Me presento en mi empresa con anticipación, mis empleados me saludan y se alegran de verme lo que me hace pensar que mi hermano no ha estado haciendo su trabajo de la forma que es debida. Me reprocho el hecho, mi más grande error fue darla a Horus mi total confianza. Pierce me mantenía informada de todo pero al parecer me ocultada ciertos eventos.
La oficina de presidencia ha sido preparada para mi llegada. Una pila de documentos me espera y trato de revisar los primeros, mi secretaria me explica algunos sucesos importantes y otros de los que me tengo que hacer cargo. De momento me concentro a completo en eso, necesito estar preparada para la reunión y aunque he descuidado mi trabajo se perfectamente que puedo lograrlo.
—Señorita Lüneburg, el señor Ewet está aquí para reuni
Nos observamos en silencio.Somos amigos.Es un pequeño bastante inteligente que entiende hasta el momento dos idiomas; coreano y aleman, no puedo decir que habla el árabe egipcio, así que enseñarle francés no será difícil. Llevo enseñándole a Jupiter palabras sencillas como "Père", "Mère", "Je t'aime" y otras palabras básicas. Nefertiti no parece molestarse y ya me ha mencionado que es mejor enseñerarle a un niño desde pequeño a comunicarse.—Jupiter eres un niño bastante privilegiado, tienes una madre excepcional. —le digo sonriéndole.Jupiter me mira desde la cama, levanta los brazos y parece querer sonreírme aunque n
Joder con Miguel...Maldita sea con Miguel...No debí hacerle caso, no debí venir y mucho menos hacerle un favor tan estupido. No puedo creer que metiera en un problema como este a Jupiter, aunque claro el bebé no tiene idea de lo que está sucediendo porque al recibir las atenciones de todos parece más que feliz.Todo marchaba bien hasta hace veinte minutos...Me puse un traje, vestí a Jupiter con ropa más formal y nos preparé para reunirnos con los padres de Miguel. Les conozco y son buenas personas pero jamás pensé que creyeran semejantes cosas de mi. Lo que sucedió fue una completa estupidez.En la mesa estamos los padres de Miguel, la madre de una chica q
Las cosas no van tan bien como lo había imaginado, con lo que concierne a mi empresa trato de que todo marche bien y salga de ese hoyo en el que Horus la había metido. Mi hermano mayor y el responsable de protegerme según lo obliga la tradición, una cuyo interés es solo someterme y hasta ahora solo he podido odiarla, aborrecerla y escapar intentando no volver a aquel lugar que me ha quitado mucho. Crecí por mi cuenta, estudie, trabaje e incluso acepte infinidad de trabajos para poder construir el imperio que Luneburg Construction es ahora. Deseando tener algo mas que dinero, quería a mi lado una persona con quien compartir todo lo que había logrado hasta ahora, de esa manera es como mi pequeño Jupiter apareció en mi vida y es a quien quiero proteger. Creí que solo mi pequeño completaría mi vida pero este hombre también apareció en mi vida, tal cual una vez lo encontré por accidente. Ahora me ha buscado y desposado sin pedir mi autorización. Nefertiti no importa como lo veas ese ma
Mi cuerpo se paraliza impidiéndome seguir, incapaz de continuar y aceptar lo que esta frente a mi. He pasado por mucho para dejar que esto termine aquí y no voy a permitirlo. No lo haré. —¿Quienes son estos tipos? —la voz de Egor logra devolverme en seguida. Reacciona Nefertiti. No es momento para flaquear. —Vienen por mi, son miembros de la tribu Tutmose. —las palabras no parecen salir de mi boca con seguridad. Venga. Nefertiti. —Ellos vienen por mi, tenemos que salir de aquí en este momento. —Elliot todo esta preparado, segun las ordenes del señor Saint Amour un avión nos espera. ¿Ordenes de Demetrio? Elliot me mira con una ceja arqueada. —Ese tipo, me desagrada pero piensa en todo. Ha sido un dolor de culo el evitar que aparezca en Alemania. Si, eso es algo que el perfecto señor Saint Amour haría. ¡Nefertiti actúa como debes! —>>>Nefertiti Tutmose en nombre del gobierno egipcio y el sagrado pueblo Teneksine, tengo ordenes de llevarte conmigo. Cualquier intento de escapar
Corremos nuevamente hasta salir en el primer piso donde seguramente los hombre de Moleyit están. Egor sujeta mi mano, por la expresion que continua teniendo estoy segura que todavía no asimila lo que he pedido. Un disparo... no puede ser doloroso... ¿cierto?La entrada principal como es de esperarse está llena de hombres trajeados. Una cantidad exagerada de hombres solo para llevarme. ¿Acaso soy una criminal? Para ellos quizás lo soy, una desertora quizás... —>>>Nefertiti... ¡Atrápenla!—Maldicion. Reaccionó sintiendo el brazo de Egor envolverme el cuello y toparme a su cuerpo, la sorpresa me hace soltar un grito en el que Egor trata de soltarme. —No... esta bien... me asuste. —digo entre dientes. Egor hace un ruido con la garganta, vuelve a sostenerme y en pocos segundos su arma está sobre mi cabeza. ¡Si está cargando un arma! —Vamos a llevarla. ¡Atrápenla! Cuatro hombres se aproximan a nosotros. El agarre de Egor se hace más fuerte. —¡Si dan un paso más voy a matarla!—¡
Hemos llegado a Monte Carlo hace solo treinta minutos, estamos llegando a casa y hasta este momento el señor Saint Amour no se ha separado de mi mano por ningún solo segundo. Ni siquiera cuando lleva un gran rato hablando por el móvil con solo el sabe quien, puedo entender algunas cosas que dice en aleman pero no comprendo a plenitud de lo que se trata. —Husher te lo estoy diciendo por las buenas. —gruñe. Me mira a mi. —No, no vas a conocerla. Joder... —rueda los ojos y termina riéndose. —Hola Rhoesia, si... seguramente, no estoy haciéndome el serio, ¿vas a ayudarme? —pregunta más tranquilo. ¿Quien es Rhoesia? No soy celosa pero... —Bien. Te lo prometo, me parece, si es lo que quieres. Esta bien, te espero. —sonríe lascivo. Entrecierro los ojos cuando cuelga la llamada y me mira, con una ceja arqueada. No voy a preguntarle nada. —Rhoesia es la hermana de un amigo mío. —explica. —Creí que no tenías mas amigos que Miguel. —el desinterés en mi voz me puede, parezco de lo mas inter
Algo va mal... No estoy segura de que pero estoy segura que esto no es meramente una coincidencia. Tranquilízate Nefertiti. Recuerda si tantas miradas te intimidan, solo tienes que tirarte al suelo y convulsionar. ¡Eso ya ni siquiera ayuda! Uno... dos... tres... diez. Hay más de nueve hombres con aspecto impresionante mirándome de arriba hacia abajo inspeccionándome con algo que a Saint Amour ni siquiera parece perturbarle. Por Dios. Es el hombre más posesivo, loco, celoso y dominante que he conocido, ¡Como es que esto no lo enloquece! —¡Ya llegue! —grita una voz femenina. Los diez hombres que me observaban, en sincronización vuelven la mirada hacia atrás y sonríen. Se abren paso para darle la bienvenida con lo que parece una reverencia a la dueña de esa voz. —Buen día jefa. —dicen todos al unísono. Impresionante. Demetrio me coge de la cintura, le vuelvo a ver con una incógnita pero él solo se coge de brazos. Por suerte Jupiter está con Elliot, de lo contrario cogeria a mi p
Esto no era precisamente lo que tenía planeado. Por lo menos no de esta manera. Solo han sido un par de semanas pero esto... no es lo que quería. No estoy quejándome, el equipo de Rhoesia tiene una buen plan que se ejecutara en el momento adecuado pero esto ya es demasiado. —Lo siento Demetrio, mi chica suele comportarse de esta manera y al parecer Nefertiti es como la mejor amiga que ha tenido hasta ahora. —suelto un bufido. —No me parece que sea buena idea que ellas estén por ahí sin siquiera importar nada. —Sabemos dónde están y el equipo les lleva el paso . —ruedo los ojos. Necesito ponerle uno de esos chips de rastreo a Nefertiti, por el bien de ambos. —¿Como puedes lidiar con ello? Nefertiti es una chica tranquila, bastante respetuosa pero la mayor parte del tiempo es ella quien decide que hacer o no hacer. —Rhoesia es lo contrario, hace lo que quiere en el momento que lo quiere. —bufa. Vaya mujeres que tenemos. —Por lo menos has logrado que se case contigo, a mi me tiene