una menos...
El juicio de Miranda Contreras, en su caso por secuestro e intento de asesinato, fue sencillo las pruebas eran inminentes y cada una de las excéntricas justificaciones que daba la parte defensora no hacían justicia al peso que representaba la verdad.“No debería estar presa no nací para ello”“Considero que nada sería mejor para ese pequeño que tener una madre como yo”“No le hice nada malo, además ni va a acordarse”Esos eran los comentarios que soltaba la fluida boquita de Miranda Contreras, a pesar de los esfuerzos titánicos de su abogado por callarla era algo imposible.Hasta que cerró con la frase que se volvería icónica en los medios después de ser declarada culpable.— Quiero otro color, el naranja no me queda nada bien.En cambio ese día, el tribunal específicamente la sala en la cual se llevaría a cabo el último juicio del cual todos estaban completamente al pendiente, se mantenía en absoluto silencio.Solo se escuchaba un pequeño murmullo de los presentes desesperados por sab
En la mansión McCarthy todos se encuentran disfrutando del placer de la tranquilidad.Erick y Luciana al contrario que todos los demás disfrutaban del caos de tener a sus dos hermosos hijos con ellos.Nadie más podía encargarse del cuidado de los niños, tenían mucho que aprender, mucho que vivir.Aunque era innegable que de vez en cuando dormir tranquilamente no les caería nada mal.Ambos se dejaron caer en la amplia y cómoda cama después de una ronda exhaustiva de juegos, baños y siesta.— Definitivamente no sé quién es más fuerte si Ignacio o yo declaro Erick. —Contento de jugar con su pequeño cachorro.Luciana sonrío.—Andrea definitivamente cada vez está más hermosa.— Igual que su madre— susurró Erick girándose sobre su costado para quedar de frente a ella.Deseaba tocarla, deseaba poder saborear cada uno de los rincones de su cuerpo, pero debía ser paciente, ella había luchado demasiado y no podía dar por hecho que sus heridas finalmente habían sanado.Luciana suspiró girándose
Erick Contreras se encuentra a punto de entrar a la sala de juntas del Conglomerado Contreras, después de tanto tiempo finalmente podía hacerse de lo que por derecho era suyo.Al abrir las puertas de madera maciza todos los presentes se levantaron para mostrarle respeto.“Ridículos, pensó Erick “Nada de lo que hagan hará que olvide como me dieron la espalda justo cuando todo se puso gris”— Señores— Fijo con porte imponente e impecable el moreno— Hoy iniciamos con una nueva estrategia de recuperación del Conglomerado.Todos asintieron estando de acuerdo, después de los cientos de millones que habían perdido tanto con la destitución de Erick como por el juicio de Mauricio, todos los proyectos con los que contaban se habían vuelto completamente inaccesibles.— Quiero pedir una serie de ideas con las que piense contra restar esta situación— Declaró uno de los socios con una voz llena de desdén— no me importa quién de los Contreras sea el CEO lo que me interesa es obtener ganancias y des
El ambiente en la oficina estaba cargado de una sensación de peligro, era tan espesa que Hugo había comenzado a tener dificultad para continuar respirando como lo hacía regularmente.Ambos hombres estaban retándose con la mirada, ambos querían mantener el control de la situación pero eso era completamente imposible.En la periferia de esa lucha de egos se encontraba Hugo atento a cada una de las reacciones de los presentes.— Habla de una m*****a vez— Dijo Erick con las quijadas apretadas sentía que su piel estaba tan sensible que la gota de sudor que recorría su espalda era como una cuenta regresiva para dar inicio a una lucha en el cuadrilátero.Y no estaba dispuesto a perderla.- El plan de ellas constaba de dos partes, la primera -dijo Joel disfrutando de la atención innegable de Erick- era acercarse de manera paulatina a la vida de Ignacio ya estando dentro de su día a día debían eliminar a su esposa y una de las dos ocuparía su lugar.Erick sentía una necesidad impetuosa de acerc
En la prisión, en la celda ciento noventa y tres Miranda se encontraba aun sin comprender por que le estaba sucediendo esto.— Presa mil cuatrocientos ochenta arriba, tienes visitas.La voz de la guardia era áspera y sin compasión como la de un verdugo ya agotado e insensible de lo que pasara a su alrededor.Miranda tuvo que revisar el numero que tenía grabado en su uniforme para darse cuenta que era ella quien tenía visitas.— ¿Quién es? — Pregunto temerosa, dese que había llegado había aprendido a pasar desapercibida, no quería ser la receptora de la rabia de las demás.— Solo tengo que llevarte, no soy tu perra asistente—Le gritó la guardia al mismo tiempo que golpeaba uno de los barrotes.El ruido provocó un escalofrío en el cuerpo de la rubia como una anticipación de lo que estaba por suceder de no obedecerla-.Miranda se levantó apresurada, el pasillo era angosto pero muy largo, en ambos lados estaban cientos de presas por todos motivos que pudieras imaginar.Caminar por ahí era
Miranda estaba incrédula a pesar de tener las imágenes frente a ella.— Que demonios es eso—Dijo con un deje de reclamo, en este punto un toque de traición atravesó su pecho.— Esto…— respondió Héctor con un ademan de cansancio, aunque se mantenía firme observando cada uno de los gestos de su hija— Es mi familia.Miranda comenzó a negar con la cabeza.—No, yo soy tu familia, yo lo soy…—Repetía ella. — Miranda todo este tiempo estuve fingiendo un matrimonio por ti ignorando mi deseo de alejarme de tu madre y estar con quienes me hacen feliz.Héctor se refería a una mujer de aproximadamente cuarenta años de edad, muy guapa y un joven de no más de doce años, ambos estaban rodeado el cuello de Héctor en un abrazo arrollador.— No, ¿Cómo puedes? — Miranda tenía su labio inferior temblar — Es sólo un bastar…— ¡No lo digas!— La voz tan fuerte y contundente de Héctor asustó a Miranda callándola de inmediato— No te atrevas a ofenderlo, a humillarlo, como estas acostumbrada, me quedé por ti
El suelo parece moverse sin compasión, provocando unas inmensas ganas de vomitar a Erick. — ¿Qué es lo que has dicho? —Preguntó en un intento por asegurarse de no haber alucinado. — Señor — Repitió Jonas al mismo tiempo que se acercaba poco a poco, aunque en ese punto Bryan también estaba acercándose de forma discreta. — Su madre está viva, todo este tiempo lo ha estado y ya sé en donde se encuentra. En ese instante Erick se giró como una sola pieza para ver a los ojos a Joel. — Explícate. Lleno de culpa al ver lo roto y lleno de rabia que Erick estaba en ese momento por la información que había guardado por tanto tiempo, Joel comenzó a explicar. — Cuando llegó el momento de deshacerse de la esposa de Ignacio, Victoria no pudo asesinarla pero en cambio fingió su muerte en un accidente y la escondió en un hospital psiquiátrico, ese día que tuvieron ese accidente en el que murió tu padre, él iba a confesarles que sabía la verdad, quería dejar a Victoria y necesitaba su apoyo, per
Mientras tanto en una de las cárceles más seguras del país, específicamente en la sección de la clínica. Una mujer rubia de cabellera larga, era expulsada del área de cuidados, ya no podían hacer más por ella.—Por favor dejen que me quede dentro— Pedía llena de miedo al mismo tiempo que trataba de abrir la chapa de la puerta.Miranda quien toda su vida había pasado con la ilusión de que su belleza y su fortuna le darían un presente y futuros espléndidos ahora se encontraba sintiendo que ese futuro se iba de su mano.Sí, una mano.Por más doloroso que fuera recordar el momento en que todo había sucedido era aún una de sus peores pesadillas.Había perdido uno de sus brazos mutilado entre las navajas de una cortadora industrial de carne.Habían podido salvarle la vida, pero el miembro quedó triturado y ella deseaba con todo su ser que eso jamás hubiera sucedido.Aun escuchaba el ruido de sus huesos triturándose y su carne siendo desmembrada. “¡Ella! ¡Dame esos cinco!” gritaba una recl