Capítulo 4

Al día siguiente me levante tranquila, fui por mi toalla, y me dirijo a la regadera a darme un baño, luego me cambie, y trate de ponerme ropa decente, que al menos me hiciera ver como soy, guarde mi pan y camiseta para ir al gimnasio y cambiarme de ropa.

Bajo las gradas de mi casa, y veo a Martin, con el bendito celular, el levanta la mirada diciendo —Buenos días querida, ¿Qué tal dormiste?, te vez esplendida, ¡te pasa algo! —Me exclama arrepentido.

 No le respondí lo ignore, como él lo hace conmigo, me dirigí al refrigerador, a sacar una manzana, esperando que Martin dijera algo respecto a mi desayuno y era de esperarse.

Martin me miró fijamente—Oye solo eso vas a desayunar, quieres que te prepare unos panes con frijoles.

—No hace falta Martin, déjame tranquila, me estas estresando, largo de mi vista, comeré solo manzana, déjame en paz que no estoy de humor —contesto malhumorada.

Martin se acerca por detrás de mi y me agarra la cintura, inmediatamente, quito las manos de Martin grotescamente, agarro mi cartera, salgo por la puerta y me voy al trabajo, está claro que cuando llegue al trabajo busque un comedero y me comí un pan con queso, de mala gana, ya que todo esto me estresa.

Horas después en mi mente me digo a mí misma.

Por fin es lunes, ahora de terminar de organizar estas carpetas e ir a visitar el gimnasio de lujo que dicen que tiene de todo hasta regadera, vamos a ver si es cierto, No pienso llegar tarde, a mi lado se encuentra mi amiga Elena, ha terminado su jornada de trabajo y me dice lo que no quiero escuchar, ya que no estoy de humor.

—Oye Angela, las otras chicas y yo iremos a comer al bar hay ve tu si quieres venir, sabes que estas más que invitada, ¡deberías venir!, me dice, mientras arregla su cartera —responde Elena.

—Gracias, tendrá que ser otro día, hoy no puedo definitivamente quede en ir al gimnasio a recibir clases personales, ya sabes que tanta gente me abruma, más que estoy subida de peso, no quiero morir gorda —respondo contrariada.

Elena me miro con unos ojos, arqueando una ceja

—Enserio, estas dementes, no estas gorda Angela, ¿Quién coño antipático te dijo eso?, es un Alacrán amiga se merece ser castigado por mí, es que de seguro fue tu esposo, ya no se como llamarle un completo desconocido, es de lo peor, ese hombre no vale la pena, que horror, ves cómo te trata, deberías divorciarte de él, mereces un hombre de verdad —responde con voz molesta.

Por una parte, le entendía es solo que no sabia como realmente hacerlo, tenia miedo, ya no se mi mente ahora esta perdida, aunque aun recuerdo como Felipe me arrincono contra la pared, que rico, no paro de pensar en ello, y el no me dijo que estaba gorda, al contrario, me dijo que estoy linda, y que le gusta mi cuerpo, el mismo me lo dijo en el oído.

— Si amiga tienes todo el derecho de matarlo, ponerle un Alacrán y listo, Martin me dijo que estoy gorda y quizá piense que estoy hecha una cerda, pero le voy a demostrar quién soy, a veces pienso que tiene otras viejas, yo engorde, y el de seguro anda con otras viejas, asquerosas, revolcándose, bonitas y delgadas —le respondo preocupada.

La voz de Elena la escucho lejos ya que entre en un recuerdo cuando veo la puerta de la oficina, como Felipe y yo lo hicimos, es como revivir todo en mi cabeza.

Inicio del Flashback.

—Bésame Angela no debes tener miedo —suspira.

—Miedo yo ¡No!, pasa que no puedo Felipe, nos van a agarrar, y nos echan, por andar haciendo picardías, y travesuras, aunque tu me gustas mucho y necesito sexo y calor —mi voz tiembla al responder.

El pone su boca en mi cuello, mi cuerpo se derrite, el acaricia mi cuerpo, sus dedos van directamente a mi cintura, a mis piernas, y el mismo me quito el vestido luego el brasier, acaricio mis senos, mis glúteos, empezó a besarme mi cuerpo, podía sentir como se erizaba y mi cuerpo se abría a él, el termino quitándome el calzón, y metiendo lentamente su miembro, está dentro de mí, se siente rico, delicioso, me da cosquillas, es que su miembro es grande, la tendrá de unos 16 o 17 mínimo, pero la sabe meter muy bien rico, suave, lento y sabroso, yo acaricie cada parte de su piel igual que el, y lo beso completo, terminamos en el piso, en encima de mí.

Tocan la puerta, se escucha la voz de mi jefe.

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