Marcela cerró los ojos al sentir el calor del aliento de José Luis sobre sus labios, estaba segura de que la besaría, pero en su lugar, la apartó a un lado, para segundos después abrir la puerta y sacarla de la habitación, ella abrió los ojos sorprendida, mientras José Luis se marchaba por el pasillo, sin decir ni una sola palabra.
Marcia se frotó los brazos, se tronó los dedos y meció el cabello con nerviosismo, pensando en el error cometido al haber aceptado la locura de su hermana. Marcela quizá no lo hizo con malas intenciones, aun así por culpa de ella todo ese problema se inició. Dio un pequeño brinco al escuchar la puerta de la habitación abrirse y ver a José Luis parado en el marco con la mirada intensa y triste.
—¿Qué haces aquí? —preguntó imitando el tono de voz y la actitud de Marcela.
—Es
Cuando la policía se hizo presente en la hacienda Los Cardozo, con orden de aprehensión en contra de Clara por el asesinato culposo de Aníbal Barrientos, se toparon con la noticia de que la mujer fue atacada por dos toros y llevada al centro médico, según los presentes no tenía signos vitales cuando la trasladaron, por eso se fueron hasta el sitio para averiguar la veracidad de las declaraciones.No obstante, al llegar, encontraron que la habían movilizado a la ciudad, pero según en la vía había quedado sin signos vitales, por lo cual pidieron la información al departamento de la policía criminalística en san Fernando. En cuanto a las investigaciones realizadas, comprobaron la culpabilidad de Clara, quien fue la responsable de la muerte de Aníbal Barrientos, y el móvil fue porque el joven la vio teniendo intimidad con el patrón de la hacienda, le comentó
Marcia observó con amor a sus sobrinas, eran dos gotas de agua, tal como ella y Marcela. Sería fácil para cualquiera confundirlas, como les sucedió a ellas. Rogaba porque sus sobrinas tuvieran mejor suerte y nunca cayeran en un juego de gemelas, por experiencia sabía que no traía nada bueno jugar con el destino.—¿Dónde están mis hijas? —preguntó Marcela al abrir los ojos después de varias horas de permanecer dormida. Le practicaron una cesárea, debido a la estrechez de sus caderas para dar a luz de manera natural y teniendo en cuenta el peligro al cual se hubiese expuesto. Fue la mejor opción.—Están aquí Marcela. Son como tú y yo, dos gotas de agua —sonrió Marcia, pero Marcela sollozó, sus lágrimas se derramaron por sus mejillas sin poder contenerlas.Sus preciosas gemelas habían llegado al mundo si
José Luis estaba fascinado con la visión de su hijo. En algún momento pensó que no tendría la oportunidad de ver a su hijo nacer, eso fue cuando su corazón se detuvo, añoró vivir ese momento y ahora cuando lo tenía frente así, agradecía al cielo tener esa oportunidad, estaba muy feliz de esa ocasión.—Gracias, mi amor, por este hijo, es el mejor regalo que he podido recibir. Me estás haciendo el hombre más dichoso del universo.—Gracias a ti mi vida, porque habiendo tantas mujeres de tu clase y posición social, me escogiste a mí, para unir tu vida a la mía. A pesar de haber tenido un camino difícil, con muchas vicisitudes, aquí estamos, nuestro mor ha sido probado como el oro más fino, y es verdadero.» Hemos superado todas las pruebas que la vida nos ha puesto y otras provocadas por nosotros mismos. Te amo
El inicio de la competencia de toros coleados era inminente, en el marco de la celebración de las fiestas de Elorza, famosas no solo en Apure, sino en toda Venezuela, hechas en honor a San José. La algarabía de la gente llenaba el lugar, todos ansiosos, gritaban aplaudiendo y ovacionando a los coleadores, había participantes no solo de diferentes estados llaneros, sino también de Colombia y de México, José Luis Salvatierra, iba llegando al lugar emocionado, esperando como siempre, durante todos esos años, resultar de nuevo vencedor, nunca había sorpresa en ese sentido, por algo era el mejor vaquero del país. Llegó a la manga de coleos en su camioneta, remolcando el tráiler con su caballo, un hermoso caballo alazán, con su pelaje tan oscuro y brilloso como chocolate fundido, era la sensación de todos quienes lo veían, y a ese hecho debía su nombre Chocolate. Por todos era conocido la importancia de la familia Salvatierra, tení
Marcia sonrió. Era loco y apresurado, sin embargo, no podía evitar sentir como su corazón latía locamente por el hombre frente a ella. Esa sonrisa y esos ojos, tenía la sensación como si lo hubiese conocido desde siempre. Sabía su nombre, gracias al anuncio de cuando fue llamado a la tribuna principal. Ella no era del pueblo, estaba de visita en casa de unos familiares y ahora estaba agradecida de que sus padres le insistiesen, pues había conocido al amor de su vida, amor a primera vista.—¡Estás loco! Pero imagino que también lo estoy yo. ¡Si quiero casarme contigo! —José Luis ensanchó la sonrisa, apartó el sombrero de su cabeza, la cogió de la cintura y se fundieron en un beso profundo, junto a la algarabía y vítores de la gente.Andrés se acercó a ellos, se quedó viéndolos por
La emoción de José Luis no le cabía en el pecho, se sentía alegre, positivo, eufórico, nunca pensó que terminaría locamente enamorado de una chica con solo verla una sola vez, antes de ella no creía en el amor a primer vista, le parecían cuentos de caminos como lo de los aparecidos, debió haber experimentado la sensación en carne propia con su potra, para darse cuenta de que era una realidad.Ahora, ese día quedaría grabado en su memoria por todo esos intensos momentos vividos, no solo se enamoró, sino también se comprometió para casarse apenas a unas horas de verlas y para terminar sellando la fuerza arrolladora del amor, había tenido la noche de sexo más espectacular de su vida, bueno eso no fue eso, sino amor en su máximo esplendor.
Marcia se quedó congelada ante la reprimenda de su tío, esperó poder entrar de forma silenciosa, sin ser vista por ninguno de los habitantes de la casa y mucho menos de sus tíos, quienes la estaban esperando, pero al parecer la providencia no había estado a su favor, tragó grueso, mientras observaba a su tío con cierto temor, tomó la punta de la camisa de José Luis y la apretó con fuerza entre sus dedos, como si la prenda pudiera darle ánimos para salir airosa de la situación en la cual se encontraba.Intentó proferir algunas palabras, no obstante, estas se quedaron atragantadas en su garganta y cuando lo quiso hacer, solo salió como una especie de ahogo.—¿Eres sorda? ¿Acaso no has escuchado mis palabras? Te hice una pregunta Marcia y quiero la verdad ¡Ahora mismo! ¿Cómo te atreves a ser tan descarada? ¡¿Tus padres no te enseñaron respeto?! —las preguntas de su tío salían a borbotones de la boca, mientras ella se sentía tan pequeña e insignific
José Luis Nervioso, esperaba la contestación de don Pedro, temiendo su respuesta, por un segundo se imaginó todo lo que sería capaz de hacer, si el hombre se le ocurría negarle el permiso, sin embargo, se quedó sorprendido al escucharlo ser condescendiente con su relación.—¡Por supuesto mijo! No veo ningún problema con que usted corteje a mi sobrina y cuando disponga puede hacerse la boda, nosotros estaremos muy contentos de entregarle a esta jovencita, eso sí, debe cuidármela, estoy seguro de que serán muy felices.Ante las palabras del hombre, José Luis sonrió de oreja a oreja. Por un momento temió que don Pedro se opusiera a su relación, tal como lo hizo su madre, aunque afortunadamente no había sido el caso y tenía su apoyo para llevar a cabo sus planes.—Muchas gracias, don Pedro,