DIOS

El destino es muy traicionero, tanto que si fuera una

persona de verdad yo misma lo mataría. Tomaría el arma de

Ian o de Linc y le dispararía entre los ojos. Luego le

quemaría vivo o no ya que estaba muerto.

En fin, ya me entiendes.

El destino es muy caprichoso, te da esperanza, te deja

vislumbrar el futuro y te lo pinta de color rosa. Claro que te

ilusionas, ¿quién no lo haría? Yo después de lo que sucedió

me agarré con fuerza a esa luz de esperanza.

Me agarré con fuerza a él. A Ian. A la promesa de un

futuro con él. Y luego todo se va a la mierda. Mis esperanzas

destrozadas, mis sueños rotos, el poco avance que había

hecho en mi curación, en mi camino hacia una vida normal

y feliz desparecido.

Pero me estoy adelantando.

Han pasado tres semanas desde el día que se pinchó mi

rueda y Ian vino a mi rescate. Conocí a su hermana, fuimos

a comer a casa de Gareth donde me presentó a Lidia.

Ella era u
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