—Gracias Derek—

El joven la miró y frunció su ceño rápidamente, no le gusto la manera en que lo llamó.

—Oye mocosa, te tengo un apodo un poco diferente, pero para mi eres mi princesa, ahora elige como me llamaras—

Alicia no pudo evitar sonreír y arrugar su nariz mientras piensa en cómo llamar a su chico.

—Creo que, si yo seré tu princesa, lo más lógico es que seas mi príncipe, ¿qué opinas? —

—Me gusta mucho—

Derek pensaba volver a besarla, pero ella lo detuvo y miró a Ámbar un poco apenada.

—Y ¿ella es? ¿Tu amiga? —

—Es mi hermana, aunque no lo creas somos morochas, hemos nacido el mismo día—

Derek miró fijamente a la morena, el sabe que no es cierto y ella también, el sintió molestia, puesto que ella era familia de las personas que tuvieron a Alicia retenida por muchos años, si ellos hubiesen hablado antes, su madre no habría sufrido por dieciocho años.

—Hola mi nombre es Ámbar— ella se levantó y le extendió la mano.

Fue ahí donde la actitud de su padre llegó a su mente, él jamás har