo de Elisa. - ¿Estás bien? Elisa sonríe. - Si, estoy cansada por la fiesta. Mi papá me sostuvo porque me estoy cayendo del sueño. Estela asiente. - Robert está arreglando su equipaje, puedes esperarlo en el salón o el despacho. Ernesto se interpone. - Lo esperaremos en la limusin
- ¿Donde escuchaste eso? James se acerca a Thomas de manera intimidante. - Yo... escuché su conversación... Sin querer... Thomás balbucea. - Thomás, se te paga para regar el jardín no para andar escuchando detrás de los arbustos. James dice con voz autoritaria. - Lo siento... No lo hice a propósito. Anna que viene a buscar a su esposo contempla el ambiente hostil. - Thomás, es hora de irnos a dormir. Ya acabé con mis deberes. Dice mirando a James que no parece nada contento. - Si, vamos a dormir. Thomás camina del lado de su esposa pero James lo detiene en seco. - Espero que no digas nada de lo que oiste ésta noche. Thomás siente un escalofrío en el estómago. - No señor. Con su permiso. - Buenas noches señor James, que descanse. Thomás y Anna caminan hacia dentro. James resopla. - Parece que será muy difícil guardar el secreto. Mike llega al apartamento de Sophia y detiene el auto. Se baja él primero para abrirle la puerta. - Que caballeroso. - Ésto no es nada c
Dante se queda helado mientras piensa en como encontraron tan rápido donde vivía. Pero no había tiempo para epeculaciones, tenía que irse lo más pronto posible. - ¿Por qué la policía está aquí? Dante los silencia con su mano. - Cállate. Dante espera unos minutos esperando si al no salir nadie los policías se van. - No se irán. A menos que alguien salga. Dante mira a su hermano. - ¿Qué? ¿Quieres que yo salga? Dante asiente. - Debes hacerlo, yo no puedo quedarme, si me ven estoy acabado. Dante pone una mano en su cabeza. - Te dejo a cargo. Yo me iré por la parte de atrás. Jack suspira disgustado. - Eres una gallina. Jack hacer muecas burlándose de su hermano. - Prefiero ser gallina que ir a la cárcel. Dante sonríe y le entrega unos billetes. - Abran la puerta, o la tiraremos. Grita uno de los policias y ambos voltean a la puerta. - Te resolverás sin mi unos días, volveré en dos, creo. Jack voltea su mirada. - Como sea. No me sorprende, siempre estoy solo. Dante l