XimenaLlegamos hasta el auto de Nick y en la cajuela hay varios tipos de armas, Klaus toma unas cuantas, y me entrega una pistola, subimos de vuelta al auto y detrás de nosotros van dos camionetas, asumo que son los hombres que mencionó Carol.Le voy indicando a Klaus donde queda la casa de Tristán y a medida en qué avanzamos siento algo extraño instalándose en mi pecho, en el fondo algo me dice que no es lo correcto, pero no deseo nada más que verlo pagar por todo el daño que causó en mi vida.—Asumo que Carol te contó un poco de sus entrenamientos con Mark para aprender a usar el arma —menciona para aligerar el ambiente.—Un poco.—Y no es lo mismo escucharlo a practicarlo, pero estará atado, no se moverá lo que facilitará que dispares.—De acuerdo.Esta vez nos sumergimos en un silencio incómodo que no es capaz de prolongar por más tiempo.—Tengo que cerciorarme ¿Estás segura de querer hacer esto?—Más que nunca, quiero que pague.—De acuerdo. Estaré contigo —me mira de reojo mien
Carol Otro día en donde me despierto temprano, donde me siento como una usurpadora, tomando un lugar que no me corresponde, me prometí encontrar respuestas, se lo prometí a Tamara y es lo último que he hecho, buscar al responsable de todo este caos, ¿en qué clase de persona me convierte eso? En una muy mala, sin duda. Oh, cállate. Encontraré respuestas, con Nick centrado en la campaña será más fácil. ¿Segura? Me gusta mantenerme positiva. Después de arreglarme voy al Golden donde de nuevo Nick no se encuentra en la oficina, seguro que estará ocupado con la campaña. —Hola, Carol. —Klaus, pensé que estarías con Nick. —Cuando se trata de ser el centro de atención prefiere ir solo, seguro ya no tarda en llegar, ¿estás bien? —Sí, por supuesto, ¿por qué no habría de estarlo? —Por nada, descuida, te veré después. Comienza a alejarse y eso me deja un poco confundida, aprovecho esta oportunidad en donde estoy sola y busco en todos los estantes, carpetas y archivos digitales que tie
CarolCuando regreso a la oficina un poco más calmada y decidida a obtener lo que quiero me encuentro con la intimidante figura de Nick, recargado en el escritorio, mantenía la vista en la puerta, como si me estuviera esperando.—Hola.—Hola.—¿Te interrumpo? —niega—. ¿Tienes tiempo?—Carol, para ti siempre tengo tiempo.Me siento como en un campo de minas temiendo que cada paso que doy hacia él sea el que provoque que todo esto exploté. No sé muy bien cómo formular las preguntas a partir de ahora, ni cómo decirle que estuve buscando respuestas que me dejó en claro que no buscara, ah, y que todo lo hice con su portátil.Había cumplido con mi parte, estuve investigando y mientras más me acerco a la verdad más temo perder todo lo que he logrado hasta ahora.—¿Dirás o te quedarás ahí mirándome?—Me gustaría escoger la segunda opción —sonríe de lado—. Vengo a decirte algo, más bien.—Te escucho.—Estuve investigando sobre la muerte de mis padres y —frunce el ceño—. Ya sé que me pediste qu
NickValió la pena, habrá sido una discusión, pero siempre las tendremos, es necia y se aferra a que las cosas se hagan como ella quiere, sin mencionar que no le importan las consecuencias de sus actos, tal vez por eso estamos hecho el uno para el otro.—¿Problemas en el paraíso, Nick?—No, bueno lo normal.—Si dejarás de ser un poco idiota seguro que Carol seguiría a tus pies.—Gracias por el apoyo, Key.Estábamos en una oficina esperando a alguien importante, teníamos que cerrar un trato en la zona sur de la ciudad.—Caballeros —entra un hombre arreglando su traje—. Lamento haberlos hecho esperar de más, tenía otro asunto que tratar y requería mi presencia.—No hay problema —dice Key.—La próxima vez sería mejor que midieras tus tiempos —le digo—. De esa forma evitarás perder clientes.—Lo tendré muy en cuenta, Nick gracias. Y bien ¿dónde está el dinero?Key deja un maletín sobre el escritorio lleno de dinero, el hombre asiente satisfecho ante lo que ve.—Ahora me gustaría que nos m
NickAquí viene la parte complicada.—Libertad, ninguna alianza, ningún trato, negocio o intercambio se lleva a cabo si no ha pasado antes por mi autorización, tengo que mantener todos sus movimientos controlados si quiero parar esto.Mientras el resto de la asamblea lo piensa, Gregor comienza a reírse.—Déjame adivinar, quieres actuar como si fuera el líder de la MOH.—Como si fuera el gran jefe —menciono manteniendo mi vista hacia enfrente sabiendo que entre las sombras él se encuentra—. Como si fuera un Cox.—¿Y si no lo logras? —habla el jefe.—Viviré con mi fracaso y —qué difícil era decir esto—. Pueden considerar esta derrota mi renuncia, abandonaré el liderazgo de la MOH.—Nick, ¿de qué demonios hablas? —murmura Carol más confundida que antes.Después de unas cuantas aclaraciones, se llega a un consenso, todos los integrantes presentes dicen «sí»—Y, aunque tengo todos los votos a mi favor, sé que el decisivo es el del jefe, ¿qué dice señor, Cox?Esperamos largos segundos hasta
CarolEl tiempo pasaba y descubrí muchas cosas, como que ahora el ex prometido de mi madre tenía mucho que ver en el desastre de vida que llevaba.A pesar de seguir trabajando me vino bien quedarme en casa, comenzaba a agotarme toda la rutina de posar para las cámaras, las donaciones y las entrevistas que nos realizaban, era vista como la mano derecha de Nick tanto para la campaña como para el resto del mundo, estaba relacionada con él, con su apellido, supongo que eso de mantener un perfil bajo ya no será posible.—Traje unas fotografías —entra Ximena y toma asiento a mi lado en el sofá —seguro tú conoces estos lugares mucho mejor que yo —las deja frente a mí en la mesa.—¿Fotos?—Es el último lugar en el que parece que estuvo Patrick y creo que esto podría ayudarnos, así al menos tendremos un lugar y partiremos de ahí.Empiezo a ver las fotografías, no logro reconocer ningún lugar, hasta que, casi al final me encuentro con una fotografía de un sitio, me parece vagamente familiar.¡N
CarolApegarme al plan es todo lo que tengo que hacer. Vuelvo a hablar porque qué horror sumergirme en el silencio absoluto. Incluso resulta estresante.—Solo espero que esto no sea una clase de secuestro —niega—. ¿A dónde vamos entonces?—Francia. —Sigue revisando algún archivo.Es como si le diera igual que esté frente a él.—¿Estarás evitándome estas horas? Te aviso que es un vuelo largo y que de alguna manera sigo siendo —me señalo—, Carol.—Sí, es justo lo que planeo hacer, si quieres duerme para matar el tiempo.—¡¿Cerca de 18 horas?!—Para que recuperes fuerzas, te espera un largo trabajo cuando lleguemos te recomendaría no gastar tu energía en cosas inútiles como intentar entablar una conversación conmigo.Al menos tengo tiempo para eliminar más información de este teléfono.Sorpresa, sorpresa, cuando abro los ojos de nuevo es porque Nick me despierta, me dice que ya hemos llegado.—¿Qué hora es? —pregunto tallándome los ojos.—Las dos de la mañana, levántate.—Gran manera de
Carol—Ambos quedan detenidos.—Disculpe ¿Tiene idea de quién soy?—Nick Lancaster, nos han informado que usted y su esposa portaban esta arma.—¿Quién? —inquiero.—Denuncia anónima.—Me está jodiendo.—Soy Nick Lancaster —recuerda.—He arrestado a personas más importantes y por menos que esto.Nos coloca algo en el cuerpo, que nos impide movernos con libertad, al menos nuestras manos quedan inmóviles.Diego sale riendo del estudio y se calla cuando nos ve.—¿Qué está pasando aquí?—Solo ve y paga nuestra fianza, Diego.Los policías una vez que tienen el control vuelven a mirar al mismo lado en el que yo vi a esa persona.—Fueron amenazados —hablo y obtengo la atención de todos.—¿De qué hablas? —cuestiona Nick.—Podré olvidar muchas cosas, pero no esta, yo no traía ningún arma conmigo, alguien debió ponerla ahí ¿Quién los está usando como marionetas? ¿Maximiliano? —no veo reacción alguna —¿Gregor? —y al escuchar su nombre se incomodan —claro, no sé qué les ofreció, pero les daremos e