AVRIL STEEL
Me quedé sin palabras, la garganta se me cerró y solo pude concentrarme en el fuego de sus ojos. Si algo recordaba nítidamente era el amor tan fuerte que sentía Chapman por su hija. Saber que la había perdido por culpa de John y que él provocó todo para que yo pudiera vivir, debía de ser algo difícil de asimilar. Intenté acercarme, quería consolarlo de alguna manera, pero su rechazo me dejaba claro que yo no era la persona indicada.
—Lo que pasó, pasó… Ya no hay manera de alterar las cosas. Perdí a mi hija y aposté por ti. Te entregué su corazón y tuve la esperanza de que podrías sentir algo de amor por mí, pero no fue así. No pienso hacer nada contra ti, porque no pienso destruir lo único que me queda de mi pequeña Rita —contestó herido, retrocediendo hacia la pu
HENRY CHAPMAN Salí de urgencias arrastrando los pies, desconcertado y confundido. Avril se había quedado ahí, esperando. En cuanto me vio, no tardó en dedicarme la mirada más lastimosa de su repertorio, y se acercó. —¿Cómo está ella? —preguntó en un susurro.Bajé mi atención hacia mi mano, aún podía sentir el calor de la suya, también noté que me había quedado con algo de sangre, se veía fresca. Avril se cubrió la boca con sorpresa y retrocedió.—¿Es de ella? —preguntó horrorizada.Acerqué más la mano a mi rostro y recapitulé cada herida que noté a simple vista. ¿De dónde había salido esta sangre? —Algo me dice… que no —contesté para mí y fruncí el ceño. De inmediato c
AVRIL STEEL—¿Crees que lo hará? —preguntó John caminando de un lado para otro, pensando en lo que le había platicado.—Creo que… sí. Aunque no lo quiera admitir, Chapman ha desarrollado un lazo especial con Clary, si descubre que Steve fue quien la golpeó, estoy segura de que se alejará de él y no solo eso, hará todo lo posible para destruirlo. No dejará que lo que le ocurrió a ella pase en vano.John revisó su reloj y entornó los ojos. —Le haré una visita…—¡No creo que sea buena idea! —exclamé acercándome a él—. No tolerará verte.—Necesito hablar con él… Creo que no le molestará que quitemos de nuestro camino a Steve antes de destruirnos entre nosotros —dijo John con tranquilidad, pero sus palabras solo me alte
ALISSA BROWN—Tal vez si le das otro beso, se despierte… —escuché la voz de Amber en la lejanía—. Hablo en serio, hay un libro que lo confirma.—Amber… Los libros de princesas no pueden ser tomados como un manual de sobrevivencia —respondió Damián—. Aunque… bien podría intentarlo.—¡Sí! ¡Si no funciona, de todas maneras, podemos esperar a que se despierte solita! —exclamó la pequeña con emoción.Abrí los ojos nerviosa por lo que iba a ocurrir, y sin fijarme, intenté levantarme, pero mi cabeza chocó con la de Damián que ya estaba a punto de volverme a besar. Ambos terminamos con las manos en la frente y viendo estrellitas.—¡Qué golpazo! —exclamó Amber cubriendo su boca con ambas manos.—¿Estás bien? &mdas
AVRIL STEELAl no poder encontrar a Chapman, decidí pasar a ver a Clary. En cuanto atravesamos la puerta de su cuarto, sentí que mi alma abandonó mi cuerpo y los ojos me escocieron. La pobre estaba postrada en la cama, llena de sensores y aparatos. Me acerqué lentamente y acaricié su mano amoratada. ¡¿Qué le había hecho ese imbécil?!—Clary… —dije su nombre con tristeza mientras veía su rostro lleno de lesiones—. ¿Cómo te pudo hacer esto? Es un maldito monstruo…Entonces sentí la mano de John sobre mi hombro, ansioso por consolarme. —Esto no se quedará así. Te lo prometo.—¿Qué harás, John? ¿También lo atropellarás? —preguntó Chapman entrando a la habitación, con paso veloz y una actitud arrogante. No parecía contento
ALISSA BROWNRetrocedí con las manos al aire y el miedo en las pupilas, pero ese hombre parecía que no quería dejar cabos sueltos. El arma se disparó en el momento que yo cerré los ojos. El calor y el ardor se apoderaron de mi pómulo, cuando me di cuenta estaba en el piso, con la mejilla sangrante. Intenté ponerme de pie de inmediato y entonces vi a Damián peleando contra ese hombre, forcejeando por el dominio del arma.Me acerqué a la niñera que aún seguía viva y aproveché para liberarla, de inmediato le dije dónde estaba Amber. La mujer corrió hacia la cuna y tomó al pequeño George en brazos, el cual había comenzado a llorar desesperado por el ruido de la batalla. Mientras la niñera salía de la habitación, aterrada y cuidando de que no le tocara ningún golpe, yo me precipité a la cuna, cuando
HENRY CHAPMANVi mi reloj por decima vez, mientras mis pensamientos se habían convertido en un enjambre embravecido dentro de mi cabeza. Steve me había informado de la detención de John. Habían decomisado el auto con el que había matado a Rita. Este era mi momento para cobrar venganza y lo único que tenía que hacer era… no hacer nada, y solo esperar.—Mary es su hija —dijo Clary, rompiendo el silencio, llamando mi atención—. Rita se metió con un hombre casado para cumplir con su ambición. Me pregunto si lo cautivó desde un principio, tal vez la desesperación de Steve por no poder estar con ella como quería hacia que descargara toda su frustración en mí…—O tal vez siempre ha sido un golpeador… —contesté suspirando con molestia.—Eso no exenta a Rita de haber obrado mal. Los hombres casados no se tocan… ahí es donde te das cuenta lo vil que puede ser una mujer. Ya me doy cuenta del odio que le tenían Avril y John.Giré furioso hacia ella y me acerqué a su cama. —¿En verdad te molesta t
JOHN FOSTER Había llegado mi hora, Damián tuvo razón, debí deshacerme de ese auto mucho antes. Ahora estaba con un pie dentro de la cárcel y me temía que la pena capital fuera una opción. No había conseguido ningún abogado, y pese a que sabía que tenía todo para perder, me sentía particularmente tranquilo, supongo que era en parte porque no sentía culpabilidad por lo que hice. Aún escuchaba la voz desesperada de Avril, indignada cuando le pedí que no se presentara. Quería enfrentar esto yo solo y mantenerla lo más lejos de este problema, aún así volteaba de vez en vez, examinando las bancas detrás de mí, esperando verla sentada en alguna, sufriendo. El juicio siguió su curso y las pruebas eran difíciles de debatir. Todo estaba en mi contra y el detective solo sonreía, de seguro imaginándome en la silla eléctrica. Durante el breve receso se acercó para regodearse. —John Foster… Un gran empresario, joven y exitoso, condenado por matar a una mujer inocente —dijo entornando los ojos.
AVRIL STEELCubrí gran parte de mi cabeza con la capucha de mi sudadera. Unos pantalones de mezclilla cómodos y unos tenis resistentes por si tenía que correr, brincar o hacer cualquier malabar que demostrara mi escasa condición física.El lugar no era el más elegante o pretencioso, incluso me resultaba curioso que un policía viviera tranquilamente en un barrio de apariencia peligrosa. Me adentré en el callejón que llevaba a las escaleras para incendios. Intentando que estas no crujieran conforme subía.Conté las ventanas y llegué a la del departamento que sospechaba era del detective. Intenté abrirla, pero tenía el seguro puesto. Desviando el rostro y respirando profundamente, le di el primer codazo, hecho que solo me causó dolor. ¡No era la indicada para hacer vandalismo!—¿Avril? —escuché una vocecita dentro del departamento, se trataba de Scott quien me veía con los ojos bien abiertos, cargados de esperanza—. ¡Avril! —gritó angustiado y se precipitó hacia la ventana, comenzando a