Capítulo 31

Cuando cierro la corriente del agua de la ducha, salgo sintiendo aún más extraña que cuando entre, de pronto siento que estoy despertando de un largo letargo en el que extrañamente desperté en la ducha de alguien más, me seco con la toalla limpia que esta junto a la ropa limpia, me seco con cierta lentitud, ya que, mi cuerpo aún se siente pesado y cansado como si no quisiera responderme.

Al terminar me miro al espejo, mi rostro esta desencajado por así decirlo, al ver mi reflejo, no puedo verme a mí misma, es como si viera a una desconocida ocupar mi cuerpo. Me impacta sobremanera ver lo demacrada que me veo, es como si hubiese envejecido en cuestión de horas, aunque realmente no sé cuánto tiempo ha pasado.

Es entonces que decido irme, pero al abrir la puerta, logro ver a Sofía y a si no mal recuerdo, su esposo Guido. Ambos se miran entre sí, parecen un poco nerviosos o quizás asustados, no sabría decirlo.

—¿Como te sientes?— me pregunta Sofía quien se ha mostrado muy comprensiva conm
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