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NARRACION: SEBASTIÁNVeo a Lucas llevarse la mano a la mandíbula segundos antes de lanzarse hacia uno de los hombres de Franccesco. No puedo encontrarlo por ningún lado, el hijo de puta probablemente ya se ha escapado.Uno de los hombres me observa con pánico en la mirada. Le he cortado todos los dedos de una mano y se retuerce en el suelo. Me acerco a él con una gran sonrisa, juego con la navaja entre mis dedos. El hombre grita y se arrastra por el suelo. Su imagen es divertida, recuerdo a este hombre, hace dos años le ofrecí trabajo y se negó porque según él quería vivir una vida llena de paz. No sé por qué huye, le voy dar la vida de tranquilidad que él quería. Me limpió la sangre del rostro y grito al clavarle la navaja en la pierna y por último en el pecho. Lo apuñalo una y otra vez mientras disfruto de sus gritos desgar

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NARRACION: ISABELLASebastián se mantiene en silencio mientras se recarga en la pared. Oscar se recarga en la pared y se lleva las manos a la cabeza justo antes de suspirar ruidosamente. Es el silencio más incómodo de mi vida. Veo a Lucas por un momento pero él tiene la misma expresión en su rostro que los demás.—Oigan, relájense. No se van a deshacer de mí. Tómenlo con calma...—Sabes— dijo Oscar. — nunca te lo comentamos Isabella pero Lucas y yo te estuvimos buscando como locos por que te extrañábamos. Sebastián no te recordaba pero nosotros seguíamos trabajando para encontrarte porque eres importante para nosotros. Ahora dices que estas muriendo, ¿Cómo mierda quieres que lo tomemos bien?— me dice antes de voltear a vernos.— ¿Cómo mierda quieres que Sebastián lo tome bien? El cabrón estaba org

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NARRACION: SEBASTIANIsabella lleva unos veinte minutos encerrada con Oscar y está poniéndome furioso la idea de que ellos estén solos. Sé que Oscar nunca haría nada para traicionar mi confianza pero igual no me puedo quedar tranquilo. Soy un puto celoso.—La abrazó, de nuevo.— dice Lucas.—A la mierda— digo antes de patear la puerta y abrirla. Isabella se aleja de Oscar con tranquilidad y se cruza de brazos antes de verme con odio.— ¿No me tienes ni un poco de confianza?—Si pero...— ¿Donde esta él?— me pregunta ella con los brazos cruzados. Alzo una ceja y le sonrío antes de mirarla a los ojos

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NARRACION: ISABELLA. El suelo se termina de llenar de sangre cuando Sebastián le arranca una última uña a Franccesco. La imagen es grotesca. Franccesco ha vomitado varias veces y solo ha dicho un poco de información. Nada importante. —Sabes que si no hablas te mataremos aquí, ¿Cierto? —No pienso decir ni una puta palabra— dice Franccesco, Sebastián se lanza hacia él y me volteo para limpiarme la saliva ensangrentada que me ha escupido. Escucho a Franccesco gruñir de dolor y me volteo completamente enfurecida al darme cuenta que estoy perdiendo mi último día con Sebastián por culpa de ese imbécil. Tomo una de las pinzas con las que Sebastián le había quitado las uñas. Lucas me mira por un momento y empujo a Sebastián antes de abrirle la boca a Franccesco y arrancarle un diente. El grito desgarrador de Franccesco me llena de poder y comprendo que esto es lo que siente Sebastián cuando ataca a las personas. Poder y energía. —¡Dime

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NARRACIÓN: SEBASTIÁNIsabella se mantiene en silencio mientras sostiene mi mano y observa el avión privado. No ha dormido en toda la noche por qué segundo ella quería aprovechar el máximo del tiempo conmigo. Me ha importado una mierda si quería pasar más tiempo conmigo, esta enferma y dormir no le ayuda en nada a su salud. Se mira casada, enferma e incluso derrotada emocionalmente.No quiero que se vaya, incluso tengo la maldita sensación de querer adherirme a ella todo el día y no soltarla. No quiero perderla y la posibilidad de que ella muera es alta.El doctor fue claro, su enfermedad es degenerativa hasta tal punto que puede dejarla sin movilidad. No quiero eso para ella pero tampoco quiero dejar de verla. Aún no tengo claro cómo es que podré cuidar de ella sin que lo sepa, sé que quiere hacer todo ella sola pero no estoy listo para dejarla hac

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NARRACION: ISABELLA La habitación del hospital es más linda de lo que pensaba, de hecho podría jurar que Sebastián ha movido sus influencias para que esta habitación fuera remodelada pero sé que no ha sido así. Este hospital es muy privado y no creo que él pudiera mover algo dentro del sistema. Para empezar la cama no es una cama de hospital, es una cama que se mira cara. Las cortinas son moradas al igual que las almohadas de la cama. Entonces veo las paredes y entiendo que Sebastián si ha hecho esto para mí. Una de las paredes está llena de marcos fotográficos, cada marco tiene una foto de mí con él, con los gemelos, con mi familia e incluso una fotografía con los tigres. Fotos que nunca había visto o mejor dicho fotografías que no recuerdo. Me subo en la cama para poder acariciar las fotografías, paso mi mirada por una fotografía de nosotros dos en la playa. Paso mis dedos sobre el rostro de Sebastián. Quisiera poder recordar ese día, nos vemos más jóvenes pero fel

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NARRACIÓN: SEBASTIÁN.Observo mis manos llenas de sangre cuando Lucas me grita que me detenga, no puedo moverme, estoy cegado por la ira que no puedo moverme ni un maldito centímetro. Hace mucho que no me sentía de esta forma, la oscuridad se ha apoderado de nuevo de mí y no he podido detenerme.He explotado todo un puto edificio de la ciudad, he matado a más de cien personas solo por gusto y odio hacia el hijo de puta del presidente. Quería meterse conmigo pues aquí tiene mi puta respuesta. Pensó que meterse conmigo sería fácil, pensó que no respondería pero se ha equivocado. Conmigo nadie se mete, mucho menos con mi puto negocio. Tuvo los huevos de quemarme toda una bodega de mercancía, perdí millones por su culpa. Si yo pierdo dinero pues él también

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NARRACIÓN: ISABELLAMe cuesta entender lo que está sucediendo pero tengo que hacerlo. Acomodo el celular intentando que quede recargado en la pared. Me llevo las manos al rostro y sollozo antes de llamarlo. Espero por unos segundos cuando finalmente veo su rostro.— ¡Gatita!—dice con una gran sonrisa que borra al verme con el rostro lleno de lágrimas— iré Italia.—No es necesario… solo necesito un poco de apoyo moral— le digo en medio del llanto. Recargó mis manos en mis piernas y me siento en el retrete del baño para poder pensar con un poco más de claridad.— ¿Qué sucede?— pregunta con su rostro serio. — nena…—Se me está cayendo el cabello—suelto antes de sollozar ruidosamente y cubrirme la boca con la mano.—Mierda—lo escucho susurrar. — tu... tu... mierda, gatita no es ca