Capítulo 5

Kira

Me desperté llena... esta cama es una delicia para dormir. Miro a un lado y a otro preguntándome por qué Samira no ha venido a despertarme, porque suele ser muy puntual, pero debe estar haciendo algo, pensé.

Bueno... hoy voy a volver a hablar con mis padres y saber cómo van las cosas por allí, además de echarles un poco de menos aunque sólo sea a través de una videollamada.

Hoy tengo mi clase de baile que también me encanta....

Me levanto y voy a mi baño principal y enciendo la bañera para darme un buen baño, después de que se llene tiro mis sales, me quito la ropa y me meto sintiendo como el agua tibia relaja mi cuerpo, cierro los ojos disfrutando al máximo ese momento. Me pregunto cuándo volveré a tener esta oportunidad. Así que tengo que aprovecharla al máximo.

Apoyo la cabeza en el borde de la bañera, cierro los ojos y me relajo allí un buen rato hasta que oigo...

- ¡Señora! Buenos días, señora.

Abro los ojos y veo a Samira sonriéndome.

- Samiraaaaa... Buenos días... ¿Cómo estás? ¿Por qué no has venido antes? - Pregunto con una amplia sonrisa en la cara

- Hoy tengo una sorpresa para ti. Estaba intentando hacerla y espero que te guste, es la primera vez que la hago.

- Hum, ¿es comestible?

- Es para beber. - ella responde

- ¡Obaaaa! Date la vuelta y me iré de aquí.

Hace lo que le pido, cojo una bata y salgo corriendo del baño con ella detrás.

Cuando huelo el café, se me iluminan los ojos y automáticamente la abrazo en señal de agradecimiento y toda emocionada.

- Señora... no debería abrazar a una khadima (criada) que no es digna.... - No la dejo terminar.

- Samira... abrazo a quien quiero y me gusta. Me has hecho un café, solo tengo que disfrutarlo y agradecértelo como pueda y esa es mi manera. Entiende que no soy de aquí, no sigo tus costumbres, aunque no las entiendo y muchas veces me parecen absurdas intento respetar y no juzgar.

- Hadha ma tatakhayaluh sayataghayar qryban (Esto que imaginas cambiará pronto)

Ella susurra en árabe, huelga decir que no entendí, le muestro mi afecto pero poco después suelto las mismas palabras de siempre.

- Le he pedido muchas veces que no hable en árabe, sabe que no entiendo, es como si lo hiciera a propósito sólo para molestarme.

- Lo siento señora, esa no es mi intención, nunca haría nada para molestarla, siendo khatiba (prometida) de quien es usted, y sin mencionar que me gusta mucho aunque no entienda sus extrañas costumbres.

En cuanto a lo de antes de hablar: - Que tienes razón en todo.

Dice con una mirada abatida como si yo fuera una persona soberana y ella solo mi subordinada o esclava, porque voy a decirlo, aquí en este castillo tratan a las personas como si fueran trastos inútiles y eso me irrita cada día. - Pienso mirando en su dirección diciendo

- "Mejor así, pero sinceramente me gustaría entender por qué siempre hacen una relación con mi trabajo o con el jeque que es mi jefe...". ¿Puede responderme a eso?

- Sayakun ladayk nawbat 'iidha kunt taerif (A la señora le daría un ataque si lo supiera)

La 'astatie hataa 'an 'atakhayal ma satafealuh eindama taerif ma aladhi yantaziruk (No puedo imaginar lo que harás cuando sepas lo que te espera)

Habló en árabe, pero antes de decir nada dijo

- Somos de países donde el idioma es todo lo contrario al igual que la cultura, por no decir que tiene los vicios de los idiomas, como dicen en tu país jerga y pasa lo mismo aquí. Así que algunas cosas cuando se traducen las palabras pueden tener significados diferentes en cada país.

- Hmm... Entendido Samira. Sólo una pregunta, ¿cómo sabes de jerga? - Pregunto levantando la ceja

- ¡Ah, señora! Acabamos oyéndolo allí, aquí, pero antes teníamos una khadima (criada) brasileña.

- Vaya, ¿en serio?

- Sí.

- ¿Todavía está aquí? - pregunto emocionada, con una brasileña por aquí podría saber qué está pasando realmente y de qué va todo este misterio

- No. Ya no trabaja aquí. - dice Samira, sin darse cuenta, echando un cubo de agua fría sobre mis expectativas.

- Lakinn tanawal qahwatik (Pero tómate el café). - dice cambiando de tema

- Sí, me lo tomaré. Pero, quiero saber sobre el brasileño...

- Señora escuche lo que le digo, no quiere saber nada de ella.

- Sí, lo haré, sólo dime que tengo curiosidad.

- Por Alá, señora.

- ¿Se ha ido? Dice Samira. - Pregunto con curiosidad

- Sí, señora. - dice mirando hacia otro lado

- ¿Pero por qué se fue de aquí?

- Señora por Allah olvídelo

- ¡No! Quiero saberlo todo y me gustaría saber cómo fue su experiencia aquí en el castillo.

- laqad faqadt eaqlaha (Perdió la cabeza) laqad faqadt eaqlaha waeindama 'aqul 'anaha faqadat eaqlaha (Perdió la cabeza y cuando digo que la perdió la perdió)

Yo digo. Ella no se adaptó señora y se fue.

- Comprendo. Le pido disculpas por lo que le voy a decir, pero nunca encajaría en un lugar donde no pudiera tomar mis propias decisiones y hacer lo que quiero. Por eso no me apego a nada ni a nadie y siempre seré un espíritu libre.

- Por Allah satasqit hadhih alqaleat fi alyawm aladhi taktashif fih 'ana ruhaha qad 'ulqi alqabd ealayha , wasayazalu 'aswa shay' bialnisbat li.

(Este castillo caerá el día en que ella se entere de que su espíritu ha sido encarcelado, lo peor es que aún quedará para mí).

Ella murmura algo levantando las manos, pero además de no entender para variar esta vez tampoco la oí bien.

- ¿Qué has dicho Samira? - Pregunto ya sabiendo la respuesta

- Nada señora, solo estoy repasando mentalmente todo lo que tengo que hacer hoy. - dice seriamente

- Vale, pero no te preocupes tanto, eres joven y muy guapa, tienes que disfrutar de la vida y divertirte....

- Por allah no repitas más eso, por favor. No podemos divertirnos ni disfrutar como tú dices y menos como tú estás pensando, no es apropiado, podría perder la cabeza por eso, no tenemos la opción de divertirnos o elegir a alguien como vosotros los occidentales. Solo cuento con la fe en mi buen allah que un día un rijal (Hombre) me elegirá para darle hijos y servirle.

- ¡Oh dios mio! Di que no escuché eso... Dame paciencia mi pequeña santa... No juzgues Kira, no juzgues. - Me digo mentalmente, respiro hondo y decido no responder a esta tontería cambiando el tema de conversación.

- Bueno... déjame matar mi antojo ¿no? Quiero tomarme mi delicioso café. ¿Dónde lo has encontrado? ¿Lo venden por aquí?

- Aquí no se vende, señora. ¿Recuerda que está prohibido?

- ¿Y cómo lo conseguiste?

- khatibuk (Tu prometido)

- Vaya, ¿por qué me traería café mi "jefe el jeque"? Al parecer esta empresa presta mucha atención y menosprecia a sus empleados. Me divierte todo esto. - Digo sonriendo y ella dice algo

- ah law ealimt faqat , fala tanqus alraghbat fi al'iijabati (¡Ah! Si lo supiera, no faltan ganas de contestar).

Yo sólo la miro a ella que ya ha entendido mi pregunta.

- Me dice que le gusta servir bien a sus invitados y también he oído que a veces toma esta bebida.

- Vaya, eso me halaga, pero no me parece justo que él beba y tú no puedas. Si yo fuera tú, me rebelaría contra el jeque. Si yo fuera tú, me rebelaría contra el jeque.

- Por Alá señora no vuelva a hacer eso, él es nuestro representante y debemos aceptar sus decisiones. Si lo ha hecho es lo mejor para nosotros y si él lo desea lo aceptaremos sin rechistar. Lo que he dicho es grave, señora, no lo repita nunca más, sería un crimen tramar algo contra nuestro líder.

- Por eso él hace lo que quiere porque

no cuestionas nada, no muestras tu fuerza, no luchas por tus derechos. De donde yo vengo no funciona así. Hubo un año en que el presidente no era apto, digámoslo así, y lo obligamos a dejar el cargo, porque los brasileños luchamos por lo que creemos. Si nuestro representante no es digno de estar en el poder, hacemos una cacerolada y lo ponemos a correr, si quieren podemos empezar aquí mismo en el castillo. Y gritamos: Fuera Sheik... Fuera jeque... ¡Bajad al jeque! ¡Bajad al jeque! - Digo mientras camino a un lado y al otro sacudiendo mi brazo.

Samira grita desesperada...

- wallah allahuma rabi amin lam yakun dhanbi wallah samihni ana la atamir eindama malik biladi la taqtuluni ya rabi la taqtuluni sarakhat bialearabiat wanafad min ghurfati yayisatan ... .

(Por Alá, por Alá Sr. Amin yo no tuve la culpa, por Alá perdóneme no estoy conspirando contra mi soberano. No me mate señor..., ¡No me mate!) - grita en árabe y sale corriendo desesperada de mi habitación.

- Oh Dios mío esta gente loca....

No juzgues kira... no juzgues... Bueno, me voy a comer...

Me siento en la silla, cojo la taza y me sirvo mi deliciosa adicción, mira que por primera vez estaba buenísimo. Empiezo a comer con alegría probando de todo, al terminar me dirijo a mi armario que no es mío pero en ese momento también lo es, me fijo en mis maletas en la esquina y decido que hoy definitivamente haré lo que quiera y usaré lo que es mío, al fin y al cabo soy un espíritu libre.

Cojo unos vaqueros y una camiseta de tirantes, cosas sencillas. Me suelto el pelo y me pongo unas bailarinas, como hace mucho calor cojo unas gafas de sol y salgo de la habitación.

Me dirijo hacia la salida, me resulta extraño porque no hay casi nadie, uno que otro guardia de seguridad y cuando me ven salen corriendo con esa bendita frase de Ali que no se que significa....

alsayid 'amin hadha lays khata'ay , asf la taqtae rasi 'aw taqtae eayni

por allah (señor amin yo no tuve la culpa, perdoname no me cortes la cabeza ni me saques los ojos)

Continúo mi paseo y por supuesto decido visitar los alrededores del Castillo. La verdad es que está bastante lejos, así que voy al garaje a ver si tengo la suerte de tener un coche disponible.

Desde pequeña siempre me han fascinado los coches, incluso podría ser piloto de fórmula uno, aunque sólo tengo dieciocho años mi padre me enseñó a conducir desde que me conozco. Entro en el lugar, por el que ya había pasado durante la semana, que me presentó Samira, sigo admirando la cantidad de coches que hay aquí. - Este jeque es un verdadero fanfarrón, pero tiene buen gusto, sin embargo no puedo abusar de su hospitalidad aunque sea amable y me traiga café.... - entonces pienso

Espera un minuto... no lo hizo por mi, lo hizo por el. No juzgues Kira... no juzgues... - Me regaño a mi misma en el mismo momento.

Como sea, veamos si alguno tiene llaves, pero empezare con los autos de seguridad.

Despues de un rato...

Veinte coches, ninguno con llaves...

Mi santita, mi santita, si me ayudas te doy tres besos, repetí y me fui hacia los coches del jeque.

No hay manera, estoy cansado de estar atrapado.

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