Al entrar al apartamento, vi algo extraño pero no le presté atención. Seguro los chicos habían estado aquí dentro antes de ir a la oficina, o quizá estaban aquí y no donde dijeron.Elliot y Gregorio fueron a la cocina por algo de beber, mientras que yo me dirigí a mi antigua habitación. Tenía que terminar de sacar mis cosas de aquí y darle más espacio a Carmen para sus cosas, TODAS sus cosas. En mi habitación también vi algo diferente y ya me estaba entrando el pánico, así que rápidamente tomé mi bolso de viaje y alisté todo. Salí inmediatamente de mi habitación y me encontré con los chicos en la sala. Bajamos y, cuando iba a montarme al auto, recordé que olvidé mi laptop.-Vuelvo en cinco segundos, chicos -digo volteando-. Olvidé mi laptop. No tardo.-Voy contigo -dijo Elliot.-Estaré bien, cuñado.Asintió y subí de nuevo. Me tomó unos segundos llegar a mi habitación cuando recibí una llamada:-Sal de ahí, Karla, es una trampa.-Esto... esto debe ser una broma.-Luego te explico, car
Llegamos a casa y el primero en llegar a mí fue David. Me abrazó tan fuerte que sentí que en cualquier momento me partiría en dos pero no fue así.-Vas a lastimarla -le dijo Elliot para calmarlo-. Están bien, David, no hay nada de preocuparse.-¿Qué pasó? -le preguntó molesto-. Te dije que no te movieras de su lado.-Solo iba por su laptop, David -respondió él en defensa-. Antes habíamos revisado todo el lugar y no había nadie.-Vi algo raro en el apartamento -dije.-¿Qué viste? -preguntó Alejandro colocándose a nuestro lado.-En mi apartamento hay un espejo en la sala -expliqué-. Cuando volteé para ir a mi habitación, ví un sombra o eso pensé. No dije nada porque pensé que había Sido mi imaginación o yo qué sé. Luego, entré a mi habitación y Vi mi laptop en mi cama, fuera de su bolso y yo siempre la tengo guardada en mi armario.-¿Estás segura que no la dejaste allí cuando nos vinimos? -preguntó Elliot-. ¿Pudo Carmen haberla agarrado?-Carmen no se mete en mi habitación al menos que
Me solté del brazo de David y me fui a la cocina, dejando a los tres hombres allí mirándose cómo bobos. Querían distraerme, no recordarme todo esto, pero no los culpaba en no poder hacerlo siempre.Al entrar a la cocina, me encontré con mi suegra, mi abuela, mi tía, Marcela y mis cuñadas. Todas las mujeres de la casa.-Hola, querida -saludó mi abuela-. Raquel te preparó algo de comer.-Ya iba a llevártelo -dijo Raquel y me regaló su genuina sonrisa-. ¿Cómo te sientes? ¿Tienes apetito? Si no quieres esto, podemos prepararte algo más -dijo dudosa.Miré a la mesa y Raquel había preparado un puré de papas y una sopa de pollo, se veía riquísimo. Tenía mucha hambre. Mi embarazo no me daba créditos.Le sonreí y negué con la cabeza.-No te preocupes, cuñada -le dije amable-. Se ve riquísimo y muero de hambre. Podré comerme un camión de piedras.-El embarazo no te créditos, ¿eh? -bromeó mi tía.Todas nos reímos de su comentario. Me senté y me deleité con la rica comida que Raquel había prepara
Nos sentamos en la grama. Carmen se tumbó y, tras darme un empujoncito, me tumbó a su lado.Era de noche ya. Se veían algunas estrellas. Carmen señalaba alguna nube y juntas tratabamos de adivinar alguna figura.-Sin duda es una almohada -dije.-Claro que no -dijo ella-. Es una goma.-¿Una goma? -pregunté divertida.-Sí, de esas dulces que te gustan -respondió señalando.-Un Marshmallow, Carmen -dije divertida-. Así se llaman.-Como se llame -me reí de su tono y me dió un golpecito-. Pero si se parece-Aquí están -dijo Álvaro tras nosotras-. Las estábamos buscando.-No estábamos tan perdidas -respondió Carmen levantándose.-Karla, preguntan los chicos si quieres hacer la fogata ahora o más tarde.-Oh, vamos -dije levantándome-. Ya están saliendo las estrellas.Carmen me tomó de la mano y, seguidas de Álvaro, fuimos a la parte de atrás de la casa. Allí se encontraban todos. Riendo y divirtiéndose.-¿Listas? -pregunta mi hermano con los fósforos en la mano.Ambos asentimos y vimos como
-Había una vez -empezó David- una chica preciosa que desde pequeña sufría.-Con el pasar del tiempo -continuó mi hermano- su padre la comprometió con el hijo de su mejor amigo, sin importarle nada.-La chica con el tiempo se enamoró -siguió mi cuñada-. Era feliz. Hasta que él empezó a hacerla sufrir de nuevo.No me estaba gustando para nada está historia. Porque era la mía. Y no era justo ni para Jorge ni para mí. Sin embargo, me mordí la lengua y escuché.-La golpeaba -dijo Jorge-, le gritaba, la empujaba, la trataba mal. Cuando llegaba borracho era peor -su voz sonaba llena de odio-. Una noche llegó más ebrio de lo normal -continuó- e hizo lo que nunca pensó hacerle. La hizo suya a la fuerza y se tiró a dormir sin importarle lo que le hiciera el amigo que lo había llevado a casa. Otra noche volvió más borracho aun y, estando inconsciente la tiró por la escaleras.-Causando la pérdida de su bebé -añadí en voz baja.Aquello salió de mi garganta como lava hirviendo. Me quemaba horrores
-Tu hermano tenía razón -dijo Elliot-. Está delicioso. Deberías cocinar más seguido.-Siempre y cuando tenga unas grandes ayudantes como este par -dije mirando a las chicas y luego a él- estaré encantada.-Te ves preciosa cocinando estando embarazada -dijo mi hermano-. Deberías estar metida en la cocina todo el tiempo. Aunque.. -dijo un poco pensativo- creo que un sobrino es suficiente.-Puede ser sobrina -dijo Elliot pensativo.-Sea lo que sea -dijo mi hermano apuntandome con el tenedor- con uno es suficiente.-Vale, vale -digo riendo-. Eso ya lo veremos luego. A comer -todos en silencio comimos. Fue un almuerzo tranquilo. Nadie dijo nada. Era sorpresivo ya que nunca era así, pero supongo que algo pasaba-. Los noto callados -dije luego de un rato.-La comida está muy deliciosa como para interrumpirla -dijo Elliot con la boca llena.-No hables con la boca llena -le regañó Raquel-. Bebe agua.-Lo siento -respondió aún con comida en la boca. Raquel le puso mala cara y Elliot tragó-. Lo
Esa noche no pude dormir. No había encontrado el mento justo para hablar con Jorge. Lo haría por la mañana. Sabía que se marcharia antes que todos se despertaran así que ese era mi momento.A las seis salí de la habitación con cuidado. No quería que David se despertara. Aunque no tenía que ocultarle nada, esto era algo que necesitaba descubrir.-Escabullirse en plena madrugada -dije detrás de él. Estaba bebiendo una taza de té -. Típico de ti.-No me van las despedidas -respondió tranquilo-. Ve al grano. No estás despierta tan temprano solo por decirme eso.-¿Por qué? -pregunté sin más-. ¿Por qué le dijiste a mi hermano? ¿No podías mantenerlo oculto?-No -volvió a responder con tranquilidad -. Porque todos ya hemos sufrido, perdido y llorado demasiado a personas importantes -sabía que se refería a mi padre y a su hermano-. Y, todos los culpables tienen que pagar por ello.-Sabes bien que lo que pasó con tu herma...-Mi hermano se merecía eso y más, lo sabes -dijo bruscamente -. Ese in
No tenía la menor duda de que los chicos llegarían en unos minutos. Habían ido al centro a no sé qué, pero con la llamada de Carmen supongo que cancelaron todo.-Insisto -dije luego de un rato- no debieron llamar a los chicos. Estoy mucho mejor.-Los chicos necesitan saberlo, Karla. Estamos solas. No hay un solo hombre de la casa aquí y, ¿si necesitamos sacarte?-No necesitan llevarme a ningún lado. Estoy embarazada, por eso los síntomas. No me estoy muriendo.-Odio cuando te comportas así, Karla, en serio.Dijo Carmen frustrada.La entiendo. No es fácil soportarme pero ella sabía que yo tenía la razón. Es un embarazo de lo más normal.Nadie dijo nada durante un rato. Mi tía y mi abuela se asomaban cada cinco minutos. Al parecer los chicos no dejaron de hacer sus cosas por mí. Gracias a Dios. Tampoco quiero ser la causa de que deben dejar de hacer las cosas. No es lo que quiero.-Debes aprender, Karla -dijo Raquel tendiendome una taza de té.-¿Qué cosa? -pregunté tomándola -. Raquel,