Austin estaba en la entrada de la mansión de Brandon Lewis principalmente por Ashley, porque tenía que ponerla al tanto de lo que ocurriría en la rueda de prensa, que ya estaba planificada para mañana. En ese instante Brandon no se encontraba en su mansión, ni tampoco el resto de su familia, solamente Ashley y su servidumbre eran los que estaban allí. Es por eso que cuando él llegó, una mujer se encargó de guiarlo hasta la habitación de la pelinegra, alegando que la joven no había salido de ahí desde que todo el escándalo comenzó hace una semana. Lo primero que pasó por la mente de Austin, fue que estuvo mal el no haberse comunicado con ella durante todo ese tiempo, ahora debía buscarse una excusa para tratar de justificarse, porque lo más probable era que la joven debía estar odiándolo, por haber estado tan ausente cuando más ella lo necesitaba
Al día siguienteLos flashes de las cámaras no se detenían, la cantidad de reporteros y cámaras que se encontraban en aquella enorme habitación eran tantas, que en el fondo de su ser Austin no se esperó que sus declaraciones ante aquel escandalo les importara a tantas personas. Todos los medios de comunicación más importantes estaban presentes, mientras Austin sentado en una mesa larga era el único foco de atención. Entre tanto, su secretario y su equipo de publicidad se encontraban de pie al lado de él, como pilares viendo lo que su jefe haría a continuación. Una de las especialidades del rubio, era hablar con el público, su poder de convencimiento y desenvolvimiento ante las personas que le traían algún tipo de beneficio era nato, por lo cual él ni siquiera se molestó en preparar un di
Ashley estaba viendo la rueda de prensa desde su celular. Al principio todo iba bien incluso ella sonreía de la felicidad, al escuchar la forma como Austin la defendía ante toda la ola de odio que cayó sobre ella. Aunque no tenían demasiado tiempo conociéndose, al parecer el rubio fue lo suficientemente observador para darse cuenta de las razones del porque ella actuaba de esa forma; tanto así que la joven no podía evitar sonrojarse, porque era la primera vez que sentía que alguien comprendía sus acciones. Sin embargo, todo su agrado y admiración hacia Austin se vino abajo cuando él mintió a todo mundo diciendo que ellos tenían meses saliendo, y además que pronto se iban a casar. La conmoción que sintió Ashley fue tanta, que su celular se deslizó de sus manos mientras su boca estaba abierta de la impresión por escuchar semejantes mentiras.—&iexc
El chofer de Austin se encargó de llevar a la joven al restaurant donde el rubio había estipulado. En el momento que Ashley se asoma para ver el lugar, ella queda sorprendida porque la entrada del restaurant era hermosa, es por eso que ella de inmediato ve su ropa dándose cuenta que era demasiado sencilla para un lugar tan lujoso. «¿Qué podía esperar? Es Austin… ¿Por qué pensé que sería un lugar más sencillo? »piensa Ashley mientras se baja del auto, soltándose su cabello para lucir más bonita. En la entrada del restaurante, se encontraba el secretario de Austin, ella todavía no lo conocía del todo, pero si lo había visto un par de veces, es por eso que cuando el hombre se volvió a presentar ella le sonrió permitiendo que él la guiara hasta el lugar donde el rubio se encontraba. Cuando entraron, la joven se dio cuenta que el restaurant estaba completamente solo, pero aunque se percató de ese hallazgo prefirió no decir una palabra al respecto. Minutos mas tar
—Entonces ¿Aceptas? —dice Austin solo para corroborar si Ashley estaba totalmente segura de su decisión.La pelinegra lo piensa solo por un segundo, cuando finalmente alza su mirada hacia Austin respondiendo:—Sí, acepto esta relación falsa por un año. Solamente será para salvar la empresa de mi padre, luego cada uno podrá seguir con su camino.Austin al escucharla, se cubre la boca con disimulo porque deseaba ocultar la sonrisa que tenia en sus labios, la cual era producto de la gracia que sentía, porque le daba gracia ver como la ingenua Ashley pensaba que todo lo que estaban haciendo realmente iba a salvar a la empresa Lewis Motors, cuando la realidad era que muy pronto todo el imperio que Brandon construyó con mucho esfuerzo a base de robos, y muerte, él lo destruiría tan fácil como si se tratara de un castillo de un castillo de naipes. Y Ashley, lastimosame
Aunque Austin había aceptado dormir con Ashley, él prefirió no hacerlo por el momento, porque sentía que era muy pronto para que ambos tuvieran ese tipo de relación, es por eso amablemente le insistió a la joven que desistiera de la idea, y al final la pelinegra aceptó sintiéndose algo avergonzada porque el rubio en ese momento, debía estar pensando lo peor de ella.«Iré con calma »pensaba Ashley cuando Austin le dijo aquello en ese momento.Y así de esa manera, días después que todo quedó dicho y hecho, Ashley decidió irse a vivir a la casa de su “prometido” justamente como se había estipulado en el contrato. La joven con la ayuda del secretario Daniel y otros trabajadores, se habían encargado de traer todas las cosas de su recámara y parte de las cosas que tenia en su anterior departamento, para el nuevo lugar
Una semana después: Ashley se había despertado temprano en la mañana, y una vez mas no había tenido señales de Austin por ninguna parte. Luego de que ella se mudara oficialmente en su casa, habían sido muy pocas las ocasiones en donde ellos dos volvieron a encontrarse, porque el rubio siempre llegaba muy tarde, y se iba muy temprano. Quizás por dos días seguidos Ashley lo esperó en la sala para hablar con él, pero ella no estaba acostumbrada a desvelarse, ni siquiera lo hizo en sus tiempos de estudiante, es por eso que en esas dos ocasiones se quedaba dormida, sin embargo, en la mañana aparecía en su cama. La joven asumía que algún sirviente de Austin la llevaba a su habitación. No obstante, lo que ella no sabía, era que el mismo Austin era quien la llevaba a su cama, usando la excusa que él no deseaba que la pelinegra se enfermara por el frío de la noche, ya que siempre dormía con la puerta del jardín abierta. La verdad era q
Cuando el pastel estaba listo, Ashley lo decoró como si fuera un pastel de cumpleaños, le tomó toda la mañana, pero al final el postre tenía una apariencia hermosa, porque la joven se dedicó mucho, tanto así que le tomó varias fotografías para tenerlas de recuerdo. En cuanto terminó ella decidió ir en taxi hasta la oficina principal de Austin, porque pensaba que si le decía al chofer, este le diría al rubio, y su sorpresa se arruinaría. Ella sabía que Austin era dueño de todo un edificio el cual se llamaba: “Collins Corporation” que era la sede principal de todos las empresas que el rubio tenía. Cualquiera sabia donde quedaba ese lugar, porque era uno de los edificios mas grandes de la ciudad, y además estaba ubicado en la zona mas hermosa, es por eso que no se le hizo difícil darle la dirección al taxista para llegar a su destino. Cuando ella se bajó del taxi, buscó un lugar donde sentarse afuera del edificio para arreglarle un poco más, aunque ya lo había hecho en el taxi,
Cuando Austin sacó a Ashley de su oficina, suspiró con cansancio regresando a su asiento nuevamente. De esa manera, él continuó revisando y firmando papeles, pero en esta ocasión su mente se encontraba distraída, porque recordaba el rostro que tenía Ashley cuando él le dijo aquellas palabras. Al ver que no podía concentrarse, Austin se acomodó en su asiento mientras se pasaba las manos por su rostro terminando en su cabello, pensando que esa mujer lo tenía demasiado confundido, y eso era algo que él no le agradaba. Debía enfocarse en hundir a Brandon, ya todo estaba moviéndose entre las sombras, Austin le daba quizás unos seis meses para dejar en la ruina a ese malnacido, sin embargo, ese era el mismo tiempo que debía permanecer al lado de su hija la cual, le estaba colmando la paciencia de una forma que él jamás imaginó. El hombre cerró sus ojos por un instante, para descansar su vista fatigada, recordando a Ashley y el pastel que había traído: dijo que era de piña, ese era