Capítulo: Los Tórtolos y los Tortolitos En la cocina de la casa, el sol de la mañana entraba suavemente por la ventana, iluminando la escena familiar. Emanuel estaba junto al calentador, agitando el biberón con la concentración de un científico en pleno experimento, mientras Verónica, con la bebé en brazos, intentaba desayunar entre bostezos. —¿Alguna noticia? —preguntó Vero, su voz cargada de ansiedad. Emanuel miró el celular y negó con la cabeza. —Nada. Ni un mensaje, ni una llamada. Verónica suspiró, moviendo suavemente a Alice, que hacía pequeños ruiditos. —Esto no es normal. Ismael siempre avisa. Y Caro… Caro jamás se desconecta tanto tiempo. —Relajate, Vero —intervino Gloria, que entró a la cocina con su eterna energía y su taza de café—. Si no están por separado, es porque están juntos. Verónica frunció el ceño. —¿Y eso qué significa? Gloria se apoyó en la encimera con su sonrisa pícara. —Significa que están haciendo lo que hacen los novios. Emanuel, que estaba a pu
Capítulo: Una Locura por AmorEl apartamento de Georgina estaba decorado con globos rosados, guirnaldas y una pequeña torta con velitas. Era un cumpleaños sencillo, pero lleno de amor. Paula, con sus mejillas sonrojadas y su vestido de volantes, daba vueltas con Eleonor, riendo y jugando mientras la música suave sonaba de fondo.—¡Vamos, Paula! —dijo Georgina, encendiendo las velitas—. ¡A pedir un deseo!Alberto, con el corazón lleno de ternura, cargó a su hija y la acercó a la torta.—¿Lista, princesa? —le susurró.Paula juntó sus manitas, cerró los ojos con fuerza y sopló, mientras Georgina y Alberto aplaudían.—¡Feliz cumpleaños, mi amor! —dijo Alberto, besándola en la frente.Georgina sonrió al ver la escena. No podía evitar sentir una calidez especial. Desde que Alberto y ella se cruzaron, algo había cambiado. Él no solo era un buen hombre, era un padre dedicado, un alma noble… y eso la conmovía profundamente.Se sentaron a disfrutar de la torta mientras las niñas jugaban. Fue en
Capítulo: Una Boda InesperadaEl sol de la tarde se filtraba por las ventanas cuando Georgina, con el teléfono temblando entre sus manos, marcó el número de Carolina. Su corazón latía con fuerza, no solo por la decisión que estaba a punto de tomar, sino porque sentía que debía cerrar un ciclo y abrir otro. —¿Caro? —dijo apenas escuchó la voz al otro lado. —¡Geo! Qué sorpresa. ¿Estás bien? —preguntó Carolina, captando el tono nervioso en su amiga. Georgina respiró profundo, como quien se lanza al vacío. —Voy a casarme. Hoy. Es una boda express. Y quiero que seas mi testigo. Del otro lado, se hizo un breve silencio de asombro, roto enseguida por Carolina. —¿Qué? ¿Te casas? ¿Así, de repente? Geo, ¿qué pasó? —Es complicado… —Georgina titubeó—. Necesito proteger a Paula. Y... bueno, es Alberto. Esto es… más que un compromiso, es una decisión. Pero… quiero que estés conmigo. Y… también quiero pedirte perdón. Por todo lo que pasó antes. Por lo que te hice sufrir, a vos y a Ismael. Sé que no
Capítulo: Extensiones, Celos y Verdades Dolorosas Alberto suspiró al entrar a su antiguo apartamento. La mudanza al lugar de Georgina aún estaba a medias, y había pasado a buscar las mantitas de Paula y algunos juguetes. Estaba sumido en sus pensamientos cuando un sonido familiar lo hizo levantar la vista. —¿Dónde está mi hija? —la voz aguda de Francis resonó en el pasillo. Alberto frunció el ceño al verla parada en la puerta, con su mirada dramática y su típica postura altanera. —¿Qué hacés acá, Francis? —preguntó con fastidio. —Hablé con mi abogado —respondió ella, cruzándose de brazos—. Tengo derechos. Soy la madre. Por encima de cualquier cosa —añadió con arrogancia. Alberto soltó una carcajada incrédula. —¿Ahora te acordaste de que tenés una hija? ¿Qué pasó? ¿Se te terminó el dinero o te dejó el tipo con el que te fuiste? —su tono era frío como el hielo. Francis fingió ofenderse, pero su mirada traicionaba sus verdaderas intenciones. —No es eso, Alberto —susurró, acercán
Alberto cerró la puerta de su apartamento con un suspiro pesado. La imagen de Georgina alejándose con su pequeña todavía estaba fresca en su mente. Sabía que debía arreglar las cosas con ella, pero primero, había algo más urgente que hacer.Sacó su teléfono y marcó rápidamente el número de su abogado, Damián. Necesitaba actuar antes de que Francis hiciera otro movimiento.—Alberto, ¿todo bien? —preguntó Damián al atender.—No, Damián. Francis apareció hoy. Hizo un escándalo y me amenazó con llevarme a juicio por Paula. Dice que sufrió depresión posparto y que tiene derecho a verla.—¿Depresión posparto? —repitió Damián con incredulidad—. Alberto, no te preocupes. Ya tenemos todo lo que necesitamos. Vos mismo me diste los chats que encontraste en tu computadora, donde ella hablaba con ese tipo mientras estaba embarazada. Eso ya está denunciado y archivado. No hay juez que compre esa historia sabiendo lo que hizo.Alberto se dejó caer en el sillón, aliviado pero aún tenso.—Gracias, Dam
Capitulo:La Vida de Francis: Ambición, Mentiras y Traición Francis nunca fue fácil de complacer. Desde su juventud, soñaba con escapar de la vida humilde que tanto despreciaba. Anhelaba lujos, fiestas y una existencia sin preocupaciones, y estaba dispuesta a cualquier cosa para obtenerlo. Su ambición no conocía límites. Cuando conoció a Alberto, lo vio como una oportunidad, no como un amor verdadero. Un hombre noble, trabajador y estable que podría ofrecerle seguridad económica, aunque no la vida extravagante que ella deseaba. Se casaron y, al poco tiempo, quedó embarazada. Lejos de sentir alegría, la noticia la aterrorizó. Un hijo representaba una cadena, una responsabilidad que no estaba dispuesta a asumir. Consideró terminar con el embarazo, pero su mente calculadora vio en ese bebé un medio para garantizar su estabilidad. Durante el embarazo, mientras Alberto trabajaba incansablemente, Francis se aburría de la monotonía. Fue en una de sus escapadas con amigas donde conoció a un
Capítulo: La Batalla por Paula El día comenzó como cualquier otro, pero la paz duró poco. Alberto estaba en la universidad revisando unos exámenes cuando su teléfono vibró insistentemente. Un mensaje de Georgina apareció en la pantalla: "Alberto, hay alguien en la puerta con un cedulón del juzgado. Dice que es urgente." El corazón le dio un vuelco. Sabía perfectamente lo que eso significaba. Se levantó de inmediato y corrió hasta su auto. Al llegar al apartamento, Georgina lo esperaba en la entrada con el sobre en la mano y una expresión de miedo en el rostro. —Ábrelo —dijo con la voz temblorosa. Alberto arrancó el sobre con manos temblorosas y comenzó a leer en silencio. Sus ojos se oscurecieron. "CITACIÓN JUDICIAL: Se notifica a Alberto Fernández que la madre biológica de Paula Fernández, Francis Delgado, ha solicitado la custodia total de la menor, alegando inestabilidad del padre y entorno perjudicial para el bienestar de la niña." —¡Esto es una locura! —exclamó, apretando
Capitulo El juicio por Paula El día del juicio había llegado. La sala estaba llena de murmullos y miradas expectantes. Alberto Fernández entró con paso firme, acompañado por su abogado, Damián. A su lado, Georgina López mantenía una expresión seria, pero en su interior, el miedo la consumía. Sabía que Francis Delgado no se detendría hasta hacerles daño.Del otro lado, Francis sonreía con confianza. Su traje negro y su actitud serena contrastaban con la verdadera tormenta que ocultaba en su interior. Hoy recuperaría lo que era suyo, o al menos lo que ella creía que le pertenecía.El juez, Ignacio Ramírez, golpeó el mazo, llamando al orden.—Se inicia la audiencia por la custodia de la menor Paula Fernández Delgado. La madre biológica, Francis Delgado, ha solicitado la restitución de la patria potestad, mientras que el padre, Alberto Fernández, defiende su actual tenencia exclusiva.Francis se levantó y habló con tono afectado.—Su señoría, sufrí de depresión postparto. No fui capaz de