Si bien parecía que Dmitry estaba relajado, Sarah pudo percibir que su mandíbula y sus hombros estaban rígidos, casi podía sentir que en cualquier momento se arrojaría sobre ella como un felino al acecho, pero mientras lo miraba con detenimiento, se percató que él había hecho lo mismo, la había estudiado y había visto en sus ojos inquietud.—¿Nerviosa?—pregunto Dmitry dejando su copa junto a la suya y cuando volvió a colocar su espalda sobre el respaldo del sofá, ella ladeó la cabeza para negar aquella absurda posibilidad o al menos eso fue lo que ella quería pensar.—Tengo curiosidad—dijo esbozando una sonrisa.—Entonces complazcamos tu curiosidad—le dijo Dmitry animado y antes de que ella pudiera decir algo, él la sujeto por la cintura y tiro de ella para sentarla justo sobre sus piernas. La tomo con fuerza, inmovilizándola, para subir su mano hacia su cabello donde la sujeto para acercar su rostro frente al suyo y así poder tocar sus labios y así algo duro comenzó a notarse sobre l
Sarah sintió que la invadía una sensación de placer, una explosión de orgullo por haber logrado lo imposible, consumar su matrimonio. Poco a poco el dolor comenzó a desvanecerse, quizás porque Dmitry era un amante excelente que no solo se enfocaba en su propio placer, sino también en el de ella. Era extraño aquel sonido que formaban sus fluidos, su humedad, con la cual Dmitry entraba y salía con facilidad. Algunos años atrás, ella nunca se hubiera imaginado que algo así podría pasar, no cuando Dmitry desapareció dejándola a merced de su familia, parecía un sueño y uno erótico, en donde finalmente ambos se convertían en marido y mujer, por lo que ya no había marcha atrás, ella había ido en su búsqueda solo para conseguir algo. Un futuro firme y sin preocupaciones y lo iba a lograr. —¡Nina!—pronunció cerrando los ojos y echando su cabeza hacías atrás sobre el respaldo del sofá.Mientras que el cuerpo de Sarah se movió más de prisa siguiendo los movimientos de sus embestidas, se deleita
Dmitry ya estaba vestido cuando ella volvió a la estancia, había rellenado sus copas y por alguna razón que no lograba comprender, se veía incluso más atractivo que antes, aunque probablemente era porque entre ambos ya existía una conexión y no solo era la atracción, sino también de confianza y complicidad. Sarah sintió que si su esposo tenía un cadáver en la otra habitación, bien podía ayudarle a tirarlo en alguna carretera con tal de seguir en lo suyo, pero por suerte, su esposo no era un monstruo para tal bajeza, solo era un mujeriego que evitaba a toda costa hacerse cargo de sus responsabilidades, así que se debia jugar su mismo juego para hacer entrar en razón.Cuando se aproximó a él, sintió que por poco su mirada iba a desnudarla, la miro de arriba abajo como si recién acabara de llegar, era como si su lascivia le diera la energía necesaria para mantenerlo de pie costara lo que costara.—Me parece que si me sigues mirando así, no tardaremos en repetir lo que acaba de pasar—expr
—También dice que ha participado en orgías con mujeres y hombres en París—expreso Sarah, aunque no estaba cien por ciento segura de eso, era un chisme que había llegado a sus oídos en una de las fiestas en las que su fallecido suegro la había obligado a asistir en representación de su esposo, en aquel lugar todo el mundo, en especial mujeres hablaban de su esposo y lo descarado que era por seguir buscando el calor de otros brazos en lugar de estar con su esposa, Sarah se había sentido humillada, pero aguanto todo con honor. —Falso— esta vez deslizo la cremallera de su vestido hasta lograr abrirlo por la espalda, dejando ver su piel desnuda. —Dicen que le obsequia a sus amantes joyas, como pago por haberlas cogido—expreso Sarah con cierto rencor—que las trata como prostitutas. —Hay algo de verdad y algo de falso en eso, no las considero prostitutas, pero si suelo hacer ese tipo de obsequios—admitió mientras apartaba su cabello rubio a un lado. —Que me dice de lo que se dice sobre s
Sarah comenzó a moverse con entusiasmo, motivada por los gemidos de Dmitry quien no tenía miedo de perder su hombría por demostrar cuanto gozaba de su experiencia. No podía pensar en nada más que no fueran los labios de Nina rodeando su miembro, bajando y subiendo su piel con dedicación, pero eso no era todo lo que Dmitry podía ver y disfrutar en el rango de su visión. Él gozaba de ver como sus senos voluptuosos, por poco y se salían de su sostén debido a su ritmo perfecto en su vaivén por darle placer y así siguió hasta que sintió un estremecimiento en su interior, era como si algo fuese a explotar en su interior y por supuesto no era algo que pudiera retener. Sarah se aferró a la piel de sus muslos para tener más profundidad y aquello fue la perdición de Dmitry. Pudo sentir como un torrente explotaba y acariciaba su interior dándole placer hasta que aquello salió por la punta para llenar el interior de la boca de Nina, Por supuesto, ella soportó como pudo y se vio obligada a trag
—Lo siento—expreso Dmitry cuando su miembro derramo la última gota. Se levantó de su sitio y enseguida fue en busca de algo para que Nina pudiera limpiarse el rostro—creo que exagere en nuestra primera noche juntos. Ella abrió los ojos, la sensación de la textura de su semen era pegajosa y babosa, pero ciertamente era mucho mejor que tragárselos, por lo que termino soltando una risita cuando Dmitry le extendió un par de toallas de papel y mientras ella se limpiaba una mejilla, él hacia lo mismo del otro lado. —No tiene por qué disculparse, fue divertido—dijo esbozando una sonrisa para calmar la tensión que la vergüenza de Dmitry había creado. —Me creería si le digo que no había eyaculado tanto como lo hice hoy—expreso Dmitry como un halago, supuso que después de lo que había ocurrido en ese sitio ya podía tener cierta confianza y, ya que Nina se dedicaba a la satisfacción de los hombres, quería hacerle saber que era excepcional en el sexo. —Eso solo tú puedes decirlo. —Es la verda
—¿Acaso estás celosa?—cuestiono Alek en cierto tono burlesco.—Por supuesto que no—contradijo Sarah—¿Por qué dices eso?—Bueno, por tu tono de voz—continuo Alek—pero dejame decirte que Carinna no tiene la culpa de que tu esposo sea un sinvergüenza.—No, supongo que ella no tiene la culpa—expuso Sarah dejando salir un suspiro—sino Dmitry, pero deberíamos agradecer su actitud de don juan o de lo contrario no podría hacer todo esto ¿Verdad?—Cierto, aunque también hay que darle un poco de crédito, por olvidar como era tu apariencia o de lo contrario, ni siquiera habrías podido acercarte a él—Alek soltó una pequeña risilla burlona y le sirvió un vaso de jugo a Sarah para que se sentara de nuevo a la mesa con él.Sarah tomó asiento y tomo un primer sorbo para después dirigir su vista hacia el panorama que ofrecía Montecarlo, miro el horizonte, pero su mente en realidad estaba rememorando el encuentro, el cómo él había logrado aturdirla y conmocionarla, el cómo había estado dentro suyo y ha
—¿Qué haces aquí?—se atrevió a preguntarle.—Ah, pues Carinna me invito a venir, aunque no sabia que Nina y tú tendrían una cita, de lo contrario le habría dicho a Carinna que fuéramos a otro sito—le explico Alek a Dmitry al sentir la severidad de su mirada.—¿Que no vienen juntos?—No en realidad nos encontramos en la entrada, de haber sabido que también vendrías a este sitio mi querida Nina, me habría tomado la molestia de acompañarte hasta este lugar—le dijo Alek a Sarah guiñándole el ojo para que le permitiera darle un beso en su mano para hacer molestar a Dmitry.—Me parece que mi presencia solo entorpecería tu noche, Carinna no parece ser una mujer tolerante con las de su mismo sexo, sobre todo cuando hemos compartido la cama—bromeo Sarah siguiéndole la corriente a su amigo, pero al volver la mirada hacia Dmitry se dio cuenta de que su mirada era sombría, casi como si quisiera partirle la cara a Alek ahí mismo, olvidando por completo que eran amigos.Alek y Sarah dejaron escapar