Capítulo treinta y seis
Un día de chicas
Siento un recorrido de besos en mi piel y sonrío aún somnolienta. Me estiro antes de dar una vuelta en la cama para quedar boca arriba, con el cuerpo de mi esposo encima.
—Buenos días, bragas de zanahoria —dice antes de tomar mi boca con el hambre matutino activo.
Mis manos recorren su espalda desnuda en tanto su entrepierna dura como una roca roza la mía anhelante. Ni siquiera he despertado del todo y ya le deseo.
Desde que conocí a Alexandre Ivanov muchas cosas en mi vida cambiaron, ya fueran propiciadas por él o por la traición del infiel de mi ex novio. Sin embargo, terminé descubriendo una Vanessa que no tenía idea de que habitaba en mí. Hoy soy más madura, decidida, segura de mí misma, una excelente madre y sí, también soy una depredadora sexual h
Capítulo treinta y sieteMatar o morirRebeka continúa hablando sin parar y yo la sigo detrás a paso lento ignorándolo todo. No puedo explicar lo que siento, pero es la sensación más horrible que he experimentado nunca.Entramos a la tienda y mi cuñada comienza a tomar prendas al azar para tirármelas encima y luego animarme a probármelas.Es cuando estoy en el vestidor que mi móvil suena con una notificación. Medio desnuda, reviso la pantalla y entonces me encuentro con un mensaje que no tiene ni pies ni cabeza, pero me pone los pelos de punta."Pronto estaremos juntos, amor. Tú, los niños y yo, para siempre"No tiene remitente y por supuesto, no conozco el númer
Capítulo treinta y ochoTenemos ProblemasA pesar de que ya han pasado varias horas desde lo sucedido, aún sigo en shock. Por mi mente viaja cada segundo dentro del caos y la persecución. Es como un bucle sin final.Alex ha preparado la bañera. Me desnuda suavemente, recorriendo mi cuerpo en busca de alguna lesión. Al ver varios rasguños y moretones se pone furioso, aunque intenta disimularlo un poco para no alterarme más de lo que estoy.En el baño reina el silencio. Presiento que ninguno de los dos sabe cómo lidiar con esto. Somos nuevos en este mundo y aunque me siento segura entre sus brazos, no puedo dejar de pensar en los ojos sin rastros de vida que dejé tirados en aquel trágico lugar.El agua caliente me reconforta al igual que las ricas esencias que el ruso
Capítulo treinta y nueve.Una desafortunada historia.Alexandre lleva toda la mañana sin salir de la oficina. En la noche apenas pegó un ojo. Desde que recibi ese mensaje dichoso no ha pronunciando una palabra. Me tiene en suspenso debido a que aunque le pregunto al respecto, de su boca no sale absolutamente nada. Es como si su cerebro se hubiera quedado en shock y su lengua paralizada. Capitulo cuarentaLa Koroleva de la Mafia RusaUno de mis mayores temores se ha cumplido. Me tocaron a uno de mis niños. Mi ángel, mi pequeño príncipe.Alex se ha ido junto a Dimitri y un montón de hombres. Estoy en ascuas, necesito tener noticias. Necesito saber qué es lo que está sucediendo. Le pregunto al hombre que dejó mi esposo a cargo de nuestra seguridad sobre novedades y solo niega con la cabeza.Me voy a morir con esta espera. Clara y Rebeka se encuentran a mi lado haciéndome compañía. Aún no entiendo cómo pudieron burlar las defensas de mi esposo. Él no deja la seguridad de los niños al azar. Vive al pendiente de ello. Cada día cambia y estudia a los hombres que nos cuidan.Clara me prepara un t&eacuCAPÍTULO CUARENTA: LA KOROLEVA DE LA MAFIA RUSA
Capítulo cuarenta y unoLa mujer de mi vidaAlexandre IvanovDejo a una embravecida Vanessa atrás. Sé que le molesta estar sin hacer nada, pero ya casi la pierdo una vez y no puedo arriesgarme a que pase una segunda. Además, este problema es conmigo. Yo los metí en esto y yo los saco.Selecciono a cuarenta y cinco de mis mejores hombres y las mejores armas. Para mí elijo a mi fiel Glock junto a una AK—47 y una mini ametralladora. Reviso que tengan todas las municiones listas y llevo más de repuesto. A mi lado veo a Dimitri hacer lo mismo y cuando todos nos encontramos listos, partimos hacia la dirección pactada dispuestos en nueve camionetas cuatro por cuatro.En todo el camino no se escucha una voz. Sé que mis hombres al igual que yo saben que vamos directo a una trampa. Iván es viejo en este negocio. Sabe hacer las cosas sin que n
Capítulo cuarenta y dosEn el olvidoLo único que se escucha en la habitación es el sonido de las máquinas que señalan los latidos del corazón de Alexandre. Observo sus ojos cerrados y solo deseo volver a ver esas aguas tormentosas que me admiran todos los días.Según el doctor está fuera de peligro. La bala no tocó ningún órgano, solo que perdió demasiada sangre. Entró y salió sin dejar consecuencias. Por suerte, Dimitri actuó con rapidez debido a que si se hubiera tardado unos minutos más, mi ruso no la cuenta.Entra una de las enfermeras que dejaron a cargo de su cuidado. Revisa los aparatos y el suero. Al terminar me informa que dentro de una hora, Alex debe despertar por la culminación del sedante.—Hola —susurra Hannah cuando entra silencio
Capítulo FinalSeducida por el Ruso.Soy buena con las fechas, por lo que sacando cuentas hoy no se cumple un año desde que nos casamos. Si no, un año desde que estuvimos por primera vez. Ese domingo en el que me hizo sentir la mujer más afortunada de este mundo. Ese magnífico día donde concebimos a nuestra pequeña Marie.Lo veo parado en el medio del salón rodeado de luces, velas y un montón de rosas y pétalos de las mismas flores. Todo se encuentra esparcido en el piso. Los muebles han sido sustituidos por una manta y una gran variedad de comida. Supongo que tuvo que improvisar debido al mal tiempo que hay afuera.Porque esto la verdad es como para el jardín, pero le ha quedado de maravilla.Alex carraspea al ver mi silencio. Me he quedado paralizada. Aún no puedo creer que él halla preparado esto y la v
Capítulo unoUn mal día¿Qué puede ser peor? ¿Despertarme tarde por culpa del estúpido despertador para ir a trabajar, o que el chofer de un coche maneje como “Rápido y furioso” y me salpique de lodo mientras voy corriendo para que mi jefe no me despida? Pues eso mismo me pregunto yo. Voy tarde, mi ropa está hecha un asco y para rematar, la cafetería donde le compro a diario el café a mi jefe hoy decidió no abrir. De esta me despiden y juro que me vetarán para que no trabaje en otra empresa de por vida. Creo que mi día no puede empeorar, pues hoy no me puede pasar nada peor.Llego a la recepción de Weyler’s Industries y saludo a Hannah, la recepcionista; quien es mi única amiga dentro y fuera de la empresa.— Hola, Hannah; adiós, Hannah —le digo apurada.Subo el ascensor rezando por que el jefe hoy también se haya retrasado como en uno de esos días en que decide darle mimos a su "encantadora mujer". Se nota el sarcasmo,