Capítulo 95
Ana se hizo a un lado, esquivándolo.

Arqueó una ceja con desdén y lo miró fríamente. —¿Por qué no me atrevería?

Nicanor perdió todo rastro de razón. Olvidando cualquier principio sobre no golpear a mujeres, se abalanzó sobre Ana.

Marisol gritó: —¡Nicanor!

El hombre intentó someter a Ana por la fuerza, pero subestimó su capacidad de reacción. Ana le sujetó el brazo y con una llave de judo lo lanzó violentamente al suelo.

Excepto ella, los otros tres quedaron atónitos.

Ana mantuvo la calma. Colocó un pie sobre la espalda de Nicanor mientras llamaba a la policía.

—¡¿Qué es lo que quieres?! ¿Dinero? ¡Tengo de sobra! ¡Te daré lo que pidas si borras el video!

Al pensar que su carrera construida con tanto esfuerzo podría arruinarse, Nicanor sentía que el mundo se derrumbaba. En ese momento, no solo estaba dispuesto a darle dinero, ¡incluso le conseguiría un hombre si eso quería!

—¿Acaso parezco necesitar dinero? —Ana aumentó la presión con su pie, haciendo que Nicanor gruñera de dolor.

—En-en
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