Por AlejandroLlevé a mi oficina a una chica que conocí en un pub, la primera vez estuvo bien, y en mi oficina, no sé si era porque sabía que Valeria estaba cerca y espero que algo, aunque sea un poco, le moleste, no la pasé mal, le pedí que le mande alguna atención con una tarjeta.Hizo ese gesto, distante y me confirmó que estaba contrariada.Le sonreí y le guiñé un ojo, haciéndola cómplice de mi travesura, sin decirle cual era.Me encanta provocar celos en Valeria, sentía que lograba tener algo de control sobre ella.Llevé a cenar a la chica y luego la llevé a mi casa y fue cuando pensé en decirle a Vale, que venga para sacar de mi cama a mi amante ocasional.Para volver a tener con ella un poco de intimidad, aunque sea algo inocente.Jamás se va a acostar conmigo cuando horas antes estuve con otra, pero al menos la tendría en mi departamento.Le pedí que acomodara mi guardarropas, sabiendo que no lo podía hacer en poco tiempo, ella solita cayó, diciendo que venía otro día a termin
Por Alejandro Estábamos yendo para la empresa cuando le suena el celular, es raro que hable por teléfono, se mensajea un par de veces por día con su amiga Emi y alguna que otra vez, por la tarde, habla con su madre o su padre, no más de 5 minutos Atendió sin mirar el número, estábamos uno al lado del otro, nos llevaba mi chofer, como siempre. -Hola. -Por fin me atendés. Escucho todo, porque como dije, estábamos sentados muy cerca, siempre me pego a ella. -Diego ¿Qué querés? Se tensó al escuchar su voz. ¿Sentirá algo por él? Mi corazón latía rápido y no sé por qué. -Que vuelvas conmigo. -No me interesa. -Ya te dije que la vas a pasar mal si no volvés. No podía creer cómo la amenazaba. -No me asustás. -Tenés padres, amigos, primos, no pienses solo en vos. Tuve ganas de tomar su celular y pasar a través del teléfono, para enfrentar a ese tipo y matarlo. Cerré mis puños con tanta fuerza que tenía mis nudillos blancos. -Mirá, pedazo de hijo de puta, no te tengo miedo, mis
Por AlejandroMe olvidé que estoy hablando con mi padre, estoy enfrascado en mi propio mundo, uno en el que tengo el cuerpo desnudo de Valeria en mis brazos.-Alejandro, te estoy hablando, Valeria me contesta por vos.-Perdón, estaba pensando en…La miré a ella y se ruborizó, creo que fue muy evidente, para Valeria, adivinar que mi mente voló hacia esa mañana cuando estábamos en el auto.Volví a distraerme.Sin querer me volqué una gotita de café que cayó en mi corbata.-Vale, traeme una corbata.-Permiso.Dice yendo a buscarla.-¿Qué pasa con tu secretaria?Pregunta mi padre, lo hace con una sonrisa que no comprendo del todo.-Nada.-Es culta, se maneja bien, está preparada y responde sin dudar y sé que yo pongo nervioso a todo el mundo, no la cagues.Me asombra sus halagos.-Sé lo que vale.Ella golpea la puerta antes de entrar, yo me paro, mientras me saco la corbata y se la doy, ella me pone la nueva corbata, haciéndome el nudo, como siempre.La tomé por los hombros y estoy a punt
En ese momento Alejandro comenzó a besarme y a acariciarme.Me dejé llevar.Él no perdió el tiempo, sus manos por debajo de mi ropa, tocándome las tetas, apretando mis pezones, mientras me besaba con esa pasión descomunal y por debajo de mi falda con su otra mano me corrió la tanguita y llegó a mi intimidad, yo estaba más que húmeda, esperándolo.Me penetró con sus dedos, mientras me frotaba el clítoris.Con nuestros besos ahogamos los gemidos, o al menos eso creo.De repente siento que los dos nos estamos moviendo rítmicamente y me di cuenta que necesitaba más, lo necesitaba a él dentro mío.Me invadió un fuego interior, fue cuando me di cuenta que estaba el chofer, que me llevaba todos los días y yo estaba a punto de tener el orgasmo de mi vida.¡Dios, su erección!Recordé las veces que me apoyó su miembro en mi cola ¡Lo deseaba ya!Con lo último de voluntad, le corrí su mano, mordiéndome los labios, un segundo más y no iba a poder subirme nunca más al auto con ese chofer.Alejandro
Por ValeriaLlegamos a la casa de su padre, parecía una mansión de esas que aparecen en las películas.Nunca había visto, por dentro, una mansión así, el hall de entrada era más grande que mi departamento y ni que hablar del lujo que era esa casa, mansión, castillo, palacio, no supe ni como describirla.Traté de no mirar nada.Me imaginé a Emi entrando allí, con lo espamentosa que era, hubiese sido divertido observar su comportamiento.Almorzamos charlando sobre temas poco profundos, me hicieron algunas preguntas personales, yo contesté sin esconder nada, no tengo nada que esconder.Pasamos la tarde hablando del evento, se iba a desarrollar en abril, faltaban meses, pero ellos organizan todo así y no dejan nada al azar.Solo unos pocos directores irían desde Argentina, de Estados Unidos también iban unos pocos, la mayoría era gente de España y algunos de Francia, Italia y Alemania. -Voy a tener que aprender a hablar en alemán.Digo como chiste.Aunque Susana y Francisco, el padre de
Por Valeria.-Ya le dije a María que baje la temperatura del freezer y que ponga todas las bebidas en él.-¿Quién es María?-La señora que limpia tu casa, trabaja en la casa de tu papá y tu tía.No registra lo que digo, porque me habla de otro tema.-Mañana te espero cerca de las 12 del mediodía en casa, sacás a las que estén.-Ale, no te vayas.-¿Querés que me quede con vos?Me pregunta con una mirada traviesa.-La secretaria de tu papá, desde España, va a mandar un documento, tenés que firmarlo y se lo reenvío.-Firmalo por mí.-No, es un documento oficial, no una tarjeta donde decís...que la pasaste bien en la cama de alguna.-Yo nunca te dije que pongas eso.-Me lo dijiste, el primer día, me dijiste que elija entre 3 o 4 frases, que nunca ponga nada parecido a la palabra amor y que jamás le compre un anillo, a nadie.Sonríe por mis palabras.-Cuando llegue el documento, me lo llevás a mi casa, pasá directamente y si no me ves, buscame en mi dormitorio.Me guiña un ojo.No lo entie
Por ValeriaEntramos a la cocina, agarro dos vasos, no de los que se usan en las reuniones, otros que tiene guardados en una alacena de un rincón de la cocina, saco de la heladera dos latas de gaseosas y le sirvo a Emi, que no había abierto la boca.Sus dos amigos nos habían seguido, veían como, con total desenvolvimiento, agarro lo que necesito.Al abrir la heladera, miro que hace falta para que el lunes compre el personal de servicio.Hago una lista y la dejó enganchada donde corresponde.Emi y los dos chicos me miraban.-Ya que lo estoy esperando, adelanto trabajo.Le explico, con estudiada indiferencia, a Emi.-¿Estaban...en una orgía?Me pregunta mi amiga, sabiendo la respuesta, es que ella casi no podía hablar.La miré sonriendo ¿Qué más podía hacer? ¿Ponerme a llorar?-Perdón amiga, no hubiese ido a su habitación si sabía lo que estaba haciendo, nunca...lo había visto en acción.-Vale…¿Cómo podés trabajar con él?El asombro de Emi, era mucho.-Soy su secretaria...vos lo sabés.
Por ValeriaEntré a su departamento, estaba ese tal Gonzalo durmiendo en el sillón, se debe haber quedado dormido de borracho.En una habitación había dos chicas, las desperté y las saqué del departamento.Cuando giro, veo que Gonzalo se está despertando, no me animo a sacarlo como a las chicas.-Buenos días.Me dijo.-¿De verdad venís a sacarle a las mujeres que se quedan acá?-Siempre.Sin más, entro a la habitación de Alejandro y como no, había un monumento durmiendo en su cama.-Señorita, por favor, despiértese que Alejandro tiene que trabajar.Alejandro se levantó, dirigiéndose al baño.-¿Hay que pagarle?Le pregunto, como algo normal.-No.-Señorita…Por fin la desperté y la acompañé hasta la puerta, no se quería ir.Llamé a uno de los hombres del personal de seguridad que vi cuando llegué.La acompañó hasta la puerta de calle.-Sos increíble.Me dice Gonzalo.-No sé si tendría que pedirte que te retires.Se ríe a carcajadas.No me contestó nada.Yo volví a la habitación de Alej