No, no debía sentir algun tipo de sentimiento hacia el hombre que le había desgraciado la vida. Perdió a su bebé por su culpa y eso era algo que no podía perdonarle, aún sintiera inemnsas ganas de caer a sus brazos. - La apuesta.Susurra Sophia. El sirviente de la mansión Trivan le dijo todo lo que tenía que saber. Robert la había usado para ganar una apuesta. Una de muchas. Una más del montón. Alejó su mano de su pecho lentamente. Robert seguía inconciente.- Te odio. Te odio con todas mis fuerzas. Eres lo peor que pude haber conocido. Maldita sea el día en el que fui a tu oficina. ¡Lo maldigo!Ella dice en voz alta.- No te perdonaré nunca Robert Trivan.Se estremece de dolor y lágrimas cuando una mano de Robert toma la suya con fuerza. Sophia abre los ojos sorprendida. Robert está temblando y sudando.- No te vayas.Robert agoniza.- No me dejes, por favor. Te necesito a mi lado.Sophia traga saliva.- Tú eres la razón por la cual sigo viviendo. Si no fuera por ti. Ya estaría muer
Una luz recurrente y fuerte hace parpadear los ojos de Robert. Se despierta y ve a su alrededor. Una habitación blanca pero con un pesado ambiente. Mira a los lados y observa a Mike sentado en una silla con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Siente una gran punzada en su cabeza. - ¡Ah! Gime fuerte y Mike se levanta agitado. - ¿Estás bien? Robert cierra los ojos y los abre de nuevo. - ¿Dónde estoy? Mike suspira. - En el hospital. - ¿Hospital? Robert se agita y trata de levantarse. Mike lo detiene. - Cálmate. Te desmayaste en la oficina. Tienes una fuerte contusión en la cabeza. - ¿De qué hablas? Robert se lleva la mano a la cabeza. - De que sufriste un fuerte golpe. ¿No lo recuerdas? Mike le pregunta a Robert quién se queda mirando su cara sin entender. - ¿Golpe? ¿Qué golpe? Mike se mete la mano a los bolsillos y da unos pasos hacia atrás. - Entonces no recuerdas cómo te hiciste ése golpe. Robert frunce el ceño. Trata de recordar pero al presionar su mente u
Sophia baja las escaleras. Su cuerpo está tenso. Estuvo horas trabajando en la publicidad de Temp. Aún no entendía por qué Robert le había pedido hacerla si ella no sabía nada sobre eso. Apenas puede maneterse de pie. El sueño la tiene un poco mareada pero no podía irse a dormir aún. Le quedaba mucho trabajo por hacer. Vió el gran reloj de la sala y marcaba las 2:30 de la mañana. - Sólo han pasado unas horas pero parece que hubiera pasado una eternidad trabajando. Agotada se tumba en el sofá. La puerta suena y se levanta asustada. Ve a su hermano entrar. - Eres tú. Pareces un ladrón entrando de esa manera. Frank se mete las llaves al bolsillo. - ¿Tú despierta a ésta hora hermanita? ¿Te caíste de la cama? Sophia hace un puchero repitiendo sus palabras. - He estado trabajando en la computadora durante horas. Si sigo así quedaré ciega antes de anciana. Frank la ignora y sube las escaleras. - Ey. Sophia se levanta. - ¿En qué andas metido? Frank se detiene. - No es tu problem
El Señor Sombra se acerca a Frank y lo mira de reojo. - Te llevaré adonde quieras ir. Frank asiente sin levantar la mirada. Suben al auto y Frank se detiene y mira hacia atrás, el hombre muerto y el charco de sangre alrededor. Traga saliva. Los hombres encapuchados se ríen. Frank toma con más fuerza el maletín y sube al auto. - ¿Estás bien muchacho? El Señor Sombra dice y Frank asiente. - Si. Estoy bien señor. Yo le agradezco ésta oportunidad. Le juro que no se arrepentirá de contratarme. - Ya no sigas. El Señor Sombra se voltea y ve por la ventanilla. - Arranca. Le indica al hombre de traje que está al volante. Frank no deja de mirar el maletín, sus manos temblorosas lo delatan pero el Señor Sombra no lo está mirando. Parece estar más peocupado por otros asuntos que por el hecho de que contrató a un joven de 20 años para asesinar a sangre fría. Frank alza la vista y ve que están en el barrio donde viven. El Señor Sombra hace une gesto hacia el conductor y éste le entrega u
El taxi se detiene frente a la mansión Trivan. - Hermosa casa. Robert lo mira y luego observa la mansión. - Hermosa, pero muy grande. El taxista se voltea. - ¿Lo cree así? Muchos quisieran una casa tan lujosa. Robert revisa sus bolsillos y saca su billetera. Toma un billete de cien dólares y se lo entrega al taxista. - Quédese con el cambio. El taxista reacciona. - Es mucho dinero. - Muchas gracias. Robert sonríe y se baja del taxi. Smith que está vigilando lo recibe. - ¿Otra vez despierto toda la noche Smith? Smith bosteza sin querer. - Es mi trabajo señor Robert. Robert frunce el ceño. - No me digas señor. Me hace sentir mayor. Smith hace una reverencia. - Pérdone. Robert le da una palmada. - No hay problema. ¿Cómo está tu hijo? - Creciendo. Ya puede hablar. Robert sonríe. - Me alegra. ¿Por qué no te tomas unos días libres? Smith se sorprende. - ¿Yo? - Si. Me imagino que tu trabajo es agotados y pasas poco tiempo con tu esposa y tu hijo. Debes ser feliz
Robert está atando su corbata cuando escucha el sonido de la puerta. Se apura con el nudo y se acerca a la puerta. Ve a su madre y su abuelo viéndolo de manera muy peculiar.- ¿Qué pasa?Robert pregunta mirando del uno al otro. Al no obtener respuesta insiste de nuevo.- Madre, no pongas esa cara, sé que no te avisé que me quedaba en la oficina. Perdón.Su madre y James siguen parados sin decir palabra. Robert entrecierra los ojos.- ¿Se quedarán parados allí sin decirme algo?- Acómpañanos al despacho.James dice de repente. Robert se extraña de la actitud de ambos. Mira su rejoj y suspira.- ¿Podemos dejarlo para después? Voy tarde a la empresa.- Lo que tienen que hablr contigo es algo importante. Querido.Elisa aparece y pasa por el lado de ambos. Se acerca al oído de Robert.- Te has portado muy mal.Robert mira de ella a su madre que respira lentamente.- Adelántense, yo los alcanzo en unos minutos. Necesito hablar...Robert voltea a mirar a Elisa.- Con mi esposa.James y Estel
Daniel acomoda su chaqueta.- Llegaste rápido.Anna dice entre nervios. Thomás la mira entrecerrando los ojos.- Acabo de decir que ya no hay salida.Anna sonríe.- ¡Oh! Cierto.El ambiente se torna pesado por un momento.- Daniel ¿Qué haces aquí?Daniel reacciona.- Vine a visitar a Anna. A visitarlos. Todos en la casa preguntan por ustedes.Thomás sonríe de mala gana y rasca su barbilla.- ¿A eso viniste?Thomás se apresura a sentarse, toma el periódico y empieza a leer. Daniel se sienta lentamente.- ¿Por qué se fueron sin decir nada?Anna aprovecha la platica para ir a la cocina.- No tenemos nada que hacer en ésa casa. - ¿Tuvieron algún problema? Yo puedo...- ¡Ey muchacho!Thomás señala a Daniel con el dedo. Anna que está en la cocina da un respingo.- No nos interesa trabajar en ésa casa. ¿Lo entiendes? Y mucho menos si tú estás allí.Daniel mira a Thomás con atención.- ¿Yo? Pero sólo soy un simple sirviente. Thomás suelta el periódico y lo coloca a un lado del sillón.- Vet
Jasmin hace una mala cara pero ve llegar a un hombre vestido de negro y un maletín en la mano. - Buenos días. El señor Trivan me está esperando. Al notar la presencia extraña del tipo Jasmin se apresura a saber la identidad del hombre. - ¿Y usted es? El hombre toma su maletín con más fuerza. Jasmin frunce el ceño. - ¿Puede decirle al señor Trivan que el hombre con el que tiene cita ya está aquí? Jasmin toma el teléfono y marca a la oficina de Robert. Al ver que el hombre voltea la mirada ella lo mira de arriba a abajo. - Señor Trivan. Un hombre que dice que tiene cita con usted quiere pasar a su oficina. - Que pase. La expresión tan certera de Robert le pareció extraña a Jasmin. - Enseguida. Jasmin cuelga. El hombre la vuelve a mirar. - Puede pasar. - Muchas gracias. La sonrisa del hombre se desvanece al instante. Jasmin lo sigue con la mirada mientras entra a la oficina. - Tu secretaria es intimidante. Robert que está de espalda se voltea. - A mi me parece muy... Nor