Amistades RenovadasDespués de la cena, Ismael y Carolina se quedaron en el porche mientras todos los demás se retiraban. Había algo más liviano en el aire esa noche. Quizás la felicidad de Verónica y Emanuel los había contagiado, o tal vez el tiempo había empezado a sanar las heridas.—¿Te parece si volvemos a ser amigos? —preguntó Carolina, rompiendo el silencio.Ismael la miró, sorprendido.—¿Amigos? —repitió, con una media sonrisa—. Pensé que ya éramos algo más… cómplices, tal vez.Ella rió, relajando la tensión.—Cómicos, más bien —respondió con una sonrisa—. Te extrañé, Isma.—Yo también, Caro. Más de lo que podés imaginar.Ambos sabían que había mucho por resolver, pero por ahora, decidieron disfrutar de la compañía mutua. Los fines de semana comenzaron a reunirse, a recuperar la complicidad que tanto extrañaban. Sin celos, sin presiones. Aunque ninguno lo admitiera, el recuerdo del beso seguía latiendo entre ellos, como una promesa sin cumplir.No había que apurar nada por aho
Capítulo 12: La Conversación con EmanuelEsa noche, Ismael no pudo dormir. El solo pensamiento de Carolina trabajando en otro lugar, conociendo a otras personas, interactuando todos los días con aquel profesor, lo alteraba.Al día siguiente, llegó a la empresa con un solo objetivo en mente: hablar con su padre.Golpeó la puerta de la oficina de Emanuel y entró sin esperar respuesta.—Hijo, ¿todo bien? —preguntó Emanuel, sorprendido por la interrupción.Ismael asintió con rigidez y se sentó frente a él.—Quiero que Carolina trabaje aquí.Emanuel alzó una ceja.—¿Perdón?—Le ofrecieron una pasantía en otra empresa. No quiero que la tome. Quiero que trabaje aquí, conmigo.Emanuel apoyó los codos sobre el escritorio, observándolo con atención.—¿Y qué dice Carolina al respecto?—Todavía no decide, pero si le damos una buena oferta, va a aceptar.Emanuel cruzó los brazos, analizando la situación.—¿Esto es porque realmente crees que sería una buena incorporación… o porque no querés que se
Capítulo La Decisión de la FamiliaEmanuel caminó por el pasillo de la empresa con paso firme, pero con la mente llena de pensamientos. Había tomado una decisión y necesitaba compartirla con Verónica. Sabía que su esposa, con su intuición y su amor inquebrantable por su hija, encontraría la manera de convencer a Carolina de que quedarse con ellos era lo mejor para todos.Al llegar a la oficina de Verónica, tocó la puerta suavemente antes de entrar.—¿Interrumpo? —preguntó con una sonrisa mientras la encontraba sentada en su escritorio, revisando algunos informes.Verónica levantó la mirada y le devolvió la sonrisa.—Nunca interrumpís, mi amor. ¿Qué pasa?Emanuel cerró la puerta y se acercó a ella. Antes de decir una sola palabra, se inclinó y le besó la frente, luego bajó hasta su vientre ya notoriamente redondeado y dejó un beso sobre él.—¿Cómo está nuestro bebé hoy? —susurró contra su piel.Verónica sonrió, acariciándole el cabello.—Tranquilo, aunque de vez en cuando da pataditas.
Capítulo La Decisión por tomar Verónica se acomodó en la mesa de la cocina con una taza de té entre las manos. Era una noche tranquila, la casa en silencio, solo interrumpida por el suave tic-tac del reloj en la pared. Sabía que era el momento adecuado para hablar con Carolina, para darle el espacio que necesitaba sin presiones. Carolina entró a la cocina con expresión cansada, pero cuando vio a su madre esperándola, supo que esa charla era inevitable. —Sabía que querías hablar —dijo Caro con una leve sonrisa mientras se sentaba frente a su madre. Verónica le ofreció una taza de té. —Siempre. Pero sobre todo, quiero saber cómo estás. Carolina suspiró y se encogió de hombros. —Bien… dentro de lo que cabe. —¿Segura? Porque lo que veo es que estás más inquieta de lo normal —Verónica la observó con una mezcla de ternura y preocupación—. Sé que todavía no tomaste una decisión sobre la pasantía. Carolina jugó con la taza en sus manos, evitando la mirada de su madre. —Es
Capítulo : Desición tomada Ismael se despertó con una determinación que no había sentido en mucho tiempo. Había pasado meses reprimiendo lo que sentía, analizando demasiado cada paso, pero la idea de que Carolina se fuera lo sacudió de golpe. No podía darse el lujo de perder más tiempo. Si Caro aún no había rechazado la otra pasantía, era porque todavía estaba en duda, y eso significaba que él aún tenía una oportunidad.Se levantó de la cama de un salto, tomó una ducha rápida y se vistió con su mejor traje. No porque quisiera impresionarla, sino porque necesitaba mostrarse seguro, confiado. Hoy no había espacio para titubeos. Bajó a desayunar, pero apenas probó un par de bocados. Verónica lo miró con curiosidad desde la mesa.—¿Estás apurado? —preguntó con una sonrisa divertida.—Tengo que hacer algo importante —respondió, tomando su taza de café y bebiéndola de un trago.Emanuel, que estaba sentado a su lado leyendo el periódico, alzó una ceja.—¿Algo relacionado con Carolina, tal v
Los días pasaron con la normalidad habitual, pero Carolina sentía que algo había cambiado. Su decisión de quedarse en la empresa familiar había traído calma a su vida, y poco a poco, comenzaba a sentirse más segura de su camino. Con Ismael, la relación estaba en un equilibrio extraño: complicidad sin menciones al beso, una cercanía que ambos disfrutaban, pero que mantenían cuidadosamente dentro de los límites de una amistad. Una tarde, Carolina decidió salir con sus amigas al shopping para despejarse. Habían estado bromeando, hablando de la universidad y de cómo la vida iba cambiando rápidamente para todas. Mientras estaban en la heladería, una voz familiar resonó en sus oídos. —¡Mana , Caro! —gritó Eleonor con su vocecita dulce, corriendo hacia Carolina. Carolina se giró justo a tiempo para recibir el abrazo de la pequeña. Eleonor , con su cabello castaño oscuro y esos ojos azules tan parecidos a los de Carolina, era una niña encantadora. —¡Hola, preciosa! —dijo Carolina, agachá
Capítulo La Primera Gota de CelosCarolina se había adaptado rápidamente a su nuevo rol como asistente de Ismael en la empresa. A pesar de los nervios iniciales, las primeras semanas transcurrieron sin contratiempos. Ismael era un maestro paciente, detallista y atento, siempre asegurándose de que ella entendiera cada proceso y cada decisión. La manera en que la apoyaba y guiaba hacía que Carolina se sintiera más segura de sí misma. Además, aplicaba mucho de lo aprendido en la universidad, lo que la motivaba aún más.—Gracias, Isma. De verdad, me hacés sentir más capaz de lo que pensaba —le dijo una tarde mientras revisaban unos informes.—Vos sos capaz, Caro. Yo solo te estoy mostrando el camino —respondió él con una sonrisa que iluminaba la oficina.Carolina no pudo evitar sonreír. Ismael parecía disfrutar tanto como ella de trabajar juntos, y eso hacía que las horas en la empresa pasaran volando.Un día, mientras Carolina estaba en el comedor de la empresa, esperando a Ismael para a
Capítulo : Encuentros en el ParqueEra un sábado soleado cuando Carolina decidió llevar a Eleonor al parque cercano a la casa de Georgina. La pequeña estaba llena de energía, corriendo de un lado a otro con esa risa contagiosa que solo los niños pueden tener. Carolina la miraba con ternura, pensando en lo mucho que había cambiado su vida desde que Eleonor llegó.Mientras Eleonor jugaba en las hamacas, Carolina escuchó una voz conocida detrás de ella.—¿Carolina? Qué coincidencia verte por acá.Se dio la vuelta y ahí estaba el profesor Alberto, con una sonrisa cálida y su hija Paula, que corría con Eleonor como si fueran amigas de toda la vida.—¡Profesor! —exclamó Carolina, sorprendida pero contenta de verlo—. ¿Qué hace por acá?—Vivo a una cuadra de aquí —respondió él, señalando en dirección a las casas cercanas—. Traje a Paula a jugar un rato. Parece que las niñas se llevan muy bien.Carolina miró a las dos pequeñas, que ahora estaban subiendo juntas al tobogán pequeño , y asintió c