Allegra sonrió.— ¿Porque tan serio?.— Pensaba, nada más dijo el acercándose y la beso.Allegra lo rodeó con sus brazos y Dante saco su teléfono y lo apagó.— Me sorprende señor Beaumont dijo ella burlándose.— Lo bien aprendido nunca se olvida y definitivamente te prefiero en mis manos que a mi teléfono exclamó Dante.Para compensarlo Allegra lo beso y comenzó a jugar con su corbata.— Sabes estoy recordando que debo compensar que aprendieras a comportarte dijo Allegra mientras le quitaba la corbata con un movimiento seductor. Allegra comenzó a quitarle la chaqueta.— Compórtate, ya va a estar la cena dijo Dante.— Eres un aguafiestas exclamó Allegra soltando la chaqueta sobre el sofá.— Ese soy yo, el esposo aguafiestas y gruñón exclamó Dante.Allegra sonrió mientras le desabrochaba el botón del cuello, y el siguiente.— Quieta.— Aún faltan quince minutos para cenar. Porque no te duchas exclamó Allegra.— Tú solo quieres desnudarme exclamó Dante.Allegra comenzó a reírse.— Qué pec
El amanecer londinense pintaba el cielo de tonos rosados y anaranjados, mientras Dante se sumergía en su rutina matutina de ejercicios en el gimnasio privado de su ático. La luz suave y cálida se filtraba a través de las ventanas, iluminando su figura atlética y definida.Desde la puerta, Allegra, lo observaba con una sonrisa discreta. Su mirada se posaba en los músculos tensos de Dante, en la forma en que su sudor perlaba su frente, en la determinación que reflejaba su rostro. Sentía una oleada de amor y admiración hacia su esposo.Allegra se apoyó en el marco de la puerta, cruzando los brazos sobre su pecho. Llevaba un salto de cama de seda blanca, su cabello oscuro y ondulado caía sobre sus hombros. Sus ojos verdes brillaban con una mezcla de ternura y deseo.Dante, ajeno a la presencia de Allegra, continuaba su rutina, cada movimiento preciso y controlado. Su respiración constante y rítmica era la única música que necesitaba.Allegra se acercó silenciosamente, deteniéndose detrás
Allegra se encontraba algo somnolienta cuando sintió los labios de Dante, segundos después escuchaba la puerta del baño, esa mañana regresaban a París.—Puedes dormir durante el vuelo – Dante le sonrió, satisfecho y divertido ante la somnolencia de su esposa. Estaban a punto de salir de la sala de espera, cuando un hombre de traje y cabello cano, seguido de un guardia de seguridad, se les acercó.— ¿ John? – Dante cruzó la habitación para saludarlo, frunciendo las cejas. El intercambio se hizo en tono de urgencia. Mientras tanto Allegra respondia unos correos. El hombre entregó algo a Dante. Sofocando un bostezo, Allegra trató de concentrarse, en su correo.—¿Quién era ese hombre?– preguntó Allegra al abordar el avión.—Uno de mis abogados – respondió Dante con una curiosa sequedad en la voz. Ella siempre odió los despegues. No abrió los ojos hasta que estaban en el aire. Pero Dante no se quedó a su lado. Lo descubrió al otro lado de la cabina, revisando unas hojas de papel. Ob
Dante miro a su esposa,necesitaba entender porque había tomado esa decisión, pero ella no emitia palabra alguna.Allegra penso en el angelito que abortó. Dante habia leído el historial clínico, donde constaba claramente que ordenó un legrado. Estaba embarazada de un niño. Dante se acuclilló delante de ella.Allegra sintió la fuerza de Dante en la mano y escuchó su respiración. — Allegra ¿ Porque solicitaste el legrado?Mientras Dante hablaba Allegra se había quedado completamente helada y petrificada, pero al escuchar las últimas palabras no pudo evitar reaccionar. El nombre del procedimiento se le había quedado grabado en su mente con tanta claridad y tanta violencia que se revolvió contra el hombre. —Basta —exclamó Allegra, casi sin voz, a la vez que la mano de Dante la soltó. Presa del nerviosismo lo empujó . Dante miró a Allegra como si no la hubiera visto nunca.—Lo han tergiversado todo. No fue así —le aseguró ella. Las facciones de Dante podían estar esculpida sobre roca de lo
Dante ingresó a la habitación, Allegra dormía.Luego de quitarse la ropa Se deslizó con mucho cuidado y se quedó observándola. Luego se inclinó con mucho cuidado sobre ella.— Lo siento no debí comportarme así, pero pensé que todos los secretos y silencios habían quedado atrás exclamó Dante.Allegra se dio la vuelta.—Perderlo fue lo que me destrozó por completo. No podía dormir, ni comer. Me sentía hundida, y muy triste. Sé que parece una tontería, porque sólo estaba embarazada de veinticuatro semanas, pero cuando lo perdí, fue como perderme a mí misma.—¿Por qué no me lo dijiste? Allegra sacudió la cabeza con impaciencia.—¿Cómo puedes preguntar eso?. —Porque sabes que hubiera querido saber…—¿Cómo lo iba a saber? —preguntó ella, volviéndose hacia él.— Desde mi punto de vista después de nuestra conversación, yo no era adecuada mucho menos lo iba a ser nuestro hijo. Aún así no fue por eso. Sólo me concentre en lo importante nuestro hijo y tratar de crear un hogar para él, pero el des
Allegra y Dante salieron del hospital, la tensión entre ellos era palpable ambos subieron a la limusina en completo silencio. La conversación sobre el aborto y la salud del bebé había creado una brecha entre ellos.Allegra se sentía confundida y herida por la sugerencia de Dante. Su mirada se vuelve hacia él, buscando respuestas.—¿Cómo pudiste sugerir eso?, pregunta Allegra, su voz era baja y temblorosa.Dante se siente incómodo, pero no se arrepiente asi que intenta explicarse. —Allegra,¿ Crees que para mi es fácil?solo quiero protegerte. No quiero perder te, respondio Dante.Pero Allegra no se convence.—¿Y qué hay del bebé? ¿No tienes sentimientos por él?¿ No quieres protegerlo?, pregunta ella.La respuesta de Dante se demora, y Allegra siente que su corazón se rompe.–No te perderé por algo que tal vez no llegue a ningún lado tu eres mi prioridad exclamó Dante.El silencio entre ellos es total, la distancia entre ellos va creciendo con cada minuto.La pareja ingresa en el exclus
Allegra bajaba las escaleras cuando vio a Dante en la sala.— Nos vamos exclamó ella al custodio que aguardaba en la sala.Dante la observó en silencio, Allegra se dirigió a la compañía, cerca del mediodía abandono su oficina y se dirigió a la casa de Chantal y Gerard.Allegra saludo a Nathan, su ahijado crecía cada día.— Dime ¿Porque tienes esa cara?.— Estoy embarazada exclamó Allegra.— Dios, no lo puedo creer.— Dante no quiere que lo tenga, sabe lo que pasó con el embarazo anterior, mi enfermedad y piensa que debería abortar.Chantal miró a su amiga se acercó a ella y se sentó a su lado.— ¿ Los médicos que dicen?, pregunto Chantal.— También consideran que es una opción, pero no quiero no puedo. Así que las cosas están complicadas. Lo que más me molesta es como Dante puede sugerirlo.Chantal abrazo a su amiga.— No soy fan de tu esposo, y siendo honesta lo picaria en trozos, pero a su manera el te ama. Es algo retorcido y egoísta pero te quiere y queda claro que esta loco por ti
Temblorosa abrió la puerta de su habitación. —Según recuerdo, dormimos en camas separadas – respondió, sin que se le ocurriera algo mejor que decir.—¡Fui un imbécil en aceptarlo! ¿Cómo te atreves a abandonar nuestra habitación? – siseó apretando los dientes, siguiéndola y cerrando la puerta de un golpe que estremeció los cimientos de la casa.—Yo no... – parpadeó Allegra.—¡Te aprovechaste de mis sentimientos de culpa!.— Tú no eres responsable y yo no te culpo.Dante se dejó caer sobre el sofá, se pasó la mano por el cabello, Allegra lo dudo pero se acercó a él y se acuclilló delante de él.— Es mi culpa, tu no recordabas y yo sabia que tomabas esa medicina, la primera vez no lo pensé y cuando me di cuenta me dio igual. Supuse que aunque recobraras la memoria si estabas embarazada no me abandonarias. Algo mezquino de mi parte. — Dante sonrió con amargura.— En la villa de Cesare me dijiste que tú harías que yo me arrepintiera del engaño y las decisiones que tomé mientras tú no pensa