Hace tres años y siete meses.Snape.—Fue un placer tenerte aquí —aseguró Ava.Creo que será mejor que hable por sí misma, porque para mí fue irritante, demasiado irritante. Ya siento la emoción del poder presenciar, finalmente, cuando tome el pomo de la puerta, lo gire y salga de mi cabaña.—El placer fue todo mío. Espero de verdad que no se olviden de mí, así como yo no me olvidaré de ustedes jamás.Ella y Ava se abrazan y yo ruedo mis ojos, sin querer acercarme más de la cuenta. No veo el momento en el que esto acabe, en el que todo acabe.Ella era mi mejor amiga, sí. Aún sigo considerándola como una persona muy importante en mi mundo, aunque piense que enloqueció un poco. Es verdad que, desde que llegó, ha ayudado a mi chica a mantenerse distraída, y que ha demostrado que se puede cambiar. Ha madurado, se ha convertido en una persona que piensa más, que vive más, y que deja ir.Tuvimos una buena conversación esta mañana. Karine regresará a casa y le hablará a mi padre sobre mí. No
En la actualidad.Ava Jones.—La cuestión es la siguiente…Nos encontramos en la sala de reuniones. Sebastián está a la cabeza, sentado en el otro extremo de la mesa, mientras los demás nos miramos unos a los otros en el resto de la mesa. En el extremo opuesto, se encuentra la persona a la que le toque hablar o explicar los casos correspondientes a esta semana, esos que se deben resolver cuanto antes.En esta ocasión, mi adorado —nótese el sarcasmo— Dante, es quien llevará a cabo uno de los tres trabajos que se han fijado como prioritarios y deben ser resueltos esta semana.—Habla rápido, quiero ir a disfrutar del fiestón que hay abajo —se queja Fausto —, ¿A quién se le ocurrió hacer una reunión en medio de una fiesta?—¿Disfrutar de la fiesta o irte a follar a tu secretaria debajo de las escaleras? —Ironiza Snape.—Ahora tendré que cambiar el lugar por tu culpa.—Estaba diciendo que —Dante levanta la voz, sonando irritado por la interrupción. Snape se mantiene serio, Fausto da una ri
Hace tres años y siete meses.Snape.Sonrío sin poderlo evitar mientras abro la boca una vez más. Ava acerca su mano con una cuchara entre sus dedos, la cual contiene arroz y trozos de carne que se ha esmerado en hacer y que le ha quedado deliciosa. Ya me he acostumbrado a su comida. Es deliciosa.Había preparado un asado muy temprano, mientras yo me encontraba centrado en mi trabajo. Es algo que suele hacer mucho. Ella ahora se distrae aprendiendo a cocinar, haciendo yoga, ejercicio, o aprendiendo a nadar. El lago le ha servido mucho.—Eres mi bebé consentido —bromea, antes de comer ella y luego darme otra cucharada a mí.—Espero ser el único.—Ven aquí, niño celoso —palmea sus piernas, y yo me siento sobre ellas. Se queja a los pocos segundos y yo me río, mientras hago que abra sus piernas y me siento entre ellas. Le quito su cuchara y le doy de comer, así como ella hace conmigo.—Tenemos que buscar otro lugar, ellos ya se están acercando. —Comienzo a explicarle y su sonrisa se borr
En la actualidad.Ava Jones.Dante me trae a mi departamento, pero no previmos algo.Y es que, Snape, en un ataque de lo que parece ser rabia, nos ha seguido.Parece ser que mis palabras le han dolido, y no puedo pensar con claridad, todo lo que sé es que estoy disfrutando haber aplastado esa sonrisa de su rostro. Sin embargo, al mismo tiempo, mi corazón comienza a latir con desesperación debido al temor que ha embargado mi cuerpo.Él acaba de ingresar al departamento casi tumbando la puerta y a mi apenas me ha dado tiempo de encerrar a Damián, mi hijo, SU hijo, en su habitación, para que él no sepa de su existencia.—¡Ven aquí ahora mismo, Ava! ¡No seas esta maldita cobarde que siempre fuiste! —Impone.Termino de cerrar la puerta de mi hijo, quien se sentó en su cama a seguir jugando con sus autitos. Le puse música relajante, tratando de que no escuchara el escándalo que había a solo metros de su lado.Mis palmas sudan cada vez más. Los gritos de Dante y de Snape no paran de resonar
Hace tres años y seis mesesAva Jones—Te imagino despertándote todas las mañanas con tu cuerpo enredado al mío, ambos estando desnudos, disfrutando del otro y de lo mucho que nos queremos.Las palabras de Snape me hacen mirarlo embelesada. No es la primera vez que dice algo como eso. De hecho, lo hace muy seguido. Él es de esos seres que no se inhiben, transparentes por completo. Siempre dicen lo que sienten, lo que les gusta o no les gusta.Él es luz, bondad, yo por otro lado, soy esa oscuridad que en algún momento comenzará a consumirlo.—Eres todo un romántico empedernido.—Sí, eso dicen algunas personas. Por un lado, me odian por ser muy afectuoso, y por otro me adoran por la misma razón.Se encoge de hombros y yo sonrío en automático al ver su enorme sonrisa.—Es imposible que alguien te odie.—Bueno, podría decirse que todo el gobierno de los Estados Unidos me odia, o incluso el hombre que insiste en que lo llame papá. Espero que nunca se lo cuentes, pero en mi mente sí que lo
En la actualidad.Dos semanas después.Ava Jones.—Te juro que quiero ir, sacarla a ella del cabello y abofetearlo a él. Me importa una mierda si dicen que estoy celosa o enamorada de él y por eso reacciono de esa manera —quito con mi boca la tapa del bolígrafo que tengo en mi mano para tratar de escribir en mi agenda los apuntes importantes sobre las tres siguientes reuniones que tendremos en las próximas semanas.Los gritos y gemidos de la chica continúan y yo solo quiero unos tapones para dejar de escuchar semejante bestialidad. En realidad, la chica suena como si Fausto le estuviese dando la mejor follada de su vida, pero el día de hoy, en especial hoy…., no ha sido nada bueno para mí.Mi hijo lleva dos días enfermos. Y sí, Alma lo cuida muy bien, pero no es lo mismo ser cuidado por ella a que lo sea por mí. Me siento como una mala madre, aun cuando ayer me llevé el trabajo a casa y hoy pedí salir temprano y continuar allá.El problema es que, no estaré para él como quiere. Estaré
Hace dos años y dos meses. Snape. Más de un año sin saber de ella. Cada m*****a hora es un martirio. Quedarme solo conmigo mismo, con mis pensamientos, mis miedos y mis fracasos, es algo tremendamente horrible. Algo que no le deseo a nadie. Sólo aquellos que no tenemos más alternativa que vivir con el dolor nos entendemos. Eso no significa que sea lo correcto, pero muchas veces no queda de otra más que aceptarlo. Abrazarlo, invitarlo a formar parte de ti, y que se quede en tu ser para siempre. El dolor… Este dolor que siento ahora no es más que un recordatorio, o, mejor dicho, una advertencia. Porque sé lo que se viene… Se viene la guerra más grande. Todos conocerán a Snape, ese francotirador que el único pecado que cometió fue enamorarse y querer hacer lo mejor para todos, no solo para mí. Me interesaba que todos salieran beneficiados de un modo u otro para que la misión se acabara, que terminara en buenos términos. Pero las cosas suceden por algo. Y ya me cansé de jugar a
En la actualidadSnape—¡¿Puedo saber qué demonios hacen aquí?! —Grito, en cuanto atravieso las puertas dobles que dan hacia el estacionamiento. Ellos se encuentran recostados de una camioneta negra, en la que probablemente los han traído, Y casi me enfermo al ver cómo tienen sus manos amarradas detrás de sus cuerpos, como si fueran enemigos capturados.Aunque, pensándolo bien…, a lo mejor sí que lo sean. A lo mejor deba tratarlos así, de mala manera, a ver si aprenden a ir y vivir sus malditas vidas y que dejen de estarse metiendo en la mía.Ya me tienen harto.—Te dije que se iba a enojar… —escucho decir a Karine y gruño en cuanto me detengo frente a ellos. Mi mirada es de odio, pero eso no impide que le lance un repase a sus cuerpos para comprobar que estén bien y no les hayan hecho nada.—Lo dijiste, te debo esa cena que apostamos —Responde mi pa…, digo, Fernando.—Eres el mejor haciendo Lasaña, quiero que me hagas eso.—Trato hecho.—Déjense de idioteces y díganme qué hacen aquí.