James estaba recostado en su cama cuando Estela entró a su habitación.- Ya no tienes que seguir fingiendo que estás enfermo.James se sorprende ante lo dicho.- ¿De qué hablas?James se distrae acomodándose la sábana.- No creas que no me di cuenta que tu enfermedad es una fachada. Pero ya se te acabó el teatro.Estela dice entonando la voz.- Llegas tarde. Robert se dió cuenta hace días.James suelta y Estela lo observa con enojo.- No me mires así. Lo hice por él y por nuestro status.James se levanta y empieza a caminar sin problemas.- ¿Cómo puedes utilizar a Robert para tus estupideces?La voz de Estela se quiebra. La relación con su suegro no era la más feliz que se diga. Desde que murió su esposo le ha tocado ver lo cínico y descarado que era James Trivan. - ¡No son estúpideces! ¡Estamos halando de dinero! ¡Dinero! ¿Entiendes eso?James se sobresalta y Estela se aleja dando unos pasos atrás.- ¿De qué estás hablando?James suelta una carcajada.- No lo entenderías.- Tengo de
- ¿Qué quieres?El hombre dice sosteniendo la puerta.- ¿Donde está Daniel?El hombre mira fijamente a James, tarda en responder.- No lo sé. No lo he visto en días.- ¿Cómo que no sabes? Se supone que eres su súbdito.El hombre se impacienta.- Mire, no sé dónde está. Lo he llamado a su teléfono pero no responde.El bastón de James empezó a temblar. El hombre lo miró.- ¿Se siente bien?James reacciona.- Si. Si logras comunicarte con él avísame.James sonrío finjidamente y se volteo.- A lo mejor ya pasó para el otro lado.James se detiene.- ¿Cómo puedes hablar así? ¡Gracias a él estás en éste país!El hombre se enaltece.- ¡Yo ni siquiera quiero estar aquí vejestorio! ¡No hable de lo que no sabe!James da un paso adelante pero sus pensamientos lo invaden. Daniel tenía días sin ser localizado, ésto olía muy mal, y estaba seguro que Ernesto tenía todo que ver con su desaparición.- Él descubrió nuestro plan.Susurra James.- ¿Eh?El hombre frunce el ceño.- A lo mejor tengas razón m
- No, no es nada importante jefe.Dice Jasmin tratando se parecer convincente. Robert frunce el ceño.- ¿Estás segura?- Si. Debor irme, tengo mucho trabajo. Si no necesita nada más.Jasmin camina hacia la puerta y sale rápidamente.- Menos mal no insistió. Aunque no estaría mal la ocasión para meter en problemas al idiota de Cristian.Jasmin sonríe.- Me las pagarás. Jasmin camina hacia su escritorio, se sienta y empieza a teclear.Robert se queda pensando en la extraña actitud de su secretaria. No llevaba mucho tiempo conociéndola, de hecho, Jasmin fue recomendada por un viejo amigo de Robert. Él como es bondadoso le otorgó a Jasmin el puesto de su secretaria, ya que la anterior tuvo que mudarse a otro estado para cuidar a su madre enferma. Robert insitió en ayudar a Martha pero ella se negó a recibir su ayuda. Martha le confesó que ya estaba cansada de trabajar, quería tomarse un descanso y volver a su vida de granja que era el lugar que la vió nacer. Robert al reflejar a Sophia e
Un día para la boda... La semana había pasado de prisa, Elisa y Robert tenían todo preparado para la gran boda, así la llamaban los periódicos, la consideraban como la boda del año, para Robert ser millonario, empresario, existoso y guapo no era tan emocionante, no le gustaban las grandes fiestas y los lugares muy concurridos, odiaba la prensa amarillista y sus descaradas oportunidades de aprovecharse de él para sacar artículos y noticias falsas Robert estaba dormido pero en sus sueños apareció Elisa con un vestido de novia. - Ven mi amor. Elisa le sonreía y lo esperaba con ansias. Robert estaba inmóvil, sin poder moverse. Quería ir con ella pero su cuerpo no respondía. - Te extraño mucho. Robert alza su brazo para que ella venga a él. Elisa sonríe pero se queda parada, sin moverse. - Yo también te extraño. Robert siente una lágrima salir. - ¿Estás viva? Dime que sí, volveremos a estar juntos, como antes. Elisa le da la espalda. - Ella es el impedimento. Robert se acerca
Las calles estaban abarrotadas de gente, era algo usual cuando una pareja súper famosa se casaba. Robert Trivan tenía fanaticas en la ciudad, una de ellas se acercó a un kiosco y compró la revista Glamour donde sólo aparecían personas cotizadas: celebridades, cantantes, empresarios, diseeñadores de moda, modelos famosas. La alta socialité tenía su prestigio y ésta revista lao conservaba y lo catapultaba a lo más alto.- ¡Ahhhh! ¡No puedo creer que Robert se case hoy!Dice una de las chicas que está en un grupo de mujeres.- ¡No me lo recuerdes! ¡Odio a Elisa Robinson! ¡No se lo merece!Dice otra tomando una revista con Robert en la portada.- ¡No sé ustedes pero algo me dice que ésta boda no se celebrará!Una de ellas dice sonriendo a carcajadas.- ¿Qué quieres decir con eso?Todas le ponen atención.- Digo que Robert es un alma libre, sin ataduras, no creo que se case con esa estúpida modelo. - Pero Elisa es hermosa, todas quisiéramos un cuerpo como el de ella.Dice una metiendo la
El dia de la boda... (parte 2) El despertador estaba sonando, Robert aún seguía dormido, no esperaba que el día de su boda iba a sentirse con más ganas de dormir, apagó el despertador y se sentó en la cama llevando sus manos a la cara y cabello. - Se supone que hoy es el mejor día de mi vida, pero se siente como si estuviera llegando al infierno. Se puso de pie y se dirigió a la ducha, pero vió su telefóno y lo tomó. - Diez llamadas perdidas de Elisa. No me extraña. Tres llamadas perdidas de mi madre. Bueno, hoy será un día inolvidable. Oh si. Se dirigió a la ducha, y luego de 10 minutos salió y miró el traje que le había aconsejado la planificadora de bodas, no estaba a gusto con la elección pero no es que tampoco que él estuviera a gusto con un matrimonio arreglado por culpa del apostador de su abuelo. Tomó el traje y se lo colocó, tomó la pajarita y la acomodó para que no se viera torcida. Pasó sus manos sobre su cabello para evitar el frizz. Se miró de nuevo. - Nada mal Robe
El día de la boda... (parte 3) Robert llegó al lado del padre que estaba secando su frente con un pañuelo blanco. - Disculpe la demora padre. Dice Robert uniendo sus manos. - ¿Hay algún problema muchacho? Pregunta el padre a Robert. - No, ninguno, la ceremonia ya está a punto de comenzar. Dide Robert mirando al padre y volviendo su mirada hacia los invitados, todos tenían sus miradas en él. - Menudo circo. Dice Robert entre susurros y mirando al frente de nuevo con una sonrisa. Estela llega al despacho y se acerca a Elisa que está pensativa. Ernesto se levanta en alerta. - ¿Llegó el novio? Estela asiente. - Si, podemos comenzar la ceremonia. Elisa se pone de pie con una sonrisa, toma el brazo de su padre y camina hacia el altar emocionada. Estela los sobrepasa para estar adelante antes que ellos dos. Elisa se detiene y ve a Robert parado en el altar, está mirando hacia el frente. Sin voltear a verla. - Si él te hace sufrir, te juro que le haré pagar muy caro. Dice Erne
El día de la boda... (parte 4) Robert había llegado a su mesa pero no vió a Elisa, miró hacia los lados pero no estaba por ningún lado. - ¿Adónde se fue Elisa? Estela lo mira y observa alrededor. - Seguramente fué a hablar con sus amigas. Robert suspira. - Elisa no es buena bebedora. Elisa que estaba caminando con una botella de champagne hacia el baño se encontró con sus amigas Sheyla y Natasha en el. - ¡Amiga! Ibamos directo a hablar contigo. Sheyla la abraza pero Elisa la empuja. - No me toques. Natasha y Sheyla se miran entre ellas. - ¿Qué pasa? Ambas notas el tambaleo de su amiga. - ¿Estás borracha de nuevo? Pregunta Sheyla tratando de sostenerla cuando está a punto de caerse. Elisa quita su mano enseguida. - ¡No! ¡No estoy borracha! ¡Estoy más lúcida que nunca! - A tu padre no le gustará verte así. Odia que bebas hasta enloquecer. Elisa sonríe. - Me importa un comino lo que piense mi padre. Lanza la botella al piso y sus amigas reaccionan dando pasos hacia a