233l – Años de luzHabían pasado los años. No de esos que pesan o cansan, sino de los que enseñan. De los que iluminan el alma y revelan el verdadero valor de las cosas.Mateo y Paula lo habían hecho bien. Con errores, con aciertos, pero siempre juntos. Aprendieron a hablar, a escucharse, a respetar los silencios y también a interrumpirlos cuando era necesario. El amor que construyeron no fue un castillo de fantasía, sino una casa de ladrillos firmes, sostenida con paciencia y ternura.Paula se graduó con honores. Llevó su título en alto, sabiendo cuánto había costado. Pero no se detuvo ahí. Junto con Mateo y un equipo de jóvenes profesionales, abrieron su propia contaduría. Un pequeño estudio, lleno de entusiasmo y futuro. Un espacio donde los sueños se volvían números, pero también historias de gente que confiaba en ellos.Mateo, con ese temple que solo dan los errores bien aprendidos, se convirtió en un pilar. Ya no era el muchacho inseguro que no sabía si hablar o callar. Era un h
Capítulo final – Donde el amor se quedaEl campo estaba vestido de fiesta. El sol se colaba entre las ramas de los árboles altos, la brisa suave traía aroma a pasto fresco y tortas caseras, y en el aire se respiraba esa alegría genuina que solo da la familia reunida. Globos celestes y blancos decoraban el jardín, mientras una pancarta tejida a mano colgaba entre dos troncos: “¡Bienvenido, Martín!”Eleonor, radiante y embarazadísima, caminaba con cuidado entre las mesas. Sergio no le sacaba los ojos de encima.—¡Estoy embarazada, no de cristal! —le dijo ella, entre risas.—Sí, pero sos mi cristal precioso —respondió él, exageradamente cursi.—¡Ay, Sergio! —Paula rodó los ojos desde la mesa—. Estás peor que cuando se conocieron.—Peor no. ¡Estoy más enamorado! —replicó él, besándole la mejilla a Eleonor—. Aunque entre nosotros, amor… no te ofendas, ¿eh?—¿Qué? —preguntó Eleonor, frunciendo el ceño.—Ese vestido te hace parecer un huevo Kinder. Solo que sin sorpresa adentro, porque ya sa
Amor sin Fronteras (mini historia de Joselín y Stephen) Capítulo - La niña El invierno de 2008 en Alicante trajo más que frío y brisa marina; trajo un milagro. Lilian y Fabián Torres observaban a través del vidrio empañado de la sala de neonatología a la pequeña criatura que apenas cabía en la palma de una mano. Sus dedos diminutos, envueltos en hilos de vida, se aferraban a la nada como si buscaran un refugio, como si supieran que habían llegado a este mundo antes de tiempo. —Es tan pequeña… —murmuró Lilian, sin poder contener las lágrimas. Fabián le apretó la mano con fuerza, sin apartar la vista de esa incubadora que parecía un castillo de cristal. Los monitores pitaban sin cesar, recordándoles a cada segundo que su hija luchaba por respirar, por vivir. Aquella bebé, que apenas pesaba un kilo y medio, se había convertido en su razón de vivir. Habían intentado durante años ser padres, enfrentando diagnósticos crueles y noches de llanto en silencio. Y ahora, aunque prematura,
Capítulo - El nombre detrás de la bata blanca Alicante brillaba esa tarde con la misma vida de siempre. Las plazas llenas de turistas, las gaviotas planeando sobre el puerto, el aire marino arrastrando promesas y secretos. Todo seguía igual, pero no para Joselín. Su mundo ya no era el mismo desde que Stephen Jones apareció entre las luces del hospital. Su mundo, ese que sus padres habían construido con tanto esmero y temor, había comenzado a resquebrajarse. Aquel día en casa había sido un caos disfrazado de calma. Lilian la rodeaba como si fuera de cristal, siguiendo cada paso, cada movimiento, insistiendo en que debía guardar reposo absoluto. Fabián no era menos. Entre pañuelos, analgésicos y advertencias, parecían olvidar que su hija ya no era la bebé que peleaba en la incubadora. —Mamá, estoy bien —repitió por quinta vez, con una sonrisa cansada. —No te esfuerces, mi amor, por favor —rogó Lilian, acomodándole el pelo como cuando era niña. Fabián, desde la puerta, suspiró
Capítulo Entre miradas y secretos Desde aquella tarde en la rambla, algo se había roto….o tal vez, algo se había despertado en Joselín. El aire de Alicante seguía oliendo a sal y a azahar, las campanas de la iglesia repicaban igual que siempre, las gaviotas revoloteaban sobre el puerto… pero para ella todo era distinto. Las calles que había recorrido mil veces ahora le parecían nuevas, teñidas de una expectativa que no sabía manejar.Su herida, a ojos de sus padres, era la excusa perfecta para mantenerla en casa bajo vigilancia. Lilian preparaba infusiones y vigilaba sus pasos como si un mal viento pudiera llevársela. Fabián, silencioso pero atento, pasaba más tiempo en casa de lo habitual, pendiente de cada quejido o suspiro. Pero lo que sus padres no sabían —y que Joselín no se atrevía a decirles— era que la herida que más dolía no estaba en la pierna, sino en el pecho… y no era dolor, era la ansiedad por volver a verlo.Así que, con disimulo y sonrisas fingidas, comenzó a frecuen
Capítulo - "Antes y después " Stephen caminaba sin rumbo fijo por la playa, con las manos en los bolsillos y el corazón hecho un nudo. Alicante, con su brisa templada y el cielo pintado de naranja por el atardecer, debería bastarle para calmarse, pero no era así. Desde aquella tarde en la rambla, Joselín se le había instalado en el pecho como un huracán dulce y rebelde. No podía dejar de pensar en ella. Su risa ligera, su mirada limpia, sus silencios cargados de más palabras que cualquier conversación. Era absurdo. Tenía veintidós años, una carrera que apenas comenzaba, una vida entera por delante dedicada a la medicina. ¿Cómo podía, entonces, sentir que todo su mundo se reducía a ella? Recordó su rostro cuando le confesó que solo faltaba un mes para ser mayor de edad. La determinación en sus ojos, el leve temblor de su voz. No era una niña, aunque su padre la siguiera mirando como tal. No lo era. Stephen lo sabía. Era una joven fuerte, viva, capaz de llenar de luz hasta el hospit
Capítulo – La traición más temida Punto de vista de Fabián y Lilian Fabián Torres no era un hombre fácil de desestabilizar. A lo largo de su vida había enfrentado pérdidas, frustraciones y desilusiones con entereza. Pero aquella tarde, mientras su dedo se deslizaba por la pantalla del teléfono de la amiga de su hija, algo dentro de él se quebró. —¿Qué es esto…? —murmuró, pero ya lo sabía. La imagen no necesitaba explicación: Joselín, su pequeña, su milagro, su niña frágil y perfecta, sonriendo al lado de un hombre mucho mayor, en la playa, abrazados, con las miradas llenas de algo que no podía tolerar. El corazón le dio un vuelco. El aire se volvió espeso. Un frío desconocido lo recorrió de pies a cabeza. Traición. Eso sintió. —¡Lilian! —gritó, casi rompiendo el teléfono mientras entraba en la cocina. Ella, sorprendida, dejó caer la taza que tenía en las manos. —¿Qué pasó? Fabián le mostró las imágenes. No dijo nada más. No necesitaba hacerlo. Lilian palideció. Sus ojos re
Capítulo – Amigo de verdadMateo Moreno siempre había considerado a Joselín como una hermana. Habían crecido entre las mismas calles de Alicante, compartiendo veranos enteros entre helados, castillos de arena y tardes de películas en casa de sus padres. Verla llorar por una caída o reír hasta que le doliera la panza era parte de su vida desde siempre. Pero nunca la había visto así.Cuando recibió aquella nota arrugada y temblorosa, pasada en secreto por la vecina del piso de al lado, supo que algo no estaba bien."Mateo, ayúdame. No puedo perderlo. No así."Esa frase lo golpeó directo al pecho. Sabía de las reglas estrictas de Fabián y Lilian, sabía que la sobre protegían a Joselín desde siempre, pero jamás imaginó que las cosas se desbordaran de tal manera.Se tomó un día entero antes de aparecer sin avisar en casa de los Torres.Joselín bajó las escaleras casi corriendo, con el rostro demacrado, ojeras profundas y los ojos hinchados. Mateo sintió que su amiga de siempre se había tr