Chicas, comenten... ¿Valeria aguanta demasiado?
Por AlejandroMe olvidé que estoy hablando con mi padre, estoy enfrascado en mi propio mundo, uno en el que tengo el cuerpo desnudo de Valeria en mis brazos.-Alejandro, te estoy hablando, Valeria me contesta por vos.-Perdón, estaba pensando en…La miré a ella y se ruborizó, creo que fue muy evidente, para Valeria, adivinar que mi mente voló hacia esa mañana cuando estábamos en el auto.Volví a distraerme.Sin querer me volqué una gotita de café que cayó en mi corbata.-Vale, traeme una corbata.-Permiso.Dice yendo a buscarla.-¿Qué pasa con tu secretaria?Pregunta mi padre, lo hace con una sonrisa que no comprendo del todo.-Nada.-Es culta, se maneja bien, está preparada y responde sin dudar y sé que yo pongo nervioso a todo el mundo, no la cagues.Me asombra sus halagos.-Sé lo que vale.Ella golpea la puerta antes de entrar, yo me paro, mientras me saco la corbata y se la doy, ella me pone la nueva corbata, haciéndome el nudo, como siempre.La tomé por los hombros y estoy a punt
En ese momento Alejandro comenzó a besarme y a acariciarme.Me dejé llevar.Él no perdió el tiempo, sus manos por debajo de mi ropa, tocándome las tetas, apretando mis pezones, mientras me besaba con esa pasión descomunal y por debajo de mi falda con su otra mano me corrió la tanguita y llegó a mi intimidad, yo estaba más que húmeda, esperándolo.Me penetró con sus dedos, mientras me frotaba el clítoris.Con nuestros besos ahogamos los gemidos, o al menos eso creo.De repente siento que los dos nos estamos moviendo rítmicamente y me di cuenta que necesitaba más, lo necesitaba a él dentro mío.Me invadió un fuego interior, fue cuando me di cuenta que estaba el chofer, que me llevaba todos los días y yo estaba a punto de tener el orgasmo de mi vida.¡Dios, su erección!Recordé las veces que me apoyó su miembro en mi cola ¡Lo deseaba ya!Con lo último de voluntad, le corrí su mano, mordiéndome los labios, un segundo más y no iba a poder subirme nunca más al auto con ese chofer.Alejandro
Por ValeriaLlegamos a la casa de su padre, parecía una mansión de esas que aparecen en las películas.Nunca había visto, por dentro, una mansión así, el hall de entrada era más grande que mi departamento y ni que hablar del lujo que era esa casa, mansión, castillo, palacio, no supe ni como describirla.Traté de no mirar nada.Me imaginé a Emi entrando allí, con lo espamentosa que era, hubiese sido divertido observar su comportamiento.Almorzamos charlando sobre temas poco profundos, me hicieron algunas preguntas personales, yo contesté sin esconder nada, no tengo nada que esconder.Pasamos la tarde hablando del evento, se iba a desarrollar en abril, faltaban meses, pero ellos organizan todo así y no dejan nada al azar.Solo unos pocos directores irían desde Argentina, de Estados Unidos también iban unos pocos, la mayoría era gente de España y algunos de Francia, Italia y Alemania. -Voy a tener que aprender a hablar en alemán.Digo como chiste.Aunque Susana y Francisco, el padre de
Por Valeria.-Ya le dije a María que baje la temperatura del freezer y que ponga todas las bebidas en él.-¿Quién es María?-La señora que limpia tu casa, trabaja en la casa de tu papá y tu tía.No registra lo que digo, porque me habla de otro tema.-Mañana te espero cerca de las 12 del mediodía en casa, sacás a las que estén.-Ale, no te vayas.-¿Querés que me quede con vos?Me pregunta con una mirada traviesa.-La secretaria de tu papá, desde España, va a mandar un documento, tenés que firmarlo y se lo reenvío.-Firmalo por mí.-No, es un documento oficial, no una tarjeta donde decís...que la pasaste bien en la cama de alguna.-Yo nunca te dije que pongas eso.-Me lo dijiste, el primer día, me dijiste que elija entre 3 o 4 frases, que nunca ponga nada parecido a la palabra amor y que jamás le compre un anillo, a nadie.Sonríe por mis palabras.-Cuando llegue el documento, me lo llevás a mi casa, pasá directamente y si no me ves, buscame en mi dormitorio.Me guiña un ojo.No lo entie
Por ValeriaEntramos a la cocina, agarro dos vasos, no de los que se usan en las reuniones, otros que tiene guardados en una alacena de un rincón de la cocina, saco de la heladera dos latas de gaseosas y le sirvo a Emi, que no había abierto la boca.Sus dos amigos nos habían seguido, veían como, con total desenvolvimiento, agarro lo que necesito.Al abrir la heladera, miro que hace falta para que el lunes compre el personal de servicio.Hago una lista y la dejó enganchada donde corresponde.Emi y los dos chicos me miraban.-Ya que lo estoy esperando, adelanto trabajo.Le explico, con estudiada indiferencia, a Emi.-¿Estaban...en una orgía?Me pregunta mi amiga, sabiendo la respuesta, es que ella casi no podía hablar.La miré sonriendo ¿Qué más podía hacer? ¿Ponerme a llorar?-Perdón amiga, no hubiese ido a su habitación si sabía lo que estaba haciendo, nunca...lo había visto en acción.-Vale…¿Cómo podés trabajar con él?El asombro de Emi, era mucho.-Soy su secretaria...vos lo sabés.
Por ValeriaEntré a su departamento, estaba ese tal Gonzalo durmiendo en el sillón, se debe haber quedado dormido de borracho.En una habitación había dos chicas, las desperté y las saqué del departamento.Cuando giro, veo que Gonzalo se está despertando, no me animo a sacarlo como a las chicas.-Buenos días.Me dijo.-¿De verdad venís a sacarle a las mujeres que se quedan acá?-Siempre.Sin más, entro a la habitación de Alejandro y como no, había un monumento durmiendo en su cama.-Señorita, por favor, despiértese que Alejandro tiene que trabajar.Alejandro se levantó, dirigiéndose al baño.-¿Hay que pagarle?Le pregunto, como algo normal.-No.-Señorita…Por fin la desperté y la acompañé hasta la puerta, no se quería ir.Llamé a uno de los hombres del personal de seguridad que vi cuando llegué.La acompañó hasta la puerta de calle.-Sos increíble.Me dice Gonzalo.-No sé si tendría que pedirte que te retires.Se ríe a carcajadas.No me contestó nada.Yo volví a la habitación de Alej
Por AlejandroEl domingo se asombró que no haya alguién en mi cama, es que realmente el viernes dormí solo unas horas y el sábado por la noche, luego de ir a cenar con Omar en el restaurante de siempre, me comenzó a doler un poco la cabeza, estaba por llamar a Valeria, para que me hiciera masajes, pero decidí tomarme unas aspirinas.Salí de la ducha, me vestí rápidamente y bajé a la cocina, ya tenía listo mi desayuno, le pedí que me hiciera masajes, ya no me dolía la cabeza, solo necesitaba el contacto de sus manos.Estoy muriendo de ganas por poseerla, es más fuerte que yo.Todo es porque se niega una y otra vez.La intento besar.-No Ale, no podés besarme, soy tu secretaria, para eso están tus...amigas.-Te deseo...te haría el amor como no te imaginas, me pedirías que no te deje nunca más, serías vos la que no querrías salir de mi cama.-¿Y quién me echaría cuando te canses?No le pude decir que no me iba a cansar y es ella la que me saca de encima a las chicas y las echa.-Es mejor
Por AlejandroMe paré y pegué la vuelta a mi escritorio.Ella no se había sentado, la dominé con mi altura y con mi cuerpo.Sin darme cuenta de lo que hacía, le llevé un brazo hacia atrás, no sé si lo hice con violencia, posiblemente sí.-Me estás lastimando.Dijo sin apartar la mirada.-¿Con quién vas a salir vos?-Con quien yo considere.Me seguía desafiando.Le doblé más el brazo.Creo que a está altura ya la estaba lastimando.Estaba fuera de mí.Nunca había perdido contra nadie y menos una mujer que me interesaba, claro que nunca me había importado una mujer como me importa ella.La besé, estábamos demasiado cerca para no hacerlo, pero no la besé solo con pasión, no hubo nada de ternura en ese beso, había bronca, lujuria y casi desprecio.Se la daba de santita conmigo y me rechazaba y después me decía que podía salir con quién ella quería.La besé buscando ofenderla y el brazo no se lo solté.Con mi otra mano le sostenía la cabeza.De todos modos, al odio y la bronca que sentía s