Robert se despierta. Mira a su alrededor y nota que estuvo dormido en su auto. Siente un fuerte dolor de cabeza. Recorre su cuello con una de sus manos hasta llegar a su nuca. Siente un liquido viscoso. - ¡Maldición!Mira su mano llena de sangre.- ¿Sangre? Robert mira dentro de su auto. Observa la almohada y el libro.- ¿Qué hago en el auto?La confusión nubla su mente.- ¿Me golpeé la cabeza con algo?Se aturde. Trata de recordar pero no viene nada a su mente.- No recuerdo nada.Se baja del auto y un dolor punzante ataca su cabeza.- ¡Me duele! ¡Demonios!Se limpia la sangre. Se sube a su auto. Saca su teléfono.- Siete de la mañana... ¿Cómo pude dormir aquí por tanto tiempo?Revisa su teléfono y la palabra mamá aparece unas cincuenta veces. Robert aún no cree que se haya quedado dormido en el auto toda la noche. Trata de recordar pero sólo le llegan retazos de cuando llegó a su apartamento, pero sin recordar nada más.- ¿Qué pasó después? ¡No recuerdo nada!Agita el volante de u
Robert llega a la empresa. - Buenos días señor Trivan. Me alegra que haya vuelto. - Buenos días Jake. Robert pasa con su maletín en mano. Llega a su oficina y mira rápidamente a Jasmin que está limando sus uñas. - Robert... Quiero decir... Señor Trivan. Bienvenido de nuevo. Robert asiente. - Gracias Jasmin. Antes de que Jasmin pueda hablar Robert ya ha entrado a la oficina. Al entrar ve a Mike sentado leyendo papeles. Mike alza la vista. - Robert... Bienvenido. Mike le da mano en saludo. Robert le regresa el gesto. - ¿Hiciste un buen trabajo con Temp? Robert pregunta y pone su maletín en un estante cercano al escritorio. - Sabes que soy muy bueno en relaciones públicas. Beaufoy venía con las ganas de firmar el contrato, quedó encantado. - ¿Él vino? - No, vino Luke en su lugar. Fué bueno verlo de nuevo. Recordamos viejos tiempos. - Que bueno... Robert susurra mientras ordena la pila de papeles que hay en su escritorio. - ¿Te fué tan mal en la luna de miel? Robert lo
La impresora suena y suena sin parar. Sophia ha estado desde hace un rato sacando copias que le había ordenado su jefe Richard Thompson. - Al parecer sólo haré ésto mientras dure en éste trabajo. Suspira y sigue sacando y metiendo hojas en la impresora. Ya le dolía el dedo de tanto tocar el botón. Un trabajo que ella pensaba sería maravilloso y de ensueño se había convertido en una cacería presa-depredador. Richard es un completo idiota y lo había demostrado en tan poco tiempo. - Debería renunciar a éste trabajo. Buscar alguno en otra empresa. Ella se dice para si misma. Termina de sacar la última fotocopia y acomoda en orden todas. Se coloca el pelo hacia atrás y sale de la oficina de impresiones. Se tropieza con Troy. - ¿Vienes a sacar fotocopias? Ella pregunta sonriente. - Si, aunque tú ya has acabado. - Llevaba media hora metida allí. Ambos sonríen. Sophia se queda callada. - Nos vemos luego. - De acuerdo. Si. Iré a sacar fotocopias. Troy sigue y Sophia empieza a ca
- Espero sea una broma. Richard dice un poco agitado. - Ella no sabe nada de marketing y publicidad. Es sólo una asistente. Sophia une sus manos inquietas. Robert está traqnuilo y sereno. - Mi jefe tiene razón. No estoy capacitada para encargarme del diseño de un logo. Sophia estaba segura que era una sucia jugada por parte de Robert. Él sabía perfectamente su nivel bajo de estudios y de experiencia. La estaba poniendo a prueba. Lo que ella consideraba estúpido ya que era ella la que tenía que usarlo y acabar con él a cómo dé lugar.. - No sólo es el diseño del logo. Quiero que te encargues de diseñar la publicidad de nuestra alianza con Temp. - No entiendo. Robert se levanta. - Richard podrá guiarte y ayudarte con tus dudas. Cuento contigo. Ahora debo retirarme, tengo un almuerzo con el director ejecutivo de una empresa japonesa. Quiero que prepares todo el estudio de mercado y tendremos una reunión en la sala de juntas en tres días. - ¿Tres días? Es muy poco tiempo para pr
La incomodidad invadía el auto de Robert. Tanto él como Sophia no estaban muy a gusto de estar lado a lado. Ella lo odiaba con todas sus fuerzas y él lo sabía. Lo que no sabía eran los motivos de ese odio. Ella había perdido su bebé a causa de Robert y entererarse de que todo su preocupación era sólo un teatro, una apuesta. Sophia cerró los puños aguantando unas lágrimas. Se negó a ser una más en la lista de Robert, pero si quería hacerle pagar toda su humillación tenía que estar cerca de él, seguirle la corriente, así le doliera en el fondo de su corazón. El silencio los rodeaba. Robert soltó una mano del volante.- Estás muy callada.Sophia lo ignoró.- Gracias por ésto. Si no hubieras estado justo en ese momento yo...- Te hubieras buscado a alguien más. Robert volteó a verla.- ¿Qué?- No deberías voltear tu vista del camino. Puede ocurrir un accidente.Robert se abstiene de seguir hablando y se concentra en conducir. Sophia lo mira.- No debí decir eso. Yo...- No te preocupes.O
- Fué un placer conocerlos. Es cierto lo que dicen de tu Robert. Eres un buen negociante. Renji hace una reverencia hacia Robert. Sophia observa en silencio. - Un gusto conocerla. Robert es muy afortunado de tener una mujer tan maravillosa a su lado. Sophia sonríe. - Un placer. El asistente de Renji le dice algo al oído. - Debemos irnos. Debo volver lo antes posible a Tokio. - Un placer Renji. Tendré tu hotel listo en tiempo record. Renji asiente. Se despide de ambos y sale del restaurante. Sophia y Robert caminan con pasos lentos hacia la salida. Sophia se detiene. - Es muy agradable. No pensé que los japoneses fueran tan... - ¿Cursis? Pregunta Robert mirándola. Sophia sigue con su vista fija al frente. Robert la mira de arriba a abajo. Contempla su figura un rato. Sophia siente su mirada encima de ella. - ¿Qué miras? - Tu embarazo. Robert se voltea hacia ella y mete las manos en los bolsillos. Se encoge de hombros. - ¿Cómo va? Sophia lo mira de reojo. Ella empieza a
No, no debía sentir algun tipo de sentimiento hacia el hombre que le había desgraciado la vida. Perdió a su bebé por su culpa y eso era algo que no podía perdonarle, aún sintiera inemnsas ganas de caer a sus brazos. - La apuesta.Susurra Sophia. El sirviente de la mansión Trivan le dijo todo lo que tenía que saber. Robert la había usado para ganar una apuesta. Una de muchas. Una más del montón. Alejó su mano de su pecho lentamente. Robert seguía inconciente.- Te odio. Te odio con todas mis fuerzas. Eres lo peor que pude haber conocido. Maldita sea el día en el que fui a tu oficina. ¡Lo maldigo!Ella dice en voz alta.- No te perdonaré nunca Robert Trivan.Se estremece de dolor y lágrimas cuando una mano de Robert toma la suya con fuerza. Sophia abre los ojos sorprendida. Robert está temblando y sudando.- No te vayas.Robert agoniza.- No me dejes, por favor. Te necesito a mi lado.Sophia traga saliva.- Tú eres la razón por la cual sigo viviendo. Si no fuera por ti. Ya estaría muer
Una luz recurrente y fuerte hace parpadear los ojos de Robert. Se despierta y ve a su alrededor. Una habitación blanca pero con un pesado ambiente. Mira a los lados y observa a Mike sentado en una silla con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Siente una gran punzada en su cabeza. - ¡Ah! Gime fuerte y Mike se levanta agitado. - ¿Estás bien? Robert cierra los ojos y los abre de nuevo. - ¿Dónde estoy? Mike suspira. - En el hospital. - ¿Hospital? Robert se agita y trata de levantarse. Mike lo detiene. - Cálmate. Te desmayaste en la oficina. Tienes una fuerte contusión en la cabeza. - ¿De qué hablas? Robert se lleva la mano a la cabeza. - De que sufriste un fuerte golpe. ¿No lo recuerdas? Mike le pregunta a Robert quién se queda mirando su cara sin entender. - ¿Golpe? ¿Qué golpe? Mike se mete la mano a los bolsillos y da unos pasos hacia atrás. - Entonces no recuerdas cómo te hiciste ése golpe. Robert frunce el ceño. Trata de recordar pero al presionar su mente u