Me dejé llevar por mis impulsos e invité a salir a Mónica. Cabalgar con ella en una cita, ¡Sólo a mí se me ocurre! Hay cosas que no fueron y no serán, como el hecho de que nunca le he visto con otros ojos que no sean de amigos.
Me deje llevar por el impulso, honestamente si lo de Ericka hubiera sido más que sexo con ella si quisiera estar, pero no podremos nunca estar juntos, esa mujer es una malcriada que sólo ha conocido dinero.
Sumergido en mis pensamientos mi madre entra a mi dormitorio.
—Hijo, estoy muy a gusto de que invitaras a salir a Mónica. Sé cómo miras a Ericka y espero que tus ojos también logren mirar así a Mónica que es quien te conviene y mejor nos hace— dice mi madre.
—Madre, pareciera que Mónica te ha enviado a hablarme&mdash
Por impulsivo me puse en esta posición tan incomoda. Mónica desnuda en frente mío, no entiendo que señales ella habrá visto, pero nunca le he considerado con esas intenciones, para colmo tiene a mi mamá comprada y ahora ¿Cómo le rechazo sin ofenderla? Su amistad es muy apreciada por mi familia y por mí.—¿Qué pasó? ¿No has visto a una mujer desnuda que sabe lo que quiere? — pregunta mordiendo sus labios.—Por favor, vístete. A penas salimos en una cita por primera vez. Siempre te he visto como a una hermana, deberíamos ir despacio, a lo mejor no te gusto tanto como crees— comento.—Estoy muy segura de mis sentimientos hacia ti. Estoy convencida de que me gustas y quiero estar contigo ¿Por qué te niegas a probar? ¿Tienes miedo de que te g
Mientras caminamos noto como el arquitecto mira a Ericka, parece que todos los hombres a su alrededor están interesados en ella. Este señor ya está avanzado en edad, debe rondar los cincuenta años, pero es de esos hombres que quieren aparentar estar jóvenes y actualizados. Viste ropa muy fina, se ejercita y deja ver un poco de su pecho para alardear de ello ¡Qué patético!He pensado en portarme bien, de todos modos, ella hará lo que desee con sus cosas y me guste o no así será, le guste a ella o no me tendrá de socio y vecino, aunque mis intereses están alejados de los suyos.—Fernando, quiero hacer algo precioso, construir aquí un lugar soñado para las parejas pasar su luna de miel, aniversarios, eventos importantes con la idea de que nos posicionemos muy bien en el mercado, quiz&aacut
Me doy la vuelta y Ericka está dentro del río, también se ha lanzado pocos minutos después de mí a rescatar a su hermana. Mientras yo sonrío por la locura de estos dos, ella se molesta, pues ha mojado su ropa y su pelo.Entre risas Laura, Rodrigo y yo comenzamos una guerra en el agua, mientras Ericka se lamenta por lo ocurrido.—¡No lo puedo creer! ¡Laura! Ya estoy mojada gracias a ti, mi cabello, mi ropa, no andamos preparadas para el río ¿En qué estabas pensando? — le grita a su hermana.—En vivir el momento hermana, en ser feliz, dejarme enamorar, abrirme a la vida…— le responde con aires de poeta y filosofo.—Y tenía que ser gritando como loca para hacer que Fernando y yo interrumpiéramos nuestra reunión— se lamenta.&mdas
La furia en mi interior por la manera en la que Mónica quiere hacer parecer que tenemos una relación delante de Ericka me ha nublado, no sé cómo he podido evitar insultarla para más nunca volver a verla, pero en honor a nuestros años de amistad al menos eso se ha ganado, un poco de mi respeto, además mi madre no me perdonaría que trate mal a su amiga, con los años han forjado una amistad y son muy unidas, demasiado diría yo. Razones de más tiene mi hermana para decir que mamá cree que Mónica es su hija.Ella ha sido buena con todos, muerdo mi lengua para no gritar y casi me enveneno con mi propia rabia. Mis ojos botan fuego porque si algo me molesta es la mentira.Voy a mi dormitorio y antes de cruzar la puerta, escucho a Ericka maldecir y externar su rabia.—Maldigo una y otra vez haberme enamo
Un corazón roto no tiene más que hacer que recoger sus pedazos, sacar sus lágrimas y continuar. Fernando me ha enseñado que el amor es extraño, a veces comienza como un juego de poder, de quien controla a quien, y otras uno de los dos sale perdiendo, en este caso yo, porque el que se enamora pierde.Caminando por uno de los pasillos de la casa en la hacienda del Río, a mi mente llegan muchos recuerdos de mi llegada a este lugar, me pregunto cómo sacaré a Fernando de mi cabeza. El Fernando tan agresivo, tan rebelde, el que es un animal en la cama, pero a la vez está lleno de sentimientos. Prefiere dejarme ir antes que enamorarse de mí porque entiende que no somos el uno para el otro.No pensé que enfrentar nuestras diferencias sería tan doloroso, diferencias que podrían resolverse fácilmente y me pregunto &iqu
De vuelta a la realidad, Laura está conmigo mientras paso estos días de tristeza, no creí que me fuera a deprimir tanto la idea de que Fernando me rechazara de esa forma. Siempre creí que era fuerte, pero caí en su propio juego, el advirtió desde el principio sus términos y que no me enamorara por esta misma razón. Siento que me enamoré sola y lo peor es que no tengo cara para verle, pero tendré que encontrar la forma porque debo continuar con mi vida.Estoy a punto de aceptar la propuesta de Marcus de que salgamos, después de todo estamos solteros ambos y quizás despeje mi mente respirar otros aires. El mismo Fernando aconsejaría que este con Marcus, es un buen hombre y me conviene ¡Creo que sí! Aceptaré salir con él y quizás me olvide de Fernando. Unos besos difíciles de olvidar, pero no puedo rogar por amor.
—No entiendo, honestamente no entiendo cómo puedes enamorarte recién acabando de conocer a una persona, pero de todos modos eso no justifica ni le da derecho a nadie de juzgarte o en el caso de Yeison de creer que le perteneces. Pienso que debemos hablarlo con nuestro padre para que tome cartas en ese asunto— aconsejo.—Ni loca le digo a mi papá, para él yo no estoy con Yeison desde hace mucho, y debí haberlo dejado antes pero ahora fue el momento. Tú eres mi testigo que la noche que te conté sobre haberlo dejado, aún no conocía a Rodrigo, pero él no me creerá. Mi papá no debe saberlo, además no podría decirle que estoy enamorada de pronto y además de Rodrigo, sabes cómo es, debo darle tiempo y buscar la mejor forma de decírselo ¡Ni loca lo menciones! Debes prometerme que no le dirás
Con la llegada de Fernando a la cocina me arropa una incomodidad indescriptible, es como si quisiera salir corriendo del lugar. Estoy triste pero también muy enojada, siento como si me hubiera rechazado y la verdad es que lo ha hecho. —¿Cabalgamos hoy Fernando? Me quede ayer con ganas de seguir— dice Mónica. Pretende restregarme que pasan tiempo juntos. —No estoy seguro, pero veré si hay tiempo al final de la tarde— él responde. —Marcus, Ericka y tu podrían acompañarnos a cabalgar o tal vez ir al río, hace días no me doy un buen chapuzón— propone Mónica. —Me parece buena idea ¿No amor? — Marcus me pregunta. —¿Cómo? ¿Y cuándo pensaban decirnos que están juntos? ¡Felicidades! Siempre supe que terminarían unidos— Mónica celebra. —Es algo reciente, pero Ericka y yo estamos saliendo— contesta Marcus.