Negociaciones

Nikolay despertó con el sonido de un grito femenino viniendo desde la sala, luego de que su pequeña rehén aceptara firmar un contrato para asegurar que él la protegería, la envió de regreso a la habitación, y la observó por las cámaras ocultas hasta que se quedó dormido en su propia habitación, ella había intentado salir de la habitación de nuevo, pero al ver que estaba asegurada, desistió, las cámaras no tenían audio, pero casi podría asegurar que le había lanzado demasiadas maldiciones como para ser agradable, por lo general no toleraba a las mujeres así, de ellas solo buscaba una cosa, y la intimidad no era lo suyo, pero si quería ganarse a Alexandra, tenía que estudiarla bien, ella se había desnudado con dificultad, su cuerpo se había puesto peor de lo que Nikolay esperaba, así que estaba frustrado, la atención médica que necesitaría y los cuidados eran un retraso, pero se había convencido a si mismo de que esos dos meses serían un seguro, ya había esperado diez años, dos meses no supondrían demasiados problemas para él.

Los gritos sonaban demasiado fuertes así que se levantó, molesto por ser despertado antes de lo esperado, un sábado por la mañana, en la sala, encontró a Alexandra gritando y luchando contra un cabreado Ixander, que la tenía contra el piso y encañonada

— ¿Qué demonio estás haciendo? — preguntó furioso, Ixander al verlo, le miró con curiosidad

— Se comunicó con alguien — se quejó su compañero, Nikolay lo empujó lejos de Alexandra, quien llorando, se aferró a su pecho como un gato asustado — Atacaron la habitación del hotel en donde se quedarían

—¿Y ella como m****a iba a saber en donde nos quedaríamos? — se queja en respuesta, ante ello, Ixander pareció dudarlo por un segundo, poniendo los ojos en blanco, Nikolay miró a Alexandra — Hey, todo está bien, no pasa nada — susurró en ruso, Alexandra, entonces lo empujó, como recordando que no estaba allí precisamente por voluntad propia

— ¿Qué no pasa nada? ¡Y una m****a! — gritó la chica en alemán, luciendo cabreada como la m****a, y por alguna razón, a Nikolay eso le gustó — Me sacó de la habitación, estaba desnuda y me puso el arma en la cabeza, ni siquiera entiendo ruso ¿ qué demonios quieren de mi?

— ¿La sacaste desnuda? — inquirió Nikolay mirando a sus hombres con una ceja levantada, Ixander puso los ojos en blanco

— Eso no es lo importante, alguien atacó el hotel, alguien sabía que irías allí — Nikolay tiró suavemente de Alexandra, se resistió al principio, pero luego de pensarlo mejor se acercó a él sin problemas

— ¿Y por esa razón tienes que maltratar a nuestra invitada? — interrogó, realmente molesto, si ella desconfiaba de él y de sus hombres, el plan se iría por completo a la m****a, y sabiendo que su madre había muerto, ahora tampoco tenía la oportunidad de extorsionarla con la vida de la mujer.

— ¿De qué...?— Ixander pareció comprender su idea, así que suspiró pesadamente — Creo que su invitada nos oculta algo — ahora cambiaron al alemán, asegurándose de que ella comprendiera cada palabra, y claro, el comentario no le gustó ni un poco

— ¿Cómo mierdas puedo ocultarles algo cuando no tengo ni idea de quienes son? — saltó ella, Nikolay suspiró y la guio hasta la sala, Ixander se dejó caer en un sofá, molesto, mientras que él se sentó en un sillón, obligando a Alexandra a sentarse en su regazo, justo sobre su erección matutina, si la chica estaría alrededor siento un grano en el culo, bien podría tomar provecho de algunas cosas.

Pero antes de que pudiera mirarla e indicarle que le convenía estarse quieta, ella le abofeteó, tan fuerte que incluso ella se sorprendió, sus hombres reaccionaron de inmediato, seis armas apuntaban a ella, que chilló con sorpresa y saltó lejos.

Ixander puso los ojos en blanco

— ¿Enserio piensas que será buena idea? — cuestionó su mano derecha luciendo aburrido, Nikolay, que aún estaba sorprendido por el golpe, gruñó una maldición que ninguno pudo entender y ordenó a sus hombres que salieran de inmediato, ellos obedecieron, Ixander fue el único que se mantuvo en su lugar.

Alexandra estaba tan rígida como una estatua, el terror le hacía temblar las piernas, y Nikolay estaba definitivamente disfrutando con ello, pero tenía que dejar mu en claro su posición frente a ella, así que se acercó lentamente, hasta que quedó aprisionada entre él y la pared.

— Nunca — susurró mirándola fijamente a los ojos — Jamás — reafirmó — Se te ocurra ponerme un dedo encima

— L-lo mismo digo — susurró ella, a pesar del terror, mantuvo su mirada — No s-soy una de las putas que seguramente traes a follar — su actitud le hizo sonreír, tal vez no sería tan aburrido jugar un tiempo con ella, pensó

— Aquí se hace lo que yo diga — le aseguró — estoy siendo amable ¿recuerdas? de no ser por mi, estarías en un prostíbulo quien sabe donde, así que si digo que te sentarás en mi regazo, te sentarás en mi regazo

— P-pero dijiste que...— Nikolay sonrió, si bien había decidido que enamoraría a Alexandra, sus enormes ojos azules le hacían querer jugar con ella — Quiero hacer lo que dijiste, del contrato

— Oh, lo haremos, pero si quieres tu libertad, tendrá que acceder a ciertas...condiciones — tomó su cintura con las manos, acercándola a su propio cuerpo — Soy un hombre de negocios, recuerda, no pienso hacer ninguna inversión a menos que obtenga ganancias.

— ¿Qué demonios estás pensando? — preguntó Ixander en ruso, lo que lo cabreó, le dedicó una mirada oscura, y su amigo suspiró aburrido

Alexandra lucía aterrada, su mandíbula tenía un color violáceo por el golpe y temblaba ligeramente, por lo que él besó ligeramente la zona, y susurró en su oído.

— Espero que entiendas, que espero que me obedezcas en cualquier momento, eso es todo lo que pido, obediencia, a cambio, tendrás tu preciosa libertad — otro beso en el cuello, y ella tembló, su cuerpo respondía a él, incluso si era en contra de su voluntad — pero soy generoso, así que la próxima vez que no estés a gusto con algo, usa tu boca, y si no lo haces...— tomó la mano libre de Alexandra, esa misma mano que había utilizado para abofetearlo y que ahora estaba enrojecida y caliente, la guió hacia su erección, ella jadeó de sorpresa mientras él gruñó en su oído mientras le daba un beso en el cuello — me encargaré de darle el uso correcto.

Luego de ducharse, Alexandra miró con horror las bolsas de ropa nueva frente a ella, Ixander, como había aprendido que se llamaba el asistente de Nikolay, un ruso rubio y de ojos claros que siempre tenía una expresión aburrida y una mirada cruel, luego de que Nikolay la asustara hasta la m****a con su amenaza y sus insinuaciones sexuales, revelando sus verdaderas intenciones, él había cambiado completamente de personalidad, asustada, había accedido a sentarse en su regazo mientras los hombres discutieron en ruso, llevaron el desayuno y Nikolay le había dado bocados del suyo, tratándola como una mascota, por lo que se mantuvo tan quieta como pudo, hasta que finalmente, algo que había dicho Ixander le había cabreado y la había enviado a darse un baño, ella había escuchado cunado le ordenó a Ixander comprarle ropa, es era lo que había hecho.

Pero toda la ropa que le había comprado era de dos tipos, o demasiado reveladora y extremadamente pornográfica, o demasiado elegante como para estar en casa.

Tener el brazo roto, había pasado de ser más incomodo que doloroso, por lo que optó por la ropa reveladora, se puso shorts de color negro que dejaban ver perfectamente los cachetes de su culo, y la blusa más modesta que encontró, era un croptop que en otras circunstancias no habría tenido problemas en utilizar, pero de todas formas, la prenda era un par de tallas más pequeña de lo que solía utilizar, por lo que sus pechos sobresalían demasiado.

Nikolay le había dicho que la estaría esperando en la sala, por lo que una vez arreglada, tanteó la puerta y esta estaba abierta, así que salió, en la sala Nikolay estaba solo,  vestido con un elegante traje hecho a la medida que era evidentemente costoso, por lo que se sentía increíblemente incómoda.

— ¿Qué traes puesto? — se quejó mirándola con diversión

— Fue lo mejor que pude encontrar — dijo ella, su rostro ardía de vergüenza, se sentía humillada, pero se había forzado a si misma a colaborar, no importa lo mucho que le costara, conseguiría que ese hombre cayera a sus pies, sería ella quien realmente lo engañaría.

— Te dejaré ir de compras en cuanto estés en mejores condiciones — se limitó a decir él antes de indicarle que se sentara frente a él, habían varios papeles frente a ella y una computadora 

— ¿Qué es esto? — preguntó mirando los papeles

— Querías un contrato, te daré un contrato, no estás en posición de ofrecer mucho, pero creo que con tus...servicios, será suficiente — su expresión era seria cuando lo dijo, pero ella podía ver la diversión en sus ojos y su mano picaba con ganas de borrarle dicha sonrisa con una bofetada, pero solo la detuvo su experiencia de más temprano 

— No soy prostituta — susurró con rabia, Nikolay sonrió de forma petulante

— Puede que no, pero me aprovecharé de tu situación de todas formas — admitió — estoy seguro de que sin mi acabarías con más que un par de huesos rotos, tu misma lo dijiste, no te secuestraron solo por gusto — ella entrecerró los ojos en su dirección, al inicio creía que él jugaría un papel diferente, el papel de salvador le haría fácil fingir que estaba a sus pies, pero era evidente que él tenía una estrategia diferente en mente, solo tenía que descubrir cual era.

— ¿Qué quiere de mi? realmente — Nikolay se limitó a encogerse de hombros, pero al notar su mirada seria, suspiró, de nuevo, cambió su expresión y ahora se veía más...accesible

— A ti, y no pienso dejarte ir tan fácilmente — le aseguró antes de señalar el papel frente a ella — así que vamos a negociar, quiero solo dos cosas, tu compañía y tu obediencia

— Y yo solo quiero que me dejes ir — replicó ella, pero Nikolay la ignoró, sonrió como si aún esperara respuesta, así que ella maldijo en voz baja y pensó detalladamente que podía pedir — No quiero tener sexo con usted — Nikolay sonrió como un gato a punto de devorar al canario, pero asintió

— Como dije, si no deseas hacer algo, puedes hacérmelo saber, pero el sexo está en la mesa — ella sacudió la cabeza

—Eso es absurdo, si no quiero tener sexo, no es no — él puso los ojos en blanco

— No soy un animal, solo quería montar un show para mis hombres tengo una reputación que mantener — suspirando, le tendió una mano, pero ella no la tomó — No te obligaré a tener sexo ni nada de esa índole, a menos que tu misma estés desnuda y rogándome por ello

— Eso nunca va a pasar, y tampoco más de esos "shows" para tus hombres — pidió, levantando la barbilla, Nikolay aceptó con una inclinación

—Hecho, pero...igualmente, vas a obedecer — insistió él — me gusta tener las cosas bajo control, y pareces alguien a quien debo mantener en cintura —ella se cruzó de brazos, empezando a comprender que su actitud cambiaba frente a sus hombres, por lo que intentó una nueva propuesta

— Frente a tus groopies, haré todo lo que pidas, seré tu mascota o lo que quieras...pero en privado, seremos iguales, dijiste que querías compañía, puedo ser una Sugar Baby si quieres, lo único que pido es que me dejes ir en cuanto mis heridas estén curadas —Nikolay la miró casi con diversión, pero no parecía desagradarle lo que escuchaba, así que asintió

— Puedes disponer de privilegios —  dijo finalmente — No estoy familiarizado con el termino Sugar baby, pero suena divertido — admitió — ¿Alguna otra condición? 

— Quiero mis cosas de vuelta, mi teléfono, laptop, todo — NIkolay asintió, realmente lucía satisfecho con su charla y ella se sentía como si hubiera caído en su trampa, incluso cuando  ella había puesto las condiciones principales.

— Tenemos un trato —  dijo ella tendiéndole la mano — por dos meses

— Dos meses — continuó él, tomando su mano y besándola con una sonrisa que le hizo a Alexandra estar incluso más segura, de que había hecho un trato con el diablo 

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