El viaje de Aisha al escapar del país junto Basima, la nana y sus tres hijos, se convirtió en toda una odisea, por las noches se hospedaron en campamentos beduinos.Viajaron a través del desierto, buscando llegar a la región de Oman, donde los esperaban para llevarlos al aeropuerto internacional.Los miembros de las tribus los acogieron brindándoles protección y alimentos, así fue hasta que en unos de los campamentos, el jefe de la tribu, Mahmud, puso atención en la belleza de Aisha.La chica había olvidado llevar su niqab, así que no podía cubrirse el rostro, el jefe al verla se sintió atraído por su belleza, tanto que ofreció a Zafir cincuenta camellos por ella, deseaba convertirla en su sexta esposa.Al pobre hombre le dio trabajo convencerlo que Aisha solo le traería problemas, estaba casada y con tres hijos, aún así el hombre insistió en comprarla, adoptaría a sus hijos como suyos.Zafir se las ingenio de alguna manera para hacerlo entrar en razón, después de todo nadie querría a
Ibrahim se sentía furioso, mientras el médico atendía a Aisha, intentó comunicarse con Ahmed, pero no logró hacerlo, después de varios intentos, Lyna fue quien contestó el teléfono.—Aló.—Necesito hablar con Ahmed, soy Ibrahim, su hermano.—Ahmed no puede contestarte en este momento, y no sé si podrá hacerlo más adelante, él ya está enterado de todo lo que hicieron para apoyar a esa mujer, todos ustedes intentaron hacerle daño, así que pronto les hará pagar por eso.Lyna cortó la llamada, dejando a Ibrahim desconcertado, ¿Qué demonios se suponía que habían hecho? Ahmed amaba a Aisha, de eso estaba seguro, no tardaría mucho en querer estar junto a ella y junto a sus hijos.—Ibrahim, no sé qué ha sucedido, Ahmed no pudo hacer esto, no a sus hijos.—Tranquila, cuñadita, esto debe de tener alguna explicación lógica, algo grave debe de estar pasando.—¿Y si todo esto ha sido armado para deshacerse de mí y de mis hijos?—No lo creo, mi hermano jamás les haría daño.Zafir con el rostro enro
La primera impresión de Aisha fue de completo asombro, sobre todo al escucharlo, no pudo evitar que dentro de su pecho, su corazón latiera apresurado, pudo aspirar su aroma, ese aroma tan característico de él que la había acompañado todo ese tiempo mientras creía que estaba muerto.—Ahmed. —Hizo un gran esfuerzo para pronunciar su nombre, las luces se encendieron en ese momento.Pudo ver que Ahmed la veía fijamente, no pudo evitar observarlo, se veía tan atractivo como siempre, pero su cara reflejaba un gran disgusto.—No te autorizo a llamarme por mi nombre, para ti soy el señor Assad, ahora estoy enterado de que clase de mujer eres realmente, y todo lo que hiciste sufrir a mi esposa y a mis hijos durante estos años.Ella lo miraba asombrada, no tenía idea de que estaba hablando.—¿Señor? ¿Acaso debo llamar de esa manera a mi esposo? —Aisha no pensaba bajar la cabeza, iba a defenderse.—¿Tu esposo? Sal de mi oficina inmediatamente, te aseguro que pagarás caro tu atrevimiento, te haré
Basima entró en la oficina donde se encontraba Aisha, Ibrahim había ordenado que le adaptaran una oficina junto a la suya, así podría cuidar que Ahmed no se acercara para humillarla.Su hermano podía ser el hombre más generoso y amoroso del mundo, pero también era implacable cuando se trataba de proteger a los suyos, sus enemigos no tenían oportunidad alguna, y eso es lo que consideraba que era Aisha en ese momento, una enemiga.—Madre, ¿Qué ha sucedido?—La yabdu 'anah abni , la 'aerifuh (No parece ser mi hijo, lo desconozco) —Basima lo dijo dejando ver su gran pesar.—No diga eso, madre, Ahmed es el mismo, su hijo, sólo está confundido.Aisha tenía la esperanza de que lo que pasaba con Ahmed solo fuera temporal, Ibrahim llamó en ese momento a la puerta.—Cuñadita, hay reunión en una hora, se ha corrido la voz del regreso de mi hermano, los inversionistas y nuestros socios quieren saber quién estará al frente de la empresa, es todo un caos, he recibido un sin fin de llamadas respecto
Aisha salió del corporativo de prisa, se sentía agotada tanto física como mentalmente, no podía sacar de su mente las despectivas palabras con las que Ahmed se había dirigido a sus hijos.Al llegar y verlos, sintió su corazón oprimirse terriblemente, sus gemelos eran adorables, y el pequeño Ahmed era un niñ* muy tierno, cualidad que a su padre siempre había agradado, a pesar de sus múltiples ocupaciones, el Jeque siempre había ayudado a Aisha en el cuidado de sus hijos.Era algo que le gustaba hacer, sobre todo disfrutaba contarles cuentos por las noches, los pequeños la recibieron con alegría, le dolía el alma verlos, afortunadamente aún no ponían atención en lo que estaba sucediendo.Aisha se dio un baño rápido, para después bajar a cenar con sus hijos, durmió rodeada de ellos, antes les contó algunos cuentos.A la mañana siguiente, se despertó muy temprano, se esmeró en su arreglo, eligió un hermoso vestido en color negr*, era ajustado al cuerpo, el largo más abajo de las rodillas,
Cambell se sentó más atrás de donde se encontraban las chicas, deseaba darles espacio para que pudieran hablar sin sentirse incómodas por su presencia.El hombre más enamorado no podía estar de Thara, tenían una hermosa familia junto a su hijo, agradecía el día en el que Dios o el destino puso en su camino a la morena, por eso no entendía qué era lo que estaba pasando con Ahmed, él y Aisha eran una pareja perfecta.Ahmed estaba sentado un poco más atrás junto a su amigo Kareem, sentía incomodidad por la manera en la que su amigo observaba a Aisha, no la perdía de vista, incluso eligió sentarse en un lugar desde donde la veía.—Ten cuidado con mujeres como esa, amigo, irá detrás de tu dinero sin dudarlo, y sé que te aceptaría de inmediato si lo propusieras, serías el padre ideal para sus hijos.—Sé que no estuvimos en contacto durante muchos años, pero escuché noticias sobre ti, que te habías casado con una norteamericana, y que tenías tres hermosos hijos.—No son mis hijos, esa mujer
Cambell decidió no decir a Aisha que Ahmed había entrado a su tienda por la noche, no deseaba ilusionarla, Ahmed rehuyó de la chica los dos días siguientes, pero no podía evitar sentirse furioso cada vez que Kareem se acercaba a ella con cualquier pretexto.Deseaba que se alejara, pero no lo iba a decir, no quería parecer celoso, Thara había notado el interés de Kareem por Aisha, así que al cubrir al bus para regresar a la ciudad, se sentó junto a Campbell, con la esperanza de que el árabe se sentara junto a Aisha.Su plan funcionó a la perfección, cuando Kareem y Ahmed subieron al autobús, el primero notó enseguida que Aisha se encontraba sola, así que ignorando a su amigo, se sentó junto a ella.—Hola, espero que no te moleste que te haga compañía durante el viaje.—No soy quién para decirle donde debe sentarse. —Aisha le contestó de manera fría, eso provocó en Kareem una sonrisa, le gustaban los retos, y más si el reto tenía un rostro tan bello.Aisha se sintió incómoda durante el
Ahmed estiró los brazos y sostuvo al pequeño niñ* para alzarlo, empezó a dar vueltas por la oficina, intentaba encontrar una buena manera de cambiar el pañal, en ese momento recordó a Cambell, había escuchado que tenía un hijo, entonces indudablemente sabía cambiar pañales.Tomó el bolso que había dejado su madre con las cosas del niñ*, después de pedirle a los gemelos que lo esperaran en la oficina, salió de prisa, Mohamed y Fariyeh empezaron a reír en cuanto perdieron a su padre de vista.—¿Has visto eso? Papá ha cambiado el pañal de nuestro hermano muchas veces, pero parece que ha olvidado cómo hacerlo, es que me hubiera gustado tomar una fotografía de su rostro y mostrársela a mamá, ja, ja, ja. —Lo sé, hermana, papá es tonto, ja, ja, ja. —Mohamed se daba cuenta de lo que pasaba a pesar de su corta edad, había preguntado a Aisha si su padre ya no los quería.—Has dicho una grosería, también pondrás un dólar en el frasco de malas palabras.—Tonto no es mala palabra. —Contestó de ma