Corre tan rápido como tus piernas puedan hacerlo.
Eso es lo que estoy haciendo en este momento. Corro, corro, corro y no me detengo, mis pulmones se contorsionan porque mi respiración es irregular; a cada paso que doy el aire que sale por mis fosas nasales entra en mis pulmones como un ascua ardiente.
"¡Corre más rápido!" - Una voz familiar ordena en mi mente, pero no la reconozco. No puedo correr más rápido, me tiemblan tanto las piernas que no sé cómo sigo en pie.
El bosque es tan silencioso que sólo oigo el sonido de mi acechante y dolorosa respiración, los pájaros que solía oír cantar todos los días cuando me despertaba en mi casa que estaba al frente del tenebroso bosque, parecen haberse alejado y han hecho de este lugar algo aún más deprimente.
Nunca he visto personalmente ningún tipo de animal o pájaro, sólo los sonidos que emiten. Los rumores dicen que los pájaros son carnívoros de animales domésticos que se pierden en el triste bosque o son abandonados por sus dueños, por lo que acaban siendo devorados.
En cuanto a los animales terrestres, nadie que los haya visto ha vivido para describirlos, pues se les conoce como bestias devoradoras de lobos. Pero, por insólito que parezca no tengo miedo, quizás sea la adrenalina de huir, o la curiosidad que tengo desde que llegué a esta ciudad por conocer el tan misterioso bosque oscuro donde la entrada está prohibida.
No lo sé, sólo sé que el miedo es algo que al menos de momento no estoy siendo capaz de sentir. Y me alegro mucho por ello si no se agrava mi intento de huida.
Una vez más siento que me flaquean las rodillas, he estado corriendo tanto tiempo sin parar a descansar que creo que me he perdido en este enorme bosque.
Sin darme cuenta piso una roca cubierta de musgo y barro, termino resbalando y rodando por el bosque, en el camino hay varios obstáculos y en cada uno de ellos siento como mi cuerpo se estrella contra él y muchos dolores quedan como recuerdos de que un día tuve un encuentro con ellos, incluso el sonido de los huesos al romperse pude escucharlo, solo espero que no sean mis huesos los que estén emitiendo estos horribles y dolorosos sonidos al escucharlos.
Cuando por fin la raíz de un árbol me hace dejar de rodar, me doy cuenta de lo mucho que me he herido por el camino. Respirando más dolorosamente que antes, intento moverme, pero me detiene un dolor extremadamente agudo que al mismo tiempo me hace retorcerme ruidosamente de dolor y revelar mi ubicación.
Vuelvo a intentar moverme y ahora siento y oigo el sonido de los huesos de mi pierna derecha al romperse y entonces otro grito agónico de dolor sale de mi boca haciendo eco en todo el bosque.
¿Cómo podría haberme pasado de la raya? Estaba tan cerca de salir de aquí.
Dejo de lamentarme cuando oigo murmullos a mi alrededor, no puedo dejar de temblar, incontroladamente se me nubla la vista.
- ¡Ya era hora de que Lina despertara!Oigo el sonido de la potente voz jovial de mi entrenador, es muy joven, pero aun así es siete años mayor que yo, tiene la piel bronceada, el pelo castaño oscuro, los ojos marrones miel con algunos trazos verdes, el físico no tan fuerte pero tampoco tan delgado, es decir, lo tiene todo en su justa medida, me gusta mucho, me siento tan bien a su lado, es el único que no me maltrata. Confieso que ya me he distraído mucho en mis entrenamientos admirando su belleza poco común.-Lina, ¡vamos! - suspira -Sé que ya estás despierto, vamos no tengo tiempo para tus bromitas.Como ta suave el lugar donde está mi cuerpo en reposo, sin muchas ganas, sin ningún deseo en absoluto, me obligo a abrir los ojos y me contemplo con la amplia espalda de mi entrenador y como me atrevo termino bajando mi mirada a su mediano y redondo culo, ahí que quiero apretarlo, solo para saber si es tan duro como parece, nada del otro mundo.Acabo mordiéndome el labio inferior con es
Han pasado cuatro semanas desde la indeseada visita del señor beta Albert, y hace dos días pude volver a mi casa porque mis heridas están casi curadas, sólo que mi pierna sigue muy fea porque desgraciadamente me la rompí en tres sitios diferentes. Después de acostumbrarme a mi nueva rutina de medicamentos y mucho descanso por la pierna, finalmente pude volver al gimnasio.Las calles que me llevan a mi destino están vacías y me alegro mucho por ello, así nadie se burla de mi cara que además de mi escandalosa fama de falsa ahora cojeo.Llego al gimnasio con un poco de retraso por tener que adoptar un ritmo de marcha más lento. Al entrar en el pasillo que lleva a mi despacho veo a Lukky, mi entrenador de culo mediano y redondo, que al verme me dedica una gran sonrisa.-Me alegro de que hayas venido, Lina -dice el entrenador-, te he echado mucho de menos.-Gracias entrenador- le regalo una bonita sonrisa- ¿Me he perdido mucho durante mi ausencia?-Sí, pero como eres una académica tan bril
-¡Despierta loba dormida! -Siento que me sacuden- ¿Vas a quedarte ahí todo el día?- Hummm, no quiero despertarme - Me doy la vuelta en la cama y siento que me duele el cuerpo - ¡Vete! - Ordeno con voz somnolienta.-No te levantes, ya son las tres y media de la tarde. - Se pone la mano sobre la boca - "Lina, ¿qué ha pasado? ¡Mierda! Me olvidé de vestirme hoy temprano. Me olvidé de vestirme hoy temprano, y ahora ¿qué le voy a decir a Milly? Bueno, supongo que tendré que decirle la verdad, porque ella siempre sabe cuando miento y odia que lo haga. Es la única amiga que tengo en toda la manada, ya está transformada y es una hermosa omega, su pelo es dorado y sus ojos marrones oscuros, su personalidad es dulce y ardiente cuando se enoja, pero esto rara vez sucede. Su nombre de loba es Lilica, está muy enfadada por las injusticias cometidas contra los omegas y también es muy divertida. Milly es seis años mayor que yo y ya no necesita ir a la academia, sin embargo, ella al igual que yo
-¿Se ha ido? -pregunto impaciente.-Señor, ¿está usted seguro? No creo que sea importante, ha tenido suerte de salir de allí con vida.- No te he pedido tu opinión, ¡te he mandado a por ella!-Pero ella no lo recuerda, señor. -No está en peligro. No creo que debas... - Le interrumpo bruscamente.-¿Estás sordo, Albert? Cuando te dé una orden, hazlo sin quejarte. ¿O quieres problemas?-No señor, ¡lo haré ahora mismo!- Muy bien. Lo odio. Odio cuando le digo a alguien que haga algo y me discute. No le doy a nadie la libertad de hacerlo. Nadie puede decirme lo que debo o no debo hacer. Si quiero, tengo. Si quiero, lo consigo. ¿Quién se cree este ridículo beta que se mete en mis asuntos? -¡No me gusta! - dice Ryan, mi lobo- Se piensa que es mucho y no es nada. -A mí tampoco me gusta, pero de momento es mi beta- hablo irritado, porque aún no puedo cambiarlo.-¿Qué vas a hacer con la chica?-Mátala. Por supuesto.-¡No seas estúpido! -habla en un disimulado tono amenazante y lo noto inq
Tim trim trim trim. Ese sonido del infierno me hace abrir los ojos bruscamente, y lo primero que me viene a la mente es: ¿En qué me he metido? Miro a mi alrededor y me doy cuenta de que estoy en una habitación enorme, con paredes de colores fríos, grises y negros, no veo ningún armario, sólo veo tres puertas del mismo color (gris) y tamaño. Sin pensarlo dos veces me levanto de la cama y cuando lo hago me doy cuenta de que estoy vestida con un camisón blanco con escote en forma de V profunda, su extensión está toda cubierta por un encaje también blanco que contiene dibujos de rosas en él, el camisón es precioso y además corto, pero me pregunto, ¿cómo la he vestido? Con esta duda busco en mi memoria y no recuerdo absolutamente nada. Dolor, es lo que golpea mi cabeza haciendo la misma rueda durante unos segundos. Y junto a este dolor vienen a mi mente los recuerdos de un sueño muy loco y no muy agradable. Con un inmenso deseo de salir de esta extraña habitación en la que espe
-¡Maldita sea! - Me masajeo las sienes.Todavía con la cabeza doliendo me obligo a abrir los ojos y a levantarme de la cama, por un momento siento que la cabeza me da vueltas pero pronto se me pasa. Un mal presentimiento me oprime el pecho y sin saber por qué, reviso toda la habitación en busca de mi compañera, pero no la encuentro, lo único que encuentro es mi ventana abierta de par en par. Me acerco a ella y mirando al suelo veo las huellas que se dirigen hacia el oscuro bosque.¡Enfado! Este sentimiento me ha acompañado últimamente. Enfadado, estoy, muy enfadado. En este momento estoy a punto de arrancar la cabeza a cualquiera que se atreva a aparecer delante de mí.¿Cómo lo ha conseguido este proyecto de adolescentes?¿Quién se cree esta mocosa malcriada?-Nuestra compañera y Suprema Luna -dice Ryan, divertido ante mi irritación-.-Idiota -replico, haciendo que se ría en mi cara.¡Tienes que estar bromeando!Yo, un hombre adulto de veinticinco años, alfa supremo de las manadas del
Humm, qué buen olor, me hace salivar la boca y algo dentro de mí da una señal de vida. Al sentir este olor abro los ojos y mi estómago se contorsiona haciéndome sentir dolor y un enorme ronquido sale de él. - Parece que alguien aquí lleva mucho tiempo sin comer - habla con una sonrisa casi invisible en los labios.Sostiene una bandeja con una increíble diversidad de alimentos y yo intento con todas mis fuerzas no saltar de la cama y atacar la bandeja. Al observarlo veo que está muy bien vestido con un traje social, una camisa azul bebé con las mangas dobladas hasta el antebrazo, unos pantalones sociales negros que marcan sus muslos dejándolos bien expuestos, los admiro por un rato. ¿Cómo puede este hombre ser aún más guapo?- ¿Te gusta lo que ves?Siento cómo se me calientan las mejillas y él suelta una risita, todo presumido. ¡Confiado!- ¡He visto cosas mejores! - Intento disimular mi vergüenza.- Eso duele - parece triste.- ¡La verdad duele! - Le miro a los ojos y le hago un pequ
-¡Sí!-¡No!-¡SÍ!-¡He dicho que no!-¡Y yo he dicho que no puedes mandarme!- Yo sí te mando, además de ser tu alfa supremo, al que tienes la obligación de someterte, soy tu compañero al que le debes total obediencia.-No me importa -le doy la espalda y trato de salir de la habitación- ¡Déjame ir!-Tú. No. Ve. Salga. ¡Salgan de aquí! - habla entre dientes -¡Tu lugar está aquí con tu compañero!Le miro fijamente durante unos segundos, largos segundos y durante ellos me pierdo en la inmensidad de su mirada entonces, sin opciones suspiro.-Sólo voy a coger algo de ropa entre otras cosas y luego volveré -Intento apartar mi brazo de su agarre, él me mira a los ojos -¡Lo prometo! - Pongo los ojos en blanco y levanto el dedo meñique haciéndole sonreír de lado - ¿Satisfecho?Nada responde, con su otra mano solo aprieta mi cintura atrapándome entre él y la pared, asustada un pequeño gemido de sorpresa se escapa de mi boca y antes de darme cuenta de lo que estaba sucediendo siento sus cálidos