En la gran sala estaba Erika, Roberto y los padres de Ámbar, los habían llevado hasta ahí para que respondan todas las preguntas que Beatriz podría hacer, ella tiene derecho a desahogarse y sacar todo lo que llevé por dentro, fueron dieciocho años sin su hija, además de saber quién la secuestró y de cómo llegó a sus manos, ella también tendría derecho de saber cómo fue la vida de su hija. Mientras ellos estaban ahí, Derek fue despertado por una empleada, dando la información. —Joven, buenos días, su abuela y su padre ya están abajo— Derek en medio del sueño lo primero que hizo fue verificar que su esposa estuviese cubierta por las sábanas, ya que sabe muy bien que ella se quedó dormida desnuda. —Dile que ya bajo— Derek espero que la empleada saliera de la habitación para despertar a Alicia que estaba durmiendo tan tranquilamente, pero era el momento de enfrentar toda la verdad. —Princesa despierta, necesitamos bajar, nos están esperando abajo— Alicia se acurruco y empezó a abraz
Todos se quedaron impresionados por la manera en que Alicia salió en su defensa, ella solo exige que limen sus asperezas, quiere vivir al lado de todos ellos sin ningún inconveniente, ella no sabe como tratar a la abuela, pero se dio cuenta que fue ella quien ayudó a sus padres y a Ámbar, le dio la oportunidad de estudiar y volver a su lado, ella a sido una gran compañía en estos momentos que le tocó enfrentar gran parte del embarazo sola.Pero nadie fue capaz de hablar, por su parte Beatriz estaba a punto de derrumbarse, su corazón tenía una coraza de protección, esa misma que en ese instante se estaba desconchando, tener a su madre en la misma sala, ver cómo los adolescentes la defienden, es algo que le llegó al corazón, su terapeuta le aconsejo desde hace mucho tiempo pensar en el perdón, además que le dijo que en la vida todo estaba escrito, por lo que, el secuestro sucedería si porque sí.—Esta casa es enorme, aun cada uno de los presentes teniendo una habitación propia, sobraría
Ámbar se sentía fuera de lugar en la lujosa mansión de su hermana. A pesar de los esfuerzos de esta última por hacerla sentir bienvenida, Ámbar no podía evitar sentirse incómoda entre los muebles elegantes y las decoraciones ostentosas. Cada rincón de la casa parecía recordarle la brecha que existía entre ella y su hermana, recordando constantemente su origen humilde, aunque Alicia fue tan humilde y amoroso con ella, pero fue un choque para Ámbar toda esta situación. Con un suspiro resignado, Ámbar decidió volver, pero no a la ciudad universitaria, ella volvió a la habitación de Daniel, por algún motivo ella se siente atraída por la situación que él está viviendo. Inesperadamente, sintió una punzada de curiosidad y compasión por aquel desconocido. Sin pensarlo dos veces, se dirigió al hospital con determinación, decidida a hacer algo significativo en medio de su propia incomodidad, fue escoltada hasta la puerta del hospital. Al llegar al hospital, Ámbar se sorprendió por la serenid
Una semana había pasado desde aquella noche en que ámbar escucho las duras palabras de Daniel. Ámbar caminaba por las calles de la bulliciosa ciudad universitaria, sintiéndose perdida y desgarrada por dentro. El rechazo del chico al que había empezado a abrir su corazón le pesaba como una losa, y cada paso que daba parecía llevarla más lejos de la esperanza y la felicidad que había anhelado. Había decidido dar un paseo para despejar su mente, pero en lugar de encontrar consuelo en las luces brillantes y la actividad frenética de la ciudad, se sentía aún más sola y desamparada. Cada rincón parecía recordarle su dolor, cada sonido parecía burlarse de su corazón roto. Con un suspiro pesado, Ámbar decidió que ya era suficiente. No podía soportar estar en ese lugar un minuto más. Con determinación, se dirigió hacia la estación de autobuses, decidida a escapar de la ciudad que le había traído más dolor del que podía soportar, era una ciudad de chicos de su edad, y todos estaban en pareja
La casa de los Montero estaba impregnada de una atmósfera de alegría y expectación. La familia se había reunido para celebrar un almuerzo especial en honor al embarazo de Beatriz y Alicia, quienes, con una sonrisa radiante, estaban en el centro de todas las miradas. La mesa estaba decorada con flores coloridas y platos exquisitos, pero lo más importante era el calor humano que llenaba la habitación, uniendo a la familia en un momento de unión y amor.Desde el comedor, se escuchaban risas y charlas animadas mientras los miembros de la familia compartían anécdotas y recuerdos. El aroma tentador de la comida casera flotaba en el aire, añadiendo un toque extra de calidez y familiaridad a la ocasión.En un rincón de la sala, Alicia estaba rodeada por su amado, Derek, y sus padres, quienes la miraban con amor y orgullo. A su lado, su pancita de embarazo estaba tan grande como un globo, un recordatorio tangible del milagro que estaba por venir, ella era la joven más hermosa del mundo entero,
Daniel observó con incredulidad cómo el autobús se alejaba, llevándose consigo a Ámbar y la oportunidad de aclarar las cosas entre ellos. Sin embargo, la determinación ardió dentro de él, impulsandolo a actuar. Sin pensarlo dos veces, se lanzó en busca de su auto estacionado unas cuadras más adelante.El corazón de Daniel latía con fuerza en su pecho mientras conducía a toda velocidad, su mente llena de pensamientos y emociones encontradas. No podía dejar que Ámbar se alejara sin darle la oportunidad de explicar, de disculparse por sus acciones pasadas y dejar en claro lo que realmente sentía por ella.Finalmente, después de lo que le pareció una eternidad, Daniel alcanzó el autobús y lo obligó a detenerse con una maniobra audaz. El conductor, visiblemente molesto, detuvo el vehículo y bajó para enfrentarse a Daniel, pero este último apenas le prestó atención. Su única preocupación era encontrar a Ámbar, asegurarse de que estuviera bien y, tal vez, de que le diera una segunda oportuni
Uno de los días más importante había llegado, Beatriz estaba en sala de operaciones, por su edad Luigi dio la orden de una cesaría, aun familia no sabe el sexo del bebé, sería una gran sorpresa para todos al momento del nacimiento del bebe, Roberto estaba dentro de la sala de operaciones con mucha ansiedad.Muchos no podrían entenderlos, pero ellos no pudieron vivir esta experiencia junto a Alicia, ya que fue todo un caos, además que no tenían el dinero para poder pagar claramente una clínica privada, así que vivieron lo peor que una pareja junto a su bebé podrían vivir.En la sala de espera estaba una hermosa joven con su vestido blanco que mostraba el gran tamaño de su barriga, Beatriz tenía un poco más de tiempo en la gestación de su embarazo, su hija estaría también pronto en el mismo lugar que ella, mientras tanto sería una espectadora desde la sala de espera.—Príncipe tengo tanto miedo, me asusta estar aquí, bueno no es el lugar, creo que es más los dolores que puedo sentir al
—¡Derek, es hora!— gritó Alicia, su voz resonando con urgencia mientras una mancha húmeda se extendía por su ropa. La ruptura de la fuente había llegado sin advertencia, surgiendo en una carrera contra el tiempo.Los médicos ya estaban en camino, llevando una silla de ruedas que parecía moverse más rápido que cualquier cosa en la sala de espera.—¡Vamos, rápido!— instó Derek, siguiendo de cerca a los médicos mientras atravesaban los pasillos del hospital. El sonido de sus pasos resonaba en sus oídos, un eco constante de la urgencia del momento. Alicia, por su parte, mostraba una valentía inquebrantable a pesar de las circunstancias. Su rostro estaba enrojecido por el esfuerzo, pero su determinación no flaqueaba. Se aferraba a la mano de Derek con fuerza, encontrando consuelo en su presencia constante.Finalmente, llegaron a la sala de partos, donde un equipo de médicos y enfermeras estaba listo para recibir a Alicia. Con movimientos precisos y rápidos, la ayudaron a subir a la cama m