El agua tibia le limpia el cuerpo.
Sentirla caer sobre su herida espalda le hace dar siseos de dolor.
Se apoya contra la pared de azulejos de la ducha dejando caer su rostro.
Sabe que parte de la culpa de lo que ha pasado es suya por pedir a Dominic que le enseñe lo que es el límite...
Y depositar su confianza en él.
Y ahora tiene miedo.
Teme que el moreno, en una de sus nimias sesiones de jueguecitos perversos se le crucen los cables y vuelva a atentar contra él.
Por eso mismo ha tomado una decisión.
No va a quedarse allí con él.
Ya ha probado aquella cosa del BDSM.
Ya sabe algo más con respecto al sexo no convencional.
Y aunque está irremediablemente enamorado del azabache, prefiere poner distancias de por medio.
Limpiándose las lagrimas, que se mezclaban con el agua, suspiró con pesar:
-Es...es lo mejor, sí, fue...fue bonito mientras...duró-
Dominic no deja de mirar hacia las escaler
El taxi se detuvo frente al bloque donde vive.Joel pagó la carrera al taxista y saliendo del coche, se adentró al bloque.No llegó al ascensor sino que, dejandose caer hacia el suelo a través de la pared junto a la puerta principal, se cubrió la cara con ambas manos...Y rompió a llorar.Le dolía.Había sido poco tiempo pero fue suficiente como para caer rendido del moreno.Descansando el rostro sobre sus rodillas, se dijo en voz baja:-Solo lo pasaré mal el primer mes, después lo olvidaré-Permaneció un rato más allí, encogido y sollozando...Bale entró al duplex.Sin preocuparse en si lo rompía o no, lanzó el móvil bien lejos.Lo oyó hacerse pedazos pero no le dio importancia.Plantándose ant
La luz se hizo en el enorme vestidor.Un hombre alto, de brillante cabello negro, ojos verdigrises y en ajustados bóxer negros, echa una ojeada por todos sus trajes.No hay ninguno que destaque más que otro pues todos son de un apagado gris plomo o negros como la noche.Dando varios pasos se plantó ante una de las muchas hileras para paseando los dedos por cada uno de sus trajes, escoger uno.Sacándolo de la percha salió del vestidor y apagó la luz.Despacio comenzó a vestirse, empezando por la camisa blanca.Después se coló los pantalones.Pulcramente metió los faldones de la camisa por dentro de éstos para después abrocharlos.Una vez se calzó anduvo hacia un espejo de cuerpo entero y se miró en él.Abotonando, uno por uno, los botones, dirigió la mirada hacia donde guardaba sus corbatas y caminó hasta
A toda prisa, Joel subió a su coche.Metiendo la llave en el contacto, masculló:-Anda que las pintas que llevo...va a pensar que soy un dejado-Ni tiempo le daba a ir a cambiarse.Menos mal que antes de ir a correr había decidido ir primero a ver qué quería Holly.Se incorporó a la calzada.Mientras conducía se miraba fugazmente a sí mismo.-¡Madre mía, madre mía! ¿Qué va a pensar cuando vea que quien le va a entrevistar no es Holly y encima es un chico con chándal? ¡Madre mía, madre mía!-Durante todo el trayecto iba lamentándose y quejándose de su aspecto a pesar de que era un chándal bastante moderno.Pero era un chándal.Paró el coche entre otros dos y miró la hora.A toda prisa salió del vehículo y cruzó al otro lado de la calle.Entró como una exhalación al edificio haciendo que algunos hombres se le quedaran mirando y no era de extrañar.¿Cuándo se ha visto a un chico en chándal en una
-Eh, chico- llamó la mujer de detrás del mostrador a Joel. Éste se giró hacia ella -¿Sí?- -Puedes subir- respondió ella -Última planta - -Gra-gracias-A todo correr, se dirigió al ascensor, entró de un salto y pulsó el último número. Las puertas se cerraron. Dianne aguardaba al chico. No tardó en oír subir el ascensor para después abrirse sus puertas. Un joven en chándal, mirada nerviosa y bastante temeroso, apareció ante ella. -¡Ay Dios mío!- exclamó Dianne al verle aguantándose la risa. Joel, dando un paso adelante, salió del ascensor mientras que Dianne lo hizo hacia él.-Hola, me llamo Dianne Goghitly, soy la asistenta personal del señor Bale- saludó amablemente -Yo...yo soy Joel O'Brian, perdón por mis pintas pero no pensaba que hoy me tocaría hacer una entrevista y...--No te preocupes- quitó importancia ella. Señalándole hacia la puerta que permanecía cerrada,
Resoplando y respirando agitado, Joel llegó junto a su coche. Apoyando las manos en el techo del vehículo, intentaba recuperar el aliento. -¿Qué demonios ha sido eso?- se preguntó a sí mismo. Su corazón aún latía de manera acelerada. No era muy normal cómo se había sentido al verse bajo la mirada de Bale. Moviendo la cabeza, quiso borrarlo. Luego abrió la puerta del coche y subió. Dejando la grabadora y el papel con las preguntas en el asiento del copiloto, se agarró del volante con ambas manos y fijó la vista en el salpicadero. Soltando un suspiro, metió la llave en el contacto, la giró y el motor despertó. Se incorporó a la calzada. Durante lo que duró el trayecto hasta el apartamento de Holly, Joel no podía borrar de su mente cómo le había intimidado Bale. Exactamente no había sido tal cosa sino algo similar hacia algo prohibido.Como cuando de niño te prohíben, por activa y por pasiva,
-¿Le gustó la entrevista a su amiga?- preguntó Bale después de que le trajeran el pedido. -Aún no le he preguntado- respondió Joel mareando el café. -Cuando le preguntes házmelo saber- sonrió éste. -Claro, le mandaré un fax- rezongó, sarcásticamente, el joven. Una tarjeta apareció delante de sus ojos -¿Qué...qué es ésto?- inquirió señalando la tarjeta -Mi tarjeta, ahí está mi número personal- -No la quiero, gracias - rechazó tal, Joel. -Cógela - el moreno no sonaba a petición sino más bien a orden. A regañadientes, Joel la cogió y se la guardó en el pantalón de chándal. La sonrisa regresó al rostro del hombre -Está perdiendo el tiempo conmigo - dijo el castaño, completamente seguro de sus palabras. -Eso deja que lo decida yo- repuso Bale. -Como quiera- dibujó una mueca de desgana Joel. Dando un sorbo a su café, Bale preguntó: -¿Tu vida gira en torno a tu carrera y
Puntuales como un reloj, ambos amigos junto con Ricky, esperan en el hall del hotel. Joel denota nervios mientras que Holly está totalmente relajada. Ricky, mirando al primero, siente curiosidad por su estado de nervios.-Parece como si tuvieras miedo de algo- le dijo. El castaño, dejando de dar paseos de un lado a otro, le miró fijamente.-No, estoy...estoy bien - Nada más decir tales palabras, oyeron unas voces que se acercaban hacia ellos. Holly se enderezó. Ricky se situó a su lado. Joel , tragando saliva, dirigió la mirada hacia delante. En segundos vio aparecer a Bale quien era acompañado por otros tres tipos. Charlaban distendidamente hasta que el moreno descubrió al joven. Sonriendo, dio unas palmaditas en el hombro al hombre que estaba más cerca suya. Después estrechó la mano al otro. Éstos se despidieron de Bale. Aproximándose a los tres amigos, el moreno s
-Espero que haya desistido de la idea de “tirarme los tejos”- repuso Joel mientras movía su café. Uniendo sus manos, el moreno contestó: -No- -Pues debería – dejando la cucharita en el plato de la taza, el universitario dio un sorbo y volvió a depositar ésta en el platito. -Nunca desisto de lo que me encapricho- aclaró Bale. -Pues lamento decirle que conmigo lo tiene complicado- sonrió Joel. -O eso es lo que tú quieres que crea- los labios del hombre formaron una fina línea. Riendo con ironía, el castaño aclaró: -Oiga, no…no es solo que yo no sea gay- -¿Y entonces qué es?- -Que no le conozco – -Pues conóceme – repuso Dominic. Al joven se le disparó el corazón y rápidamente se levantó -Lo-lo siento he…he de irme-Como un vendaval cruzó dirección hacia la puerta de la cafetería. Bale, imitándole fue tras él. ¿Por qué diantres insistía? Normalmente no s