Vestida con un impresionante vestido asimétrico de aire lencero en raso de seda color blanco que proyectaba un reflejo metalizado, Allegra bajo las escaleras.Ella había insistido en ayudar a la asistente de Margot a recibir a los reporteros y fotógrafos que habían llegado para informar sobre el baile y las muchas celebridades que se esperaba asistieran.–Formas parte de la casa –comentó una de las mujeres, pensativa. Era rubia y tenía los ojos muy brillantes y oscuros–. ¿Puedes contarnos algún cotilleo sobre la pareja del conde?.—Disculpe, no sé de quién está hablando –admitió Allegra, sabia que Gerard despertaba cierto interes en la prensa, hijo de un conde, habia recibido el titulo tras la muerte de su padre–Dios mio, estás totalmente fuera de onda –la rubia enarcó las cejas–. Ya veo que tú no vas a ser de mucha ayuda en el tema de los cotilleos.Allegra sonrio, minutos despues se dirigio a la sala cuando volvió a salir, los fotógrafos ya estaban trabajando en el enorme vestíbu
Allegra despertó algo desorientada de la anestesia, el Dr. Ethan Ryder la miró. Ella había regresado a Londres para someterse a unos estudios. — ¿ Cómo te sientes, Allegra?preguntó Ethan.— Algo cansada, dijo ella.— Ya tenemos los primeros resultados, serias una buena candidata para el ensayo. ¿ Tú decides?...****************Dante se encontraba bebiendo su copa cuando Asher se acercó acompañado de Cesare.— La hermana de la novia esta muy linda dijo Asher.— ¿ Interesado en ser el siguiente?, pregunto Dante.— Por supuesto que no, no me malinterpretes Madison está de escándalo pero no como para echarme esa soga al cuello. Charles y Sharif se unieron a la conversación.Dante miró a Madison conversar con un grupo de invitados.Sabía que el matrimonio al final sería lo que se esperaría de él.Por lo tanto, desde joven había sabido que el día que lo hiciera lo haría con una mujer que tuviera su mismo status social. Era una cuestión de fe.El adoraba a su madre, Sarah era una mujer c
Dante Beaumont se encontraba en el gimnasio privado de su exclusivo ático en el corazón de Londres, rodeado de ventanas que ofrecían una vista impresionante de la ciudad. El sudor perlaba su frente mientras realizaba una serie de ejercicios de pesas, su respiración constante y controlada.Su cuerpo atlético y definido se movía con precisión, cada músculo trabajando en armonía para lograr la perfección. Dante era un hombre que valoraba la disciplina y el control en todos los aspectos de su vida, y su rutina de ejercicios no era la excepción.Mientras levantaba pesas, su mente comenzó a divagar hacia su vida personal. Había acumulado una fortuna en el mundo de los negocios. Su vida personal no había tenido avances, a sus treinta y cuatro años seguía solo.Dante se dio una ducha y se vistió para ir a la oficina, Roberto aguardaba en la sala como siempre.Una hora después terminaba una video conferencia cuando el sonido de la puerta de la oficina se abrió, y su asistente persona , entró c
Allegra se perdió en sus pensamientos, esos eventos la ponían nerviosa.—Deja de pensar en las musarañas —le dijo Paul —. Es nuestro turno —se detuvo. Allegra, te presento a Adbul Hassen, el embajador de Raleigh y un gran amigo mío. Allegra sonrió ante una presentación tan informal y tendió la mano para saludar al hombre que tenía delante.—Encantada de conocerlo. Soy Allegra Murphy. Era un hombre muy atractivo, con pelo cano y una cálida sonrisa.—El placer es mío, Allegra bienvenida. Allegra se sintió halagada cuando él le preguntó un par de cosas acerca de su vida. Allegra empezaba a encontrarse más tranquila y agarró a Paul del brazo mientras ingresaban al salón de baile. Él agarró dos copas de champán de una bandeja que llevaba un camarero y le dio una a ella.Chocó la copa con la de ella.—Por una noche interesante. La banda empezó a tocar un vals y Paul le retiró la copa y la dejó sobre una mesa cercana.—Estoy seguro de que puedo hacer esto —dijo él, rodeándola por la cintura
Allegra lo miró desconcertada, y sintió unos pasos detrás de ella, fue cuando vio a Roberto y otro hombre.—Bonjour chère Allegra, exclamó Dante acercándose.— ¡Te llevo a casa! comento señalando el coche.— Estoy a dos cuadras de mi casa, y es saludable caminar exclamó Allegra.— Estoy de acuerdo caminaré contigo exclamó él acercándose y deslizando su mano para quitarle las compras.— Dante, exclamó ella.— Ah recuerdas mi nombre, me siento halagado, anoche temí que hubieras perdido la memoria exclamó Dante con una sonrisa burlona.— ¿ Qué es lo que quieres?, pregunto.—¿Qué crees que quiero?, de seguro es entendible que tenga una curiosidad natural, ¿verdad?.— ¿Acerca de qué?—De ti, Allegra. ¿De quién más? – alzó una ceja -. Piensa que me debes esta pequeña muestra de educación – le advirtió Dante -. Hace tres años y medio desapareciste en el aire. Sin una palabra, sin una carta o explicación. Me gustaría que me lo explicaras ahora.—Es muy sencillo – empezó, sonrojándose -, comp
Allegra se movio. —¡Quédate donde estás! – la orden estalló como un latigazo a través de la habitación, cortándole su retirada en dirección de la puerta.— Deja a Paul en paz.Si estás enojado conmigo, véngate en mí. Pero no puedo creer que le quieras hacer daño a Paul – le confió.—Daño, no se asemeja a lo que hare– la urgió Dante—Me refiero a vienes aquí y afirmas que... que quieres que regrese contigo, pero no merece la pena – completó, incrédula.-¿No?-¡ Por supuesto que no! ¡Y no entiendo por qué haces esto! – gritó ella.—Quizá deberías esforzarte.—No me esforzaré – declaró con dignidad -. Eres un evento que dejé atrás hace mucho tiempo.—¿Un evento? – se burló, escéptico -. ¡Viviste conmigo dos años!— Veintitres meses y cada mes fue un error – lo corrigió Allegra, abandonando la cautela por grados.— Dios santo–exclamó Dante tenía los pómulos rojos de ira -. No lo considero una aventura de una noche.—Oh, no sé – se encogió de hombros ante esa humillación -. Con frecue
Luego de registrarse en el hotel Allegra se dio una ducha, se vistió adecuadamente y salio a pasear por Milán.Allegra caminaba sola por las calles empedradas de Milán, disfrutando del fresco aire nocturno que llenaba sus pulmones. La luna llena iluminaba el cielo, proyectando sombras misteriosas sobre los edificios antiguos.Comenzó su paseo en la Piazza del Duomo, donde la imponente catedral parecía una obra de arte bajo la luz nocturna. La gente pasaba apresuradamente, pero Allegra se detuvo a admirar la belleza arquitectónica.Se dirigió hacia la Galleria Vittorio Emanuele II, donde las tiendas de alta gama brillaban como joyas en la oscuridad. La arquitectura del siglo XIX la transportaba a una época de elegancia y sofisticación.Al salir de la galería, Allegra se encontró con la Piazza della Scala, donde el Teatro alla Scala parecía un palacio de ensueño. La música clásica se escapaba de sus puertas, mezclándose con el murmullo de la multitud.Sin rumbo fijo, Allegra se dejó lle
Cuando sus ojos volvieron a encontrarse con los de él, su lengua se quedó encajada en el paladar y sus labios se negaron a pronunciar las palabras que se habían formado en su cabeza.Julia Wallace se quedó sorprendida al ver a Allegra, miró a Dante pero el no estaba sorprendido. Allegra miró a la mujer que se encontraba en la otra cabecera de la mesa, la odiaba en la misma proporción que odiaba a Dante.Julia sabía que Dante había hecho una propuesta para la compra de Bleu Azur Publicite, la cual había sido rechazada y se sorprendió al saber que dos días después Stefano Salvatore le vendió la empresa a Dante, por él mismo dinero que había pagado.— Siéntese señorita Murphy, llega tarde exclamó Julia.— Lo siento no suelo participar de las reuniones de consejo dijo Allegra.— Es evidente, considerando su vestimenta dijo Julia. Varios miembros del consejo asintieron, a Allegra no le sorprendió eran unos dinosaurios que se habían quedado en la prehistoria.—Como le explique anteriorment